Everybody wants to know your name now, angel. || Las relaciones de Melibea

"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas." - Pablo Neruda.

Se podría decir que Melibea está siempre feliz, y es en cierto modo verdad. Optimista ante todo, la pequeña tiende a sacar las cosas buenas de la peor parte; y es por eso que siempre tiene una sonrisa en la boca. Además, cree que así hace que la gente sonría y se sienta mejor.
Es inocente a más no poder; sus padres la criaron en una burbuja y ahí sigue, totalmente protegida, con una actitud bastante pueril. Sin embargo, tiene una mente privilegiada que hace que siempre piense de forma madura y racional; por lo que a veces puede llegar a sorprender que la dulce Melibea tenga pensamientos que van más allá de gominolas y caramelos.
A pesar de toda la dulzura que desprende, y toda la inocencia que guarda, en su interior tiene la cabeza más amueblada de lo que parece y es por eso por lo que intenta aprender cada día más. Estudiar es una de las cosas que le encantan, pero estudiar cosas que le gustan, claro. Además, cuando explica algo a alguien lo hace de tal manera que parece que habla con un niño pequeño así ella se divierte y la otra persona se suele enterar mejor.
La gente que de verdad la conoce, sabe que a pesar de estar frente a la actitud de una niña de cinco años esta no es su personalidad definitiva, dado que todavía no se ha encontrado a sí misma; de hecho, ni si quiera ha comenzado a buscarse. Así pues, Melibea tiene a veces un comportamiento un tanto extraño, siempre en su línea, eso sí, pero con cosas tales como ponerse a cantar en mitad de la calle -como hacen en las películas musicales- esperando que la gente la siga.
Cabe destacar, que pese a su personalidad inocente, tiene muy claro que en el mundo exterior hay cosas malas, y que nadie es de piedra, por lo que sabe que tiene que andarse con mucho cuidado -a pesar de ser extremadamente confiada-. Tampoco es tonta, y sabe perfectamente cuándo tratan de engañarla, o de aprovecharse de ella e intenta salir del paso como puede, es por eso que tiende a juntarse con personas que la protejan, para así no tener que preocuparse demasiado por cómo cuidar de sí misma.
Confía demasiado en la gente porque piensa que siempre hay algo bueno dentro de cada persona, y ella no duda en ofrecer ayuda a quienes estén buscándola. A veces se lleva desengaños debido a esto, pero suele solucionarlo pronto.
Siempre que se pone a llorar, cosa que no le gusta nada, trata de mostrarse una persona fuerte; pero en el fondo, ella se siente como el cristal. Además, nunca llora cuando está sola porque lo considera un signo de debilidad y no le gusta que a pesar de su extremada inocencia para su edad, la vean como una persona débil. Así que tiende a buscar a alguien para ponerse a llorar, no es necesario que escuche sus penas, sino qeu simplemente, esté con ella. Eso es algo que Melibea valora muchísimo: que alguien sepa estar cuando se necesita.
Por último, ha de decirse que la rubia es una persona demasiado buena y bondadosa, reiterándose el hecho de que a veces se lleva desengaños, por lo que siempre estará con una sonrisa puesta por muy mal que esté si se le pide ayuda. Es por eso que tiende al conformismo, aunque esté rabiosa por tener o hacer algo, si no se puede, no se hace y punto; aunque sus padres siempre han dicho que ella puede tener todo lo que quiera, Melibea pretende conformarse con poco y dar todo lo que pueda.