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Fireplay ~ {R. Westfield}
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Fireplay ~ {R. Westfield}
Era otra jodida noche más en el lateral de mi moto, esperando a que alguien me diera otra jodida explicación de por qué tenía que esperar para salir de la ciudad. El guardia que tenía en frente, ese que no paraba de murmurar a su compañero que la moto tenía las ruedas deshinchadas, me estaba cabreando. Apreté los puños llenando el casco del vaho que mi cálida respiración comparada con la temperatura exterior provocaba. Llevaba una cazadora potente, para combatir el frío que ya hacía en Oxfordshire esa noche. Eran mediados de noviembre, y yo quería llegar a mi puta casa, para poder beber mi cerveza en el sofá con esos dos deshechos que tenía por compañeros de piso. Una pizza serviría para calmar el león que rugía ahí dentro.
Y sin embargo, no querían dejarme volver a Londres.
Regresaba ya de la visita rutinaria y prácticamente diaria que les hacía a las dos personas más importantes de mi vida. O casi. ¿Deberían ser mis padres?
Me harté. Me incorporé de la moto y me acerqué al poli que controlaba el tráfico. Había una cola de camiones y coches atascados en la nieve, en toda la ruta que salía de la ciudad. –Tú –le señalé con el dedo sin pararme a pensar en las consecuencias. –eres un inútil de mierda. –me quité el casco y lo lancé contra las ruedas traseras. Si hubiera podido oírme tras la solapa, seguramente se hubiera acojonado, pues le estaba gritando.
Empujé la moto sin cuidado al arcén y candé la rueda trasera con el candado que había bajo el asiento. Yo me largo de aquí.
Pensé en volver a casa de la pricensa Amidala, pasar allí la noche. Pero antes podría tomarme unos deslizantes.
Anduve, no sé si diez minutos o tres cuartos de hora. Las calles de Oxford podrían ser parecidas bajo un manto blanco. Andar no me molestaba, me mantenía ocupado y siempre era mejor que esa basura del transporte público.
Entré en el primer bar que vi, y lo que vi me gustó.
Y sin embargo, no querían dejarme volver a Londres.
Regresaba ya de la visita rutinaria y prácticamente diaria que les hacía a las dos personas más importantes de mi vida. O casi. ¿Deberían ser mis padres?
Me harté. Me incorporé de la moto y me acerqué al poli que controlaba el tráfico. Había una cola de camiones y coches atascados en la nieve, en toda la ruta que salía de la ciudad. –Tú –le señalé con el dedo sin pararme a pensar en las consecuencias. –eres un inútil de mierda. –me quité el casco y lo lancé contra las ruedas traseras. Si hubiera podido oírme tras la solapa, seguramente se hubiera acojonado, pues le estaba gritando.
Empujé la moto sin cuidado al arcén y candé la rueda trasera con el candado que había bajo el asiento. Yo me largo de aquí.
Pensé en volver a casa de la pricensa Amidala, pasar allí la noche. Pero antes podría tomarme unos deslizantes.
Anduve, no sé si diez minutos o tres cuartos de hora. Las calles de Oxford podrían ser parecidas bajo un manto blanco. Andar no me molestaba, me mantenía ocupado y siempre era mejor que esa basura del transporte público.
Entré en el primer bar que vi, y lo que vi me gustó.
Última edición por Adam Rowe el Sáb Ago 13, 2011 6:22 pm, editado 1 vez
Adam Rowe- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
Aquella noche necesitaba despejarse, salir de la monotonía y, en definitiva, no estar a solas con su gato, una pizza y seguramente alguna película que echaran por quinta o sexta o décima vez en la televisión. Si se quedaba en casa, donde no había nadie para esperarla, seguramente terminaría más aburrida que otra cosa y con unas tremendas ganas de que llegara el lunes para poder volver a la facultad. En realidad podía volver al día siguiente si quería, pero el ala de los despachos se había vuelto a quedar sin calefacción y seguramente tardarían todo el maldito fin de semana en arreglarlo. Era el problema de estar en un edificio antiguo que databa de inicios del XVI. Algunas cosas iban un poco… lentas, por decirlo de alguna manera.
