La policía no hace demasiado en esta ciudad [Evoleth]

Suspiró de cansancio tras salir del bar en el que había estado trabajando toda la noche, y la noche de antes, y la de antes, y la anterior... ¿y las horas de sueño de Boilé dónde estabana? No las encontraba por ningún lado, no tenía hueco para descansar un rato la cabeza, no tenía ni diez minutos para sentarse entre el trabajo y los estudios... no, a lo emjor no había sido tan buena idea largarse de Australia. Aunque, al menos al llegar a casa tenía a sus hermanos para que le dieran algún que otro masaje. Sí, por suerte ellos habían viajado con la chica ¡pero sus horas de sueño no! Quizás alguien se las había robado, alguien se las había mangado sin que ella se diera cuenta... Exactamente como le acababan de mangar la mochilla que había dejado en el suelo para cerrar la persiana del bar hasta el día siguiente.

- ¡Eh, eh, espera, eso es mio ladrón, lo llevo todo ahí! -siempre tan inocente ella le recordó al ladrón que eso era suyo y que, además, llevaba todas sus cosas en dicha mochila. El ladrón se giró, aún corriendo, y le sonrió con burla. La cara de Boilé en esos momentos era un poema ¿estaba cabreada, incrédula, asombrada? Todas las cosas juntas. Pero ya no podía ir corriendo detrás, no lo alcanzaría ni en diez años... Dylan la mataría. Con el cejo ligeramente fruncido se dirigió a la Comisaría para denunciar el robo ¡llevaba su paga en ese bolso! Hum, siempre le pasaba a ella de todo, pro tonta, por ilusa, por confiada... esperó en la cola de comisaría su turno para el mostrador, aún dándole vueltas a la cabeza, buscando un motivo por el que ese pobre hombre pudiera haberle robado.

Por suerte ella había podido cerrar el bar antes de que aquel ladrón se largase corriendo con su bolso. Boilé aún seguía dándole vueltas a aquello, esperando en una interminable cola que parecía dirigirse hacia el mostrador ¡pues sí que robaban por allí! ¿Le habría robado por necesidad? Porque entonces no pensaba denunciarle, incluso lo invitaba a su casa a comer si era necesario ¿o le habría robado por placer, por burlarse de ella? Al pensar en esa posibildiad el dulce rostro de Boilé se arrugó ligeramente, su entrecejo se frunció y negó con la cabeza, sin pensar en lo extraño que podía resultar ver a alguien negar sin tan siquiera abrir la boca ¡estaba en medio de un conflicto personal! Denunciaba, no denunciaba... a ella le hacía muchísima falta ese dinero, pero a lo mejor a aquel hombre también. A lo mejor incluso tenía hijos, nietos o mascotas a los que no podía mantener. Pero, si no denunciaba, Ian la mataría, la cortaría en pedazos y después la tiraría contra un taxi para que sus trzos quedaran fusionados contra el asfalto...

Refunfuñó y se salió de la cola, llendo a parar a una silla vacía que se encontraba justo al lado de una muchacha rubia que no tendría muchos más años que ella. Aún con la cara de cabreo, consigo misma claro, y un cabreo muy leve, cruzó los brazos y expulsó aire por la nariz, dejando que sus hombros se relajaran. Estaba cabreada con esas ciudad, a menudo se cabreaba con esa ciudad ¿porqué tendría que haber tanta gente y tan mala gente? ¿O tanta gente buena que parecía mala? Menudo lío.

- Si la policia se encargara de todo esto como debe hacerlo nada pasaría -las palabras salieron suaves, flojas y susurrantes, casi imperceptibles, pero suficientemente altas como para que alguien se pensara que iban dirigidas a ella. Aunque, en realidad, Boilé hablaba consigo misma, como de costumbre. Siempre tan perdida, tan tranquila y tan natural.