El amor es física, el matrimonio química. [Kyle aka el gran buenorro estúpido]

por **Evoleth V. Lafayette** Vie Jul 29, 2011 7:57 pm

Millones de siluetas se amontonaban en una pista de baile de un tamaño pequeño para tanta gente, acumulándose en el centro la mayoría de grupos y por los laterales esparcidos grupos de una o dos personas. El ambiente estaba cargado de humo y láseres, impregnado de risas y de griteríos. Y detrás de la barra, un camarero agitado trataba de servir todas las copas sin morir en el intento.
En mitad de la marabunta de gente que trataba de asesinar al barman se hallaba una cabellera rubia revoloteando inquieta de un lado a otro; era Evoleth que trataba de conseguir su copa de vodka como fuera. Le agobiaban las discotecas, era claustrofóbica. Adoraba ir a esos sitios.

Una vez que consiguió su copa, a duras penas, salió del pequeño griterío de gente que pululaba cual polilla alrededor de la barra. Se alisó el minivestido de lentejuelas negras -a conjunto con sus tacones de 15 cms también negros- y se apoyó en la pared, ajena a la gente que se arremolinaba en la pista. A ella le gustaba bailar, sí, pero más entrada la noche, que había menos gente. Y luego, a un after hours a seguir. Eso era lo suyo, y no mierdas de tomar el té por ahí.

por **Kyle C. Novotny** Vie Jul 29, 2011 8:07 pm

Sentado en uno de los muchos taburetes, Kyle es uno de los pocos afortunados que tienen asiento. Privilegios de estar allí ya un buen rato, dándole a los mojitos. Y aunque la marea de gente que se empuja entre sí para conseguir su bebida le molesta, no tiene intención de marcharse a otra parte. La pista de baile está tanto o más abarrotada, y a decir verdad él no es de los que menean el esqueleto. Aunque tampoco es de los que beben, y allí está, borracho como una cuba. O no tanto.

Mientras se termina su quinta copa, una rubia se cuela a un par de personas de distancia y se pone a pedir, a gritos para que la oigan, un vodka. La reconoce al instante y, en un principio, opta por ni saludarla, ya que más bien pasa de ella. Pero algo le hace levantarse del tabuerete vaso en mano -que es rápidamente ocupado de nuevo- y seguirla entre la gente. Y, cuando la joven se apoya en una pared del lugar, Kyle se sitúa a su lado.

- ¿Buscando marcha, rubia? -inquiere, recordando que justo en una discoteca fue donde se conocieron.

por **Evoleth V. Lafayette** Vie Jul 29, 2011 8:21 pm

Evoleth estaba dándole un trago al dry martini de otra persona, no sabía muy bien quién, con su vodka en la mano cuando vio aparecer a cierta figura. Esbozó una sonrisa de medio lado, enseñando parte de los dientes y se tomó buena parte del vodka de un solo trago. En realidad quería tomárselo entero, pero no debía que se conocía y como empezase no acababa bien.
Justo antes de que el moreno llegase hasta su lado, dejó el martini en su sitio, la esquinita de la barra; seguramente sería agua con lejía, no le extrañaba, porque ahí eran de poner garrafón del malo, pero bueno, mientras no se muriese a la rubia le daba igual.

Se atusó un poco de su peinado a lo despeinado cabello dorado, odiaba que no le creciera a un ritmo bueno, que estaba justo con las puntas alzadas, tiene que ir a la peluquería, pero entre el estudio y salir, no le da tiempo.
Ladeó la cabeza al escuchar a Kyle y asintió lentamente, como una niña pequeña.

—Sí, pero veo que en vez de marcha te encontré a ti... Si es que no hago carrera.—murmuró ácida. Dio un diminuto trago al vodka y sonrió muy dulcemente, casi tan dulce como falsa era su sonrisa.—No pareces en muy buen estado, chéri

Sonrió de nuevo, quedándose esta vez la sonrisa en su cara y dio otro trago. Ya se le estaba acabando y no traía más dinero. De puta madre. Suspiró resignada y sin parar de sonreír se mordió el labio en un acto reflejo. Bueno, quizá aquí a su amiguito no le importaría invitarla a algo... Quizá.

por **Kyle C. Novotny** Vie Jul 29, 2011 8:37 pm

Con un suspiro, recuesta la cabeza contra la pared y se termina la copa con los ojos cerrados. Pareciendo, sin que lleven siquiera dos segundos juntos, un tanto cansado por la situación. Y es que la joven le provoca muchas cosas, y juntas no tienen ningún sentido. Por un lado, no le interesa lo más mínimo. Le parece la típica tía que va de sobrada y femme fatale. Por otro, tiene unas ganas tremendas de que se cuele por él y llevársela al huerto, o simplemente de lo último, para más tarde pasar de ella. Tal vez porque la primera noche que se vieron, lo dejó a medias. Y eso, claro, le hirió en su orgullo masculino.

