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Gastar, gastar, gastar... ¿comprar? {Alexandra}
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Gastar, gastar, gastar... ¿comprar? {Alexandra}
Un día de compras. Un día para ella sola, de tienda en tienda permitiendose caprichos. Por una vez, de vez en cuando, no está mal ¿no? Además, la rubia tampoco era una compradora compulsiva...y eso era algo de agradecer. Nunca va mal comprarse unos zapatos, algún vestido, complementos. Cualquier cosa mientras no se gaste su fortuna.
Iba de tienda en tienda, saliendo con o sin bolsas de ellas. Con un ritmo tranquilo, sin prisas y observando el contenido que el centro comercial le ofrecía. No era de las que se agobiaba, o corría con miedo a que le quitaran los mejores modelitos. Apenas iba con cuatro bolsas, con cuatro prendas diferentes. Hasta que entró en una zapatería, e hizo que el número de bolsas augmentara una.
Empezó a sentir hambre, y lo que tenía más cerca, de lugar para alimentarse era... un McDonald's. No le hacia mucha gracia la comida basura de allí, pero en cierto modo estaba buena y por una vez no se moriría. Se dirigió hacia allí, para pedir un menú, con una hamburguesa, un refresco de naranja y que no falten las patatas. Pero parecía que había bastante cola, y le tocaba esperarse un rato a la pobre muchacha. Maldijo en silencio, no le gustaba esperar mucho rato y menos si iba cargada de bolsas. Sacó su teléfono móvil, llamando a su hermano, diciendo que se retrasaría respeto a la hora que habían quedado. Se veía que el muchacho y ella habían planeado comprar un perro, y el lugar del hombre que lo vendía estaba a las afueras. Miró su reloj una vez más, después de llamarlo y suspiró. Lo que hacía el hambre...
Iba de tienda en tienda, saliendo con o sin bolsas de ellas. Con un ritmo tranquilo, sin prisas y observando el contenido que el centro comercial le ofrecía. No era de las que se agobiaba, o corría con miedo a que le quitaran los mejores modelitos. Apenas iba con cuatro bolsas, con cuatro prendas diferentes. Hasta que entró en una zapatería, e hizo que el número de bolsas augmentara una.
Empezó a sentir hambre, y lo que tenía más cerca, de lugar para alimentarse era... un McDonald's. No le hacia mucha gracia la comida basura de allí, pero en cierto modo estaba buena y por una vez no se moriría. Se dirigió hacia allí, para pedir un menú, con una hamburguesa, un refresco de naranja y que no falten las patatas. Pero parecía que había bastante cola, y le tocaba esperarse un rato a la pobre muchacha. Maldijo en silencio, no le gustaba esperar mucho rato y menos si iba cargada de bolsas. Sacó su teléfono móvil, llamando a su hermano, diciendo que se retrasaría respeto a la hora que habían quedado. Se veía que el muchacho y ella habían planeado comprar un perro, y el lugar del hombre que lo vendía estaba a las afueras. Miró su reloj una vez más, después de llamarlo y suspiró. Lo que hacía el hambre...
Evangeline L. Kirgyakos- Avatar #} : Taylor Swift
Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 13/08/2011
Re: Gastar, gastar, gastar... ¿comprar? {Alexandra}
La mañana había transcurrido con total normalidad, tanto en la universidad como con sus amigos más cercanos. Se encontraron, conversaron de una u otra cosa, nada fuera de lo cotidiano. Tuvo que despedirse temprano, debido a que en la noche tendría que salir a una presentación en el centro, una exposición muy promocionada de un fotógrafo famoso llamado Mario Testino. Había visto su trabajo, así que no se lo perdería. Solo le faltaba encontrar la ropa adecuada para la recepción, y no es que le interesara mucho verse bien, si no que tenía que dar buena imagen a los grandes directores que se presentarían, la primera impresión cuenta mucho, además era un evento elegante.