Al final había decidido darse una vuelta. Oxforshire si tenía algo un viernes por la noche era ambiente gracias a la cantidad de estudiantes que había en la ciudad. No le importó que la nieve estuviera cubriendo las calles, haciendo que sus botas bajas crujieran bajo su peso a cada paso que diera, ni que tuviera que subir la parte delantera de la cazadora de cuero que llevaba si no quería morir congelada. Tampoco le preocupó demasiado que los bajos de los vaqueros pudieran empaparse, aunque sí que se preocupó por encontrar un lugar lo suficientemente atractivo como para quedarse allí la noche entera. No era plan de estar cambiando de lugar cada poco tiempo.
Había escuchado hablar del Fire or Knife, el ambiente, la posibilidad de beber una cerveza fría y jugar una partida al billar era la razón por la que finalmente había terminado allí. Se acercó a la barra para pedir una cerveza mientras echaba un vistazo a su alrededor. Había bastante gente, las mesas de billar estaban cogidas por lo que podía ver y lo mismo sucedía con los dardos. El ambiente era cargado gracias al olor a alcohol y a humo, pero se sintió bastante cómoda. Se acercó una de las banquetas con el pie para sentarse mientras esperaba que le sirvieran la cerveza. Cuando escuchó abrirse la puerta se fijó en la persona que entraba con curiosidad, el rostro no le sonaba aunque claro, tampoco es que se pudiera considerar como una asidua del lugar.
Al final había decidido darse una vuelta. Oxforshire si tenía algo un viernes por la noche era ambiente gracias a la cantidad de estudiantes que había en la ciudad. No le importó que la nieve estuviera cubriendo las calles, haciendo que sus botas bajas crujieran bajo su peso a cada paso que diera, ni que tuviera que subir la parte delantera de la cazadora de cuero que llevaba si no quería morir congelada. Tampoco le preocupó demasiado que los bajos de los vaqueros pudieran empaparse, aunque sí que se preocupó por encontrar un lugar lo suficientemente atractivo como para quedarse allí la noche entera. No era plan de estar cambiando de lugar cada poco tiempo.
Había escuchado hablar del Fire or Knife, el ambiente, la posibilidad de beber una cerveza fría y jugar una partida al billar era la razón por la que finalmente había terminado allí. Se acercó a la barra para pedir una cerveza mientras echaba un vistazo a su alrededor. Había bastante gente, las mesas de billar estaban cogidas por lo que podía ver y lo mismo sucedía con los dardos. El ambiente era cargado gracias al olor a alcohol y a humo, pero se sintió bastante cómoda. Se acercó una de las banquetas con el pie para sentarse mientras esperaba que le sirvieran la cerveza. Cuando escuchó abrirse la puerta se fijó en la persona que entraba con curiosidad, el rostro no le sonaba aunque claro, tampoco es que se pudiera considerar como una asidua del lugar.
Rebecca Westfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
Me abrí paso por el local hasta la barra. Nunca había estado allí, eso era seguro. Por costumbre no me metía en ninguna tasca para ricos de los alrededores de Oxfordshire. Pero aquel lugar tenía buena pinta. Mucha madera, mucho tabaco y unas buenas butacas donde sentarse, en la penumbra. Pero no tenía intenciones de ir hacia la penumbra, no todavía.
Caminé hasta la chica que había en la barra. Y no, no era un desfile camuflado o un intento sutil de acercamiento, era una declaración de intenciones en toda regla.
Me paré delante de ella. Lo justo para no asustarla, lo necesario para no recibir una coz como respuesta.
Era mayor que yo, lo sabía. Tenía ese aire intelectual-sabihondo de quien no ha roto un plato en toda su vida. Atractiva, joder que sí, tuve que esforzarme por no perder la calma.
Ladeé la cabeza ligeramente, mirándola directamente a los ojos. Luego mi mirada se desvió hacia la barra, aún no había pedido nada. Eso me daba una ventaja inicial. –Déjame invitarte a algo. –solté sin tapujos ni medias tintas. Eran evidentes mis intenciones y así serían siempre, con cualquier cosa que tuviera delante. –Prometo marcharme por donde he venido y buscar otro bar donde haya caído otro ángel, si no te hago sonreír en menos de cinco minutos. –
Caminé hasta la chica que había en la barra. Y no, no era un desfile camuflado o un intento sutil de acercamiento, era una declaración de intenciones en toda regla.