Porque sí, Kyle es frío y demás, pero le gusta beber. Y, además, no le sienta muy bien. Así que, cuando lo hace, su fachada de tío inconmovible se tambalea.

- Yo puedo ser muy divertido si me lo propongo -contesta, guardándose un 'pero no es el caso'. Con una sonrisa ladeada en el rostro, abre un ojo y la mira, soltando un par de carcajadas bajas ante lo último-. Qué tierno, te preocupas por mí -hace un puchero, evidentemente de broma, y enarca una ceja-. ¿Y tú tienes fiebre o algo? -pregunta, frunciendo el ceño-. Lo digo porque como no te veo restregándote con el primero que pasa... -ahá, sí, él tan bruto y un tanto idiota como siempre.

por **Evoleth V. Lafayette** Sáb Jul 30, 2011 8:54 pm

Se tomó lo que le restaba de vodka y rodó los ojos. ¿Eh, hola? ¿POr qué no le hacía caso? Frunció el ceño y bufó cual gato ante el agua. Vale que sí, que el chaval siempre la ignoraba, pero joder, estando ella delante podría guardar un poco de respeto, ¿no? Era lo mínimo. Además, la rubia necesitaba atención, porque claro, era lo único decente de ver en los dos metros siguientes.

Se acercó a él y chasqueó los dedos en frente de sus ojos. Sí, gracias a los tacones podría, porque si no, seguramente chasquearía los dedos delante de su pecho. Soltó un quejido y se puso los brazos en jarras.

—Lo primero, si te hablo me miras. No me ignores.—comenzó a decir ligeramente acelerada y con un tono lo bastante alto como para que se la escuchase por encima de la música.—Lo segundo, no me preocupo por ti, capullo. Lo tercero, te confundes de persona. La que zorrea es tu madre, no yo. Y, por último, me vas a invitar a algo de beber, ¿vale?

Aunque le daba un poco igual, ante esto último esbozó una media sonrisa y pestañeó un par de veces. Sí, ella por la bebida era así de mona, maja y adorable. Aunque bueno, en este caso no lo parecía en absoluto, a decir verdad.
Se estiró ligeramente el vestido, para cubrir un poco más, y rozó con el antebrazo el cuerpo del muchacho. Con este gesto se percató de lo cerca que estaban, así qeu sin mediar palabra y dando a dios gracias por estar a oscuras para que no viera el muy imbécil la ligera rojez de sus mejillas, se separó un poco más. Ante todo, guardar las distancias.

por **Kyle C. Novotny** Dom Jul 31, 2011 8:47 am

Un chasqueo de dedos delante de su cara hace que abra los ojos, que brillan con curiosidad y un tanto perplejos ante ese gesto. Muy... americano. Enarca una ceja ante lo primero que dice, como diciéndole: ¿y qué se supone que estoy haciendo ahora? No obstante, de sus labios no sale nada mientras ella habla. Se limita a mirarla con una cara que no expresa absolutamente nada salvo, quizás, indiferencia.

- Mi madre está muerta, así que, sí, la que zorrea eres tú -dice, apretando las mandíbulas, molesto por lo que ha dicho sobre su difunta madre. Odia que hablen de su familia o de él, y mucho más tener que contar él su vida, y más a una tía como ella-. Además, te recuerdo que fue así como nos conocimos -comenta, como si hablara de otra persona y no de sí mismo.

Contra todo pronóstico, lo último le hace tanta gracia que no puede reprimir una serie de estridentes risotadas y necesita de todo su control para que éstas paren. Y, aún así, todavía se le escapa alguna que otra risita mientras dice:

- ¿Qué te hace pensar que te voy a invitar a nada?

por **Evoleth V. Lafayette** Lun Ago 01, 2011 4:18 pm

Oh, qué bien. Regla de oro número uno: Si mencionas a la madre de alguien, asegúrate de que está viva, porque si no, te puedes sentir un poco bastante como el culo; que es lo que le acababa de pasar a la francesita... Hasta que dijo que se conocieron zorreando. Negó con la cabeza al ritmo de la música mientras se mordía el labio con una ligera cara de satisfacción. No sabía muy bien por qué, pero desde luego que no quería que se enterase de que se sentía un poco culpable por lo de su madre. En realidad no se conocieron zorreando, bueno, es que ella nunca zorreaba, de ahí que no se conocieran así. Suspiró y rodó los ojos... Regla de oro número dos: Los tíos estúpidos como Kylie no sabían distinguir entre zorrear y ser una chica decente.