Su primer pensamiento fue el mall, para comprarse algo que pueda ayudarla a tener un aspecto decente. Tenía tiempo de sobra así que iría a comer algo de chatarra por el camino. El destino ya tenía nombre: McDonald's. Y es que cuando de comida rápida se trataba era uno de sus lugares favoritos, aunque le dijesen que esa comida le haría daño, le haría engordar y que no era nada sana. No le importaba, porque no lo hacía seguido.
Tenía consigo un bolso color negro, un jean pegado al cuerpo al igual que su blusa blanca y sus tacones bajos del mismo tono que su bolso. Su cabello estaba suelto, algo alborotado, le caía por los hombros como cascada.
—Mierda— se quejó entre dientes mientras veía la cola inmensa que había a las afueras del establecimiento de comida rápida.
No le quedó de otra, se puso en la cola, detrás de una rubia un poco más baja que ella. La escuchó hacer una llamada y recordó que debía llamar a su hermana para ver donde se encontrarían esa noche, pero ésta tenía el celular apagado. ¿Para qué tenía móvil si lo tienen fuera de servicio? Esas cosas simplemente molestaban a Alexandra. Suspiró cruzandose de brazos, mientras sentía que la fila no avanzaba. Pasaron más de diez largos minutos y solo se había movido dos espacios adelante. Para colmo de sus males un tipo se coló porque reconoció a su amigo unas personas más adelante. Una señora, que tenía a su pequeña consigo, se quejó, gritandote "respeta la fila". Alex, por su parte estaba respirando profundo para no ponerse agresiva con el tipo que ignoraba a la señora.
Su primer pensamiento fue el mall, para comprarse algo que pueda ayudarla a tener un aspecto decente. Tenía tiempo de sobra así que iría a comer algo de chatarra por el camino. El destino ya tenía nombre: McDonald's. Y es que cuando de comida rápida se trataba era uno de sus lugares favoritos, aunque le dijesen que esa comida le haría daño, le haría engordar y que no era nada sana. No le importaba, porque no lo hacía seguido.
Tenía consigo un bolso color negro, un jean pegado al cuerpo al igual que su blusa blanca y sus tacones bajos del mismo tono que su bolso. Su cabello estaba suelto, algo alborotado, le caía por los hombros como cascada.
—Mierda— se quejó entre dientes mientras veía la cola inmensa que había a las afueras del establecimiento de comida rápida.
No le quedó de otra, se puso en la cola, detrás de una rubia un poco más baja que ella. La escuchó hacer una llamada y recordó que debía llamar a su hermana para ver donde se encontrarían esa noche, pero ésta tenía el celular apagado. ¿Para qué tenía móvil si lo tienen fuera de servicio? Esas cosas simplemente molestaban a Alexandra. Suspiró cruzandose de brazos, mientras sentía que la fila no avanzaba. Pasaron más de diez largos minutos y solo se había movido dos espacios adelante. Para colmo de sus males un tipo se coló porque reconoció a su amigo unas personas más adelante. Una señora, que tenía a su pequeña consigo, se quejó, gritandote "respeta la fila". Alex, por su parte estaba respirando profundo para no ponerse agresiva con el tipo que ignoraba a la señora.
Alexandra S. Henricksen- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 09/08/2011
Re: Gastar, gastar, gastar... ¿comprar? {Alexandra}
Sin duda, con aquella llamada, su rostro cambió. La espera tampoco ayudaba. Su hermano le había gritado en un principio, diciéndole que ya le valía...que no podía hacer planes, pero ella no elevó la voz. No era lo adecuado en aquel lugar. La rubia le prometió que al menos, se presentaría. Su hermano le provocó el mal humor, la cola, la espera no ayudaba.
Se movía inquietamente de un lado a otro, no soportaba estarse más de diez minutos sin hacer nada. No soportaba estar de pie sin moverse. Se fijó que un hombre que se había colado, gracias a su amigo. Una señora, que iba con su hija le gritó. - Será caradura. - susurró, más para si misma que los demás. - el hombre se giró para replicar a la señora, y lo que se encontró fue una mirada asesina por parte de la griega. Él enarcó una ceja, y ella deseaba contenerse. Pero dada aquella situación...era difícil.