Me paré delante de ella. Lo justo para no asustarla, lo necesario para no recibir una coz como respuesta.
Era mayor que yo, lo sabía. Tenía ese aire intelectual-sabihondo de quien no ha roto un plato en toda su vida. Atractiva, joder que sí, tuve que esforzarme por no perder la calma.
Ladeé la cabeza ligeramente, mirándola directamente a los ojos. Luego mi mirada se desvió hacia la barra, aún no había pedido nada. Eso me daba una ventaja inicial. –Déjame invitarte a algo. –solté sin tapujos ni medias tintas. Eran evidentes mis intenciones y así serían siempre, con cualquier cosa que tuviera delante. –Prometo marcharme por donde he venido y buscar otro bar donde haya caído otro ángel, si no te hago sonreír en menos de cinco minutos. –
Adam Rowe- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
El chico tenía ese aire peligroso que solía atraer a las mujeres de todas las edades. Era ese tipo de aire que te decía que te andaras con cuidado porque no era alguien con el que cuidar. Rebecca pensó que desviaría el paso hacia cualquier otro lugar. Encajaba perfectamente allí, con ese caminar seguro, con la mirada de quien está seguro de sí mismo y se cree capaz de comerse el mundo. Había varios grupos en los que podría ir, pero en cambio sus pasos se dirigieron directamente hacia su posición en la barra. Aquello no se podía llamar un reconocimiento del terreno, ni un sutil acercamiento, sino que era un asedio en toda regla.
Esa actitud provocó que arqueara brevemente la ceja cuando se detuvo delante de ella haciendo que tuviera que alzar brevemente le mentón para poder mirarlo con comodidad al encontrarse sentada y él de pie. Miró hacia la barra por un momento ante su invitación dándose cuenta de que el camarero demasiado ocupado por otro de los laterales se había olvidado de acercarla una cerveza. Golpeteó sin darse cuenta de lo que estaba haciendo la superficie de madera con las uñas antes de volver a mirarlo.
— Si consigues atraer su atención en menos de cinco minutos y me pides una cerveza—comenzó mientras le miraba con una media sonrisa para después detenerse durante unos segundo. — no tendré en cuenta la comparación con un ángel.—apartó la mano de la barra para posarla sobre la pierna doblada. — Si existieran tienen toda la pinta de ser tremendamente aburridos.
Esa actitud provocó que arqueara brevemente la ceja cuando se detuvo delante de ella haciendo que tuviera que alzar brevemente le mentón para poder mirarlo con comodidad al encontrarse sentada y él de pie. Miró hacia la barra por un momento ante su invitación dándose cuenta de que el camarero demasiado ocupado por otro de los laterales se había olvidado de acercarla una cerveza. Golpeteó sin darse cuenta de lo que estaba haciendo la superficie de madera con las uñas antes de volver a mirarlo.
— Si consigues atraer su atención en menos de cinco minutos y me pides una cerveza—comenzó mientras le miraba con una media sonrisa para después detenerse durante unos segundo. — no tendré en cuenta la comparación con un ángel.—apartó la mano de la barra para posarla sobre la pierna doblada. — Si existieran tienen toda la pinta de ser tremendamente aburridos.
Rebecca Westfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
Me iban los retos. Conseguiría que el camarero desviara la atención hacia nosotros aunque tuviera que subirme a la barra en gayumbos.
En lugar de eso, me tomé las confianzas necesarias para pedirle amablemente al de al lado que vaciara su taburete. El lugar no estaba a rebosar, pero tampoco estaba vacío. Empezaba a ser consciente de que más de uno nos miraba. Sin duda habrían visto mi entrada triunfal. Me importaba menos que poco.
Me senté frente a ella con un codo en la barra y el otro colgando en actitud despreocupada. –En dos. –contesté sonriendo algo pagado.