—Que yo no zorreo, cabrón. Que eres tú con tus pajas mentales de gallito de gimnasio quien se piensa cosas que no son.—dijo mientras se inclinaba hacia delante. Siempre que se ponía a discutir, hacía eso.—Asume que no todas las tías van detrás de ti, bueno, dudo mucho que alguna tía vaya detrás tuya...

Rodó los ojos y suspiró como si estuviera explicándole a un licenciado en física cuánto eran dos más dos. Aprovechó un poco el momento para indicarle con un gesto al camarero que quería otra copa. Ya vería cómo se las apañaba a la hora de pagar, que claro, si no conseguía que el capullo integral de Kyle le pagase algo, tendría que buscarse, hm... Otros métodos.

por **Kyle C. Novotny** Lun Ago 01, 2011 4:30 pm

- ¿Gallito de gimnasio? -inquiere, enarcando una ceja. Si eso era todo lo que podía decir de él, entonces dejaba claro que no lo conoce para nada. Bueno, en realidad no hay nada que aclarar: no se conocen de nada. Y justo por ese motivo, además de porque él es el típico tío al que todo le resbala, le importa un pepino que piense que él cree que todas le lamen el trasero. No lo hacen, o él no se fija en si lo hacen, y tampoco tiene interés en ello.

No obstante, sí que le hace gracia el hecho de que la joven parece querer negar lo que pasó la noche que se conocieron. Como si fuese algo malo de lo que no deba acordarse. Y, bueno, para él lo es. Si llega a saber mínimamente cómo es ella, ni se acerca. Menuda tía.

- Mi vida privada no es asunto tuyo -dice solamente, frunciendo el ceño al ver que se pide otra copa-. No te la pienso pagar, que conste.

por **Evoleth V. Lafayette** Lun Ago 01, 2011 5:43 pm

Bufó nuevamente y se cruzó de brazos. Ya le pagaría algo, ya... Y bueno, no le iba a negar que el tipo que tenía se debía a gracia natural, que ella rubia pero no tonta. Se dejó caer contra la pared, con el vaso vacío de vodka en la mano y la rodilla flexionada, apoyando el tacón en la pared. Tacones que por cierto, estaba deseando de quitarse; bueno, en realidad no, dado que gracias a ellos llegaba a alcanzar la vertiginosa altura del metro setenta. Uoh, un poco más y se hacía la ola. Si no fuera porque no soportaba ser tan sumamente pequeña, iría con sandalias a todas partes.

Sus pensamientos sobre zapatos se interrumpieron cuando se percató de que el chico había dejado de hablar hace un rato; así que pestañeó un par de veces para volver a centrar su atención en él y sonrió falsamente.

—Ah, bien. Entonces si pincho uno de tus músculos con una aguja... ¿Se explota como un globo? POrque no me creo que seas así por gracia de Dios.—desde la posición en la que estaba alargó una de sus manos y tocó un par de veces los pectorales del chaval, como mirando a ver si se hundía.—No, definitivamente no son debido a la madre naturaleza. Y no, no te veo como el tío humilde del gimnasio.

Volvió a rodar los ojos y suspiró de neuvo, esperando a su copa. Oh. Sí, esa copa que tenía que pagar... y no pensaba hacerlo. Sí. Comenzó a morderse el labio, abstrayéndose ligeramente de la conversación -pero sin dejar de parecer atenta- sin desviar el foco. Hm... Ya se le ocurrirá algo, ya.

por **Kyle C. Novotny** Lun Ago 01, 2011 5:53 pm

Cuando ve pasar a un camarero le pide otro Mojito, agitando ante sus narices su vaso vacío, pero de no de forma altanera. Cuando se lo traen, está tan ocupado dándole un trago que no presta atención a las palabras de Evoleth, así que se reengancha justo en el momento en que ella toca sus pectorales. La mira con los ojos fríos, transmitiéndole un claro '¿Qué coño haces?'.

- Que me guste el ejercicio no me convierte en un gallito de gimnasio -contradice, levantando el dedo índice-. Además, cariño, hay muchas más formas de hacer deporte -porque no, él no va a ningún gimnasio. Sale a correr, hace surf, boxeo, judo... Y, aún así, le queda tiempo para estudiar. Ni él mismo sabe cómo se reparte el tiempo.

Cuando ve cómo le dan su copa a la rubia, no puede evitar soltar un par de risas al imaginársela intentando escabullirse sin pagar, siendo interceptada por uno de los dos gorilas. Él, como ya ha dejado claro, no piensa invitarla.

por **Evoleth V. Lafayette** Lun Ago 01, 2011 6:15 pm

La francesita nada más coger su bebida dio un trago tan largo, que casi tuvo que pedir otra. Pero se contuvo, porque, oh, no. Ella no pagaba. Al ver que el capullo integral de turno pedía un mojito se le ocurrió una idea.