- ¿Y tú que miras, eh? - le espetó, al hombre. Giró su rostro, mirando hacia un lado para que no le soltara una gran grosería. Se cruzó de brazos, y dejó que su pie izquierdo empezara a repiquetear contra el suelo de una forma constante y rítmica. Algunas bolsas se movían al compás, y su mirada se dirigía hacia varios lados. Al final, se movieron un poco más, y apenas le quedaba una persona para que obtuviera su pedido.
Tres minutos, eso era lo que tubo que esperar. Se tomó su tiempo para pedir, lo que tenía en mente. El muchacho andaba estresado, se notaba por el sudor, la cara de pánico y los gritos que pegaba a cada pedido que hacían. Contenta de que le dieran todo en una bandeja, se giró y sin querer topó con otra rubia. Luego miró, su bandeja y se dio cuenta de algo. Se volvió a girar, con una sonrisa amable en el rostro. - Perdona, me faltan las patatas fritas. - comentó, y el muchacho le dio las patas disculpándose, y ella dijo que no importaba. Al voltearse nuevamente, dedicó otra disculpa a la muchacha por haber chocado con ella a la hora de girarse.
Se movía inquietamente de un lado a otro, no soportaba estarse más de diez minutos sin hacer nada. No soportaba estar de pie sin moverse. Se fijó que un hombre que se había colado, gracias a su amigo. Una señora, que iba con su hija le gritó. - Será caradura. - susurró, más para si misma que los demás. - el hombre se giró para replicar a la señora, y lo que se encontró fue una mirada asesina por parte de la griega. Él enarcó una ceja, y ella deseaba contenerse. Pero dada aquella situación...era difícil.
- ¿Y tú que miras, eh? - le espetó, al hombre. Giró su rostro, mirando hacia un lado para que no le soltara una gran grosería. Se cruzó de brazos, y dejó que su pie izquierdo empezara a repiquetear contra el suelo de una forma constante y rítmica. Algunas bolsas se movían al compás, y su mirada se dirigía hacia varios lados. Al final, se movieron un poco más, y apenas le quedaba una persona para que obtuviera su pedido.
Tres minutos, eso era lo que tubo que esperar. Se tomó su tiempo para pedir, lo que tenía en mente. El muchacho andaba estresado, se notaba por el sudor, la cara de pánico y los gritos que pegaba a cada pedido que hacían. Contenta de que le dieran todo en una bandeja, se giró y sin querer topó con otra rubia. Luego miró, su bandeja y se dio cuenta de algo. Se volvió a girar, con una sonrisa amable en el rostro. - Perdona, me faltan las patatas fritas. - comentó, y el muchacho le dio las patas disculpándose, y ella dijo que no importaba. Al voltearse nuevamente, dedicó otra disculpa a la muchacha por haber chocado con ella a la hora de girarse.
Evangeline L. Kirgyakos- Avatar #} : Taylor Swift
Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 13/08/2011
Re: Gastar, gastar, gastar... ¿comprar? {Alexandra}
Los minutos seguían pasado, pero la cola por fin avanzaba, aunque estuviera demorando más de lo normal. Podía ver el rostro del muchacho que le daba la cara a los clientes, estaba casi sudando por la presión. Gracioso para Alex, pero frustrante para el joven que día a día hacía todo eso y más por conservar un trabajo que a las finales no era bien pagado y seguramente su labor se extendía por más horas de las debidas.