Exactamente doce segundos después, una corriente de energía me invadió e hice lo primero que se me ocurrió siguiendo un instinto. Tamborileé la mesa de la barra con la destreza con la que solo un batería y amante del mundo de la percusión podría ser capaz. Salió un sonido rítmico y suave, muy lejos de lo que solía tocar con “The Six Sins”. No solo el camarero levantó la vista por encima de las cabezas que poblaban la barra, sino que muchos más lo hicieron. En lugar de cortarme, murmuré prácticamente gritando. –No sé cuanto te pagan por hora tío, pero tienes a la mujer más guapa del local seca. Ponnos dos cervezas y lo dejaré pasar. –sabía que en el fondo ese pobre pringado no tenía la culpa, y que tenía muy pocos motivos para hacerme caso, y menos con lo farruco que me había puesto, pero en un minuto y cuarenta y tres segundos, la mujer tenía una espumeante cerveza delante. Igual que la mía, pero sin escupitajo.
Sonreí socarrón. –Compararte con un ángel ha sido una cagada, pero sigues siendo la mujer más guapa del local. –solté. Ya no había muchos más motivos para seguir con el ataque masivo de cumplidos, por lo que me limité a decir. –Han pasado dos minutos, tienes tu cerveza y has sonreído. ¿Me considero apto para no levantarme de esta silla al menos un rato?
En lugar de eso, me tomé las confianzas necesarias para pedirle amablemente al de al lado que vaciara su taburete. El lugar no estaba a rebosar, pero tampoco estaba vacío. Empezaba a ser consciente de que más de uno nos miraba. Sin duda habrían visto mi entrada triunfal. Me importaba menos que poco.
Me senté frente a ella con un codo en la barra y el otro colgando en actitud despreocupada. –En dos. –contesté sonriendo algo pagado.
Exactamente doce segundos después, una corriente de energía me invadió e hice lo primero que se me ocurrió siguiendo un instinto. Tamborileé la mesa de la barra con la destreza con la que solo un batería y amante del mundo de la percusión podría ser capaz. Salió un sonido rítmico y suave, muy lejos de lo que solía tocar con “The Six Sins”. No solo el camarero levantó la vista por encima de las cabezas que poblaban la barra, sino que muchos más lo hicieron. En lugar de cortarme, murmuré prácticamente gritando. –No sé cuanto te pagan por hora tío, pero tienes a la mujer más guapa del local seca. Ponnos dos cervezas y lo dejaré pasar. –sabía que en el fondo ese pobre pringado no tenía la culpa, y que tenía muy pocos motivos para hacerme caso, y menos con lo farruco que me había puesto, pero en un minuto y cuarenta y tres segundos, la mujer tenía una espumeante cerveza delante. Igual que la mía, pero sin escupitajo.
Sonreí socarrón. –Compararte con un ángel ha sido una cagada, pero sigues siendo la mujer más guapa del local. –solté. Ya no había muchos más motivos para seguir con el ataque masivo de cumplidos, por lo que me limité a decir. –Han pasado dos minutos, tienes tu cerveza y has sonreído. ¿Me considero apto para no levantarme de esta silla al menos un rato?
Última edición por Adam Rowe el Sáb Ago 13, 2011 8:24 pm, editado 2 veces
Adam Rowe- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
Con curiosidad siguió el ritmo de los dedos del chico sobre la barra viendo cómo lo que en un principio hubiera podido parecer simples golpes sin sentido se iba convirtiendo en una melodía lo suficientemente clara como para que varias personas —entre ellas el camarero, un punto para él— se giraran hacia donde se encontraba. Su comentario provocó una sonrisa y que negara unos breves instantes. Joder, si fuera una de las muchas muchachas que había a su alrededor en esos momentos tendría el ego más subido de todo el local. Es más, era agradable de vez en cuando y para variar escuchar que una era guapa. Tomó la cerveza una vez que el camarero se la puso delante con un gesto y un gracias para después volver su atención al chico que tenía a su lado.
¿Cuántos años tendría? No podía asegurarlo, era difícil hacerlo cuando parecía que la mayor parte de ellos les daban para desayunar algo que les hacía parecer mayores. Sí que sabía que era más joven que ella, exactamente la edad únicamente la sabría preguntando y eso sería estropear por completo la noche. Tema aparcado hasta nuevo aviso. Miró la jarra y dio finalmente un sorbo de esta notando el amargo sabor antes de contestar.