—Venga, va, invito yo a algo. ¿Te parece?—preguntó con una sonrisa angelical que daba el pego, o al menos a ella le parecía bastante buena.—Empecemos de nuevo, un par de rondas de mi cuenta y ya verás lo maja que soy. Si es que en el fondo quería que me invitases para conocerte un poco mejor, así tendría la excusa de quedar otro día para devolverte el favor...

Volvió a sonreír angelicalmente y pestañeó un par de veces a la par que juegueteaba con uno de sus mechones rubios enredándoselo y desenrollándoselo del dedo. Claramente, se notaba un cambio de actitud por parte de la rubia. Otra cosa ya es que él pillase el plan, cosa que sería una soberana putada, que no lo pillase, lo que le vendría genial, o que bien decidiera que estaba loca, cosa que no creía probable dadas sus dotes de interpretación. A pesar de todo, decidió darle un último toquecito.

—Incluso podríamos irnos del bar un rato, no sé, a tomar el aire, que tanta gente me marea, soy claustrofóbica, ¿sabes? Además, conozco un sitio por aquí cerca en el que se está más relajado.—comentó pestañeando inocentemente.

Vale, en su mente la frase daba a entender que se piraban del local para irse a otro. Pero dicho quizá no sonase así, claro está. Bah, ya lo aclararía más adelante.

por **Kyle C. Novotny** Mar Ago 02, 2011 3:48 pm

Y, de pronto, Evoleth es todo amor y simpatía. Y, por muy buena actriz que sea, tanto cariño después de haber estado lanzándole pullas todo el tiempo le parece, cuando menos, sospechoso. Así que, como jugar saben hacerlo dos personas, le devuelve la sonrisa de la forma más convincente. Porque ella no es la única que sabe fingir, y el moreno lo lleva practicando toda su vida.

- Oh, bueno, si es así... -comenta, de forma inocente y tan creíble que podría hacerse actor y todo. No obstante, como a él no le van esos rollos, cambia la expresión de nuevo y pasa a una sonrisa notablemente burlona que rezuma socarronería por todos los poros-. Venga, ¿de verdad piensas que me lo voy a tragar? Si antes querías que te invitara a algo, está claro que no puedes invitar a nadie -porque sería absurdo lo contrario, y a él la lógica se le da muy pero que muy bien.

Ante lo último, no puede menos que adoptar una mueca de incredulidad. En serio, ¿esa tía que se fuma? Porque le funciona a las mil maravillas, vaya. Sacudiendo la cabeza, Kyle la mira con los ojos entornados.

- ¿A otro lugar? Si aquí se está de perlas, mujer -mentira, porque el ambiente está cargado no, lo siguiente, y hasta a él, que no es claustrofóbico -aunque no sabe si creérselo- le molesta tanta gente.

por **Evoleth V. Lafayette** Miér Ago 03, 2011 8:45 pm

Y ese tío era imbécil, o al menos así pensaba la rubia. A ver, sí, a veces la dulce Evs podía tener fugas cerebrales, como la que le estaba dando ahora; pero si decían de invitarla a algo por muchas cosas que hubieran dicho antes, la rubia decía que sí. Bufó y rodó los ojos a la par que se desplomó sobre la pared.
Si es que más tonto, y no nacía, se veía, sí. A ver, excusas para que ahora fuera ella la que invitase... Oh, sí. Había una muy buena, sí.

—En realidad sí que tengo dinero, joder. Pero qué quieres que te diga, prefiero que me invites tú, que así la bebida me sienta mejor.—comentó cruzándose de brazos, sí como una niña pequeña.—No me niegues que te gusta que te inviten...

Lo miró con cara incrédula para dramatizar esta última parte. Si hacía falta se beneficiaba al dueño del bar, eso estaba claro, pero ella no pagaba. Además, tenía pensadas más resoluciones a su mini plan de no pagar. Una de ellas era meterse en un baño hasta el día siguiente, pero... No, no le acababa de convencer.
Cuando dijo que se estaba bien, no mató al moreno de milagro. Suspiró sonoramente y comenzó a abanicarse ocn una mano, ¿que se estaba bien? No, si cuando pensaba que él se pinchaba lejía en vena igual hasta tenía razón... Oh. Mira, cuarta opción, que le diera un yuyu y no pagase las consumiciones, cosa que por cierto, parecía ligeramente inminente. Porque cada vez había más y más y más y más getne. Asco de gente, el planeta necesitaba otra plaga de estas bíblicas...

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