El tipo que antes se había metido en la fila no quiso salirse, haciendole caso omiso a la señorita con su pequeña que reclamaba. Su mirada pareció clavarse en la de Alex, pero en realidad estaba mirando a la rubia delante de ella, que llevaba consigo cuatro o cinco bolsas, parecía que llegaba de hacer compras. Ella le preguntó que qué miraba con seguridad, y el hombre giró su rostro. Aquello fue bastante gracioso, así no más no se veían chicas con caracter, y menos rubias, ellas tenían un prototipo a la vista de las personas. Tontas, superficiales e inmaduras, todo lo contrario a lo que Henricksen era. Contrario a lo que la joven de las bolsas también parecía ser.
Por fin estaba a tan solo una persona de hacer su pedido, pero cuando dio un paso para que la atendieran la rubia de adelante chocó con ella y regresó hacia el muchacho que atendía, él se había olvidado de ponerle las papas fritas. Alex, por su parte, la miró un tanto molesta por el golpe, aunque no le había dolido mucho. La rubia con la bandeja y las bolsas pasó nuevamente por su lado y se disculpó. Alexandra murmuró un "no te preocupes" de manera sincera. Era curioso, no entendía como se las arreglaba para tener tantas cosas en las manos sin que se le calleran.
—Una hamburguesa clásica, papas grandes y una coca-cola— pidió con una gran sonrisa en el rostro. El joven parecía un poco más tranquilo. La cola había disminuído notablemente.
Le pagó en efectivo, y cogió la bandeja diciendole "gracias" en tono bajo mientras buscaba una mesa para sentarse. Todas las mesas estaban llenas, solo había una vacía cerca a la ventana, casi escondida. Rápidamente caminó hacia allá, sentándose en una silla y en la otra dejando su bolso.
El tipo que antes se había metido en la fila no quiso salirse, haciendole caso omiso a la señorita con su pequeña que reclamaba. Su mirada pareció clavarse en la de Alex, pero en realidad estaba mirando a la rubia delante de ella, que llevaba consigo cuatro o cinco bolsas, parecía que llegaba de hacer compras. Ella le preguntó que qué miraba con seguridad, y el hombre giró su rostro. Aquello fue bastante gracioso, así no más no se veían chicas con caracter, y menos rubias, ellas tenían un prototipo a la vista de las personas. Tontas, superficiales e inmaduras, todo lo contrario a lo que Henricksen era. Contrario a lo que la joven de las bolsas también parecía ser.
Por fin estaba a tan solo una persona de hacer su pedido, pero cuando dio un paso para que la atendieran la rubia de adelante chocó con ella y regresó hacia el muchacho que atendía, él se había olvidado de ponerle las papas fritas. Alex, por su parte, la miró un tanto molesta por el golpe, aunque no le había dolido mucho. La rubia con la bandeja y las bolsas pasó nuevamente por su lado y se disculpó. Alexandra murmuró un "no te preocupes" de manera sincera. Era curioso, no entendía como se las arreglaba para tener tantas cosas en las manos sin que se le calleran.
—Una hamburguesa clásica, papas grandes y una coca-cola— pidió con una gran sonrisa en el rostro. El joven parecía un poco más tranquilo. La cola había disminuído notablemente.
Le pagó en efectivo, y cogió la bandeja diciendole "gracias" en tono bajo mientras buscaba una mesa para sentarse. Todas las mesas estaban llenas, solo había una vacía cerca a la ventana, casi escondida. Rápidamente caminó hacia allá, sentándose en una silla y en la otra dejando su bolso.
Alexandra S. Henricksen- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 09/08/2011
Re: Gastar, gastar, gastar... ¿comprar? {Alexandra}
Le alivió que a la otra muchacha no le importara, y le dedicó una amable sonrisa. Mientras se alejaba, escuchó como pedía lo que todos pedían en aquel lugar.
Tacones, bolsas y una bandeja con cierto peso. La muchacha se movía con soltura, con un equilibrio perfecto, sin que tropezara o que algo se le cayera. Apenas quedaban mesas, apenas quedaba espacio libre. Desgraciadamente no había terraza, en invierno no era muy apetecible comer en la calle. Se quedó plantada, considerando compartir la mesa con alguien...pero no. Vio dos mesas vacía en el fondo, y se dirigió a una de ellas a paso ligero.