— Te diría que esto es un país libre, pero suena demasiado a una de esas películas de Hollywood.—dejó de nuevo la cerveza encima de la barra mientras le miraba. — Has conseguido lo prometido con más facilidad de lo que esperaba, buena jugada lo de la barr.— movió entonces la mano para ponérsela delante de él. — Rebecca Westfield.
Un nombre no costaba absolutamente nada y era más fácil que andar pensando en términos hipotéticos como “chico” o cosas por el estilo.
¿Cuántos años tendría? No podía asegurarlo, era difícil hacerlo cuando parecía que la mayor parte de ellos les daban para desayunar algo que les hacía parecer mayores. Sí que sabía que era más joven que ella, exactamente la edad únicamente la sabría preguntando y eso sería estropear por completo la noche. Tema aparcado hasta nuevo aviso. Miró la jarra y dio finalmente un sorbo de esta notando el amargo sabor antes de contestar.
— Te diría que esto es un país libre, pero suena demasiado a una de esas películas de Hollywood.—dejó de nuevo la cerveza encima de la barra mientras le miraba. — Has conseguido lo prometido con más facilidad de lo que esperaba, buena jugada lo de la barr.— movió entonces la mano para ponérsela delante de él. — Rebecca Westfield.
Un nombre no costaba absolutamente nada y era más fácil que andar pensando en términos hipotéticos como “chico” o cosas por el estilo.
Rebecca Westfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
Sonreí. Que después de todo no fuera a levantarme del taburete a taconazos ya era toda una hazaña. Si era sincero conmigo mismo, cosa que procuraba ser el 99% de las veces, no esperé lograrlo a la primera. Solo entonces me permití desabrocharme la cazadora. Ahí dentro se estaba bien, nada comparable con las no tan amables temperaturas exteriores, y la compañía no podía ser mejor. –Siempre cumplo mis promesas. –dije con mi voz más seductora para centrar la atención de la conversación en cualidades que pudieran interesarla. Hice una leve inclinación de cabeza, aceptando el primer cumplido que me devolvía, que no era poco. –Si esperas te aburres. Y si te aburres eres un ángel. ¿No era así? –murmuré retórico a media voz por encima del ruido que nos rodeaba. Supongo que aún quedaba de mí la suficiente mitad de Ginger para ganar en inteligencia elocuente.
Cada vez se hacía más difícil imaginar que estábamos solos. Ella me ofreció su mano diciéndome su nombre. Eso era salvajemente más de lo que había esperado. El corazón vibró alterado ante esta nueva puerta, y yo, por supuesto, no la desaproveché. Adelanté la mano que yacía despreocupada sobre un costado y estreché la suya con suavidad. Una suavidad sugerente, entreteniéndome con el tacto de su piel. Todo lo contrario a mis ásperas manos de currante y batería. Me tomé mi tiempo para devolvérsela, mientras me entretenía con sus ojos, de un azul más intenso que las luces del bar que había detrás de la barra -o que tal vez brillaban más a consecuencia de ésta-.
–Adam Rowe, tienes un nombre precioso Rebecca. –dije aun manteniendo nuestras manos entrelazadas y no despegando los ojos de los suyos. – ¿Te gustaría que fuéramos a un lugar donde estuviésemos más cómodos? –el local disponía de butacas y sofás en los rincones, más allá de la zona de ocio, tenuemente iluminadas.
Cada vez se hacía más difícil imaginar que estábamos solos. Ella me ofreció su mano diciéndome su nombre. Eso era salvajemente más de lo que había esperado. El corazón vibró alterado ante esta nueva puerta, y yo, por supuesto, no la desaproveché. Adelanté la mano que yacía despreocupada sobre un costado y estreché la suya con suavidad. Una suavidad sugerente, entreteniéndome con el tacto de su piel. Todo lo contrario a mis ásperas manos de currante y batería. Me tomé mi tiempo para devolvérsela, mientras me entretenía con sus ojos, de un azul más intenso que las luces del bar que había detrás de la barra -o que tal vez brillaban más a consecuencia de ésta-.