Depositó rápidamente la bandeja, las bolsas en una silla y finalmente se dejó caer en la otra. Tomó un sorbo de su refresco y cerró los ojos, mientras el líquido travesaba su esófago. No se había dado cuenta de cuanta sed tenía. Cogió una patata frita y la mordisqueó, fue entonces cuando vio que la rubia de la cola, con la que había chocado accidentalmente, se sentaba a la mesa de al lado.
Se recogió la ondulada melena en una cola alta, dejando escapar alguno que otro rizo. Le molestaba en cierto modo los largos cabellos a la hora de comer. Sacó la hamburguesa de su cajita, le echó un poco de ketchup y se la llevó a la boca. Saboreando lentamente. Sí, ya se ha dicho que no le agradaba mucho aquella comida... pero una vez no la mataría, además, la comida estaba deliciosa. Echó un poco más de ketchup en las patatas y volvió a coger otra.
La gente se quejaba ya que no encontraba sitio. Y se estaba muy calentito en aquel lugar, que hasta incluso daba gusto mantenerse allí dentro. Algunos habían terminado de comer, y charlaban en sus respectivas mesas... sí, eso era molesto. Pero ella no se quedaría allí, tenía compromisos por decirlo de una forma. Dio otro mordisco, y se manchó sin querer la comisura del labio y un poco la chaqueta. Maldijo por lo bajo y suspiró. Se relamió el labio y busco si había alguna servilleta o algo. Nada. Miró a la muchacha del lado, y se encogió de hombros. Era aquello, o se quedaba sin mesa. - Perdona,¿ tienes alguna servilleta o papel? - preguntó amablemente.
Tacones, bolsas y una bandeja con cierto peso. La muchacha se movía con soltura, con un equilibrio perfecto, sin que tropezara o que algo se le cayera. Apenas quedaban mesas, apenas quedaba espacio libre. Desgraciadamente no había terraza, en invierno no era muy apetecible comer en la calle. Se quedó plantada, considerando compartir la mesa con alguien...pero no. Vio dos mesas vacía en el fondo, y se dirigió a una de ellas a paso ligero.
Depositó rápidamente la bandeja, las bolsas en una silla y finalmente se dejó caer en la otra. Tomó un sorbo de su refresco y cerró los ojos, mientras el líquido travesaba su esófago. No se había dado cuenta de cuanta sed tenía. Cogió una patata frita y la mordisqueó, fue entonces cuando vio que la rubia de la cola, con la que había chocado accidentalmente, se sentaba a la mesa de al lado.
Se recogió la ondulada melena en una cola alta, dejando escapar alguno que otro rizo. Le molestaba en cierto modo los largos cabellos a la hora de comer. Sacó la hamburguesa de su cajita, le echó un poco de ketchup y se la llevó a la boca. Saboreando lentamente. Sí, ya se ha dicho que no le agradaba mucho aquella comida... pero una vez no la mataría, además, la comida estaba deliciosa. Echó un poco más de ketchup en las patatas y volvió a coger otra.
La gente se quejaba ya que no encontraba sitio. Y se estaba muy calentito en aquel lugar, que hasta incluso daba gusto mantenerse allí dentro. Algunos habían terminado de comer, y charlaban en sus respectivas mesas... sí, eso era molesto. Pero ella no se quedaría allí, tenía compromisos por decirlo de una forma. Dio otro mordisco, y se manchó sin querer la comisura del labio y un poco la chaqueta. Maldijo por lo bajo y suspiró. Se relamió el labio y busco si había alguna servilleta o algo. Nada. Miró a la muchacha del lado, y se encogió de hombros. Era aquello, o se quedaba sin mesa. - Perdona,¿ tienes alguna servilleta o papel? - preguntó amablemente.
Evangeline L. Kirgyakos- Avatar #} : Taylor Swift
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Fecha de inscripción : 13/08/2011
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