–Adam Rowe, tienes un nombre precioso Rebecca. –dije aun manteniendo nuestras manos entrelazadas y no despegando los ojos de los suyos. – ¿Te gustaría que fuéramos a un lugar donde estuviésemos más cómodos? –el local disponía de butacas y sofás en los rincones, más allá de la zona de ocio, tenuemente iluminadas.
Adam Rowe- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 11/08/2011
Re: Fireplay ~ {R. Westfield}
Atractivo y con mente rápida, todo un espécimen en peligro de extinción. Las cejas de Rebecca se alzaron en un gesto claramente divertido ante su lógica aplastante que por un momento le recordó a la segunda escolástica. Negó brevemente, apartando esos pensamientos que en ocasiones aparecían sin que pudiera controlarlos y demostraban con demasiada claridad que era una historiadora. Allí no lo era, en absoluto. Sentada a aquella barra de aquel bar Rebecca no era más que otra mujer con una cerveza en la mano que tenía delante a un hombre de lo más interesante.
— Es algo que tendré en cuenta, para el futuro.—comentó mientras sus labios se curvaban de medio lado mirándole con atención. — Habrá que esquivar entonces la idea angelical si no queremos morirnos de un aburrimiento estructural.
Sintió un cosquilleo cuando su mano tomó la suya. Estaba más que claro que el chaval sabía perfectamente lo que hacía. Y por una vez no le importaba demasiado. Aquel juego de noche de viernes podían llevarlo dos si querían, aunque era cierto que su juventud era algo que hacía que Rebecca reculara en cierta manera. Juventud que por sus gestos y su forma de moverse podían ser mandos directamente hacia un profundo rincón de la mente.
— Encantada de conocerte Adam.—desvió la mirada hacia los lugares que él decía, para después volver su atención al chico que tenía delante. — Te propongo algo.—dio un sorbo de la cerveza con gesto pensativo. — Vine aquí a por una cerveza fría y una partida al billar, un deseo ha sido cumplido ¿harás lo mismo con el otro?
— Es algo que tendré en cuenta, para el futuro.—comentó mientras sus labios se curvaban de medio lado mirándole con atención. — Habrá que esquivar entonces la idea angelical si no queremos morirnos de un aburrimiento estructural.
Sintió un cosquilleo cuando su mano tomó la suya. Estaba más que claro que el chaval sabía perfectamente lo que hacía. Y por una vez no le importaba demasiado. Aquel juego de noche de viernes podían llevarlo dos si querían, aunque era cierto que su juventud era algo que hacía que Rebecca reculara en cierta manera. Juventud que por sus gestos y su forma de moverse podían ser mandos directamente hacia un profundo rincón de la mente.
— Encantada de conocerte Adam.—desvió la mirada hacia los lugares que él decía, para después volver su atención al chico que tenía delante. — Te propongo algo.—dio un sorbo de la cerveza con gesto pensativo. — Vine aquí a por una cerveza fría y una partida al billar, un deseo ha sido cumplido ¿harás lo mismo con el otro?
Rebecca Westfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 11/08/2011
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Miér Ene 25, 2012 11:38 am por Helena Petrova Lemacks
» { # Registro de Avatar }
Lun Ene 23, 2012 9:44 pm por Antonia Fyodorov
» ORGANIZACIÓN, CAMBIOS Y DEBATES CONCRETOS (?)
Mar Ene 10, 2012 1:57 pm por Mai O' Conner
» MAI HA VUELTO! (mas o menos)
Lun Ene 09, 2012 3:25 pm por Mai O' Conner
» And I will love you, baby - Always And I'll be there forever and a day <3
Miér Dic 28, 2011 11:12 pm por Mai O' Conner
» Aneliz Dunca Cronologia <3
Miér Dic 28, 2011 8:19 pm por Aneliz Duncan
» Aneliz Dunca Cronologia <3
Miér Dic 28, 2011 8:19 pm por Aneliz Duncan
» Aneliz Jane Duncan Collins
Miér Dic 28, 2011 4:45 pm por Mai O' Conner
» Kisha Lain
Lun Dic 26, 2011 1:47 am por Samantha L. Parker