#Nutriendo el estomago{Nathan.

A lo lejos alcazaba a escuchaba la voz de una mujer diciendo "Ivanka" "Ivanka despierta" pero la verdad no comprendía porque, hasta que el libro que tenía en mano, resbalo cayéndose al piso, haciendo que cayera en cuenta de que me había quedado dormida estudiando. -Sra. Spencer, me quede dormida, lo lamento- Trate de disculparme con la señora cuarentona y de cabello negro, a quien le ofrecí mis servicios de niñera, dado que ella y su marido tenían un evento al que asistir. Logre incorporarme en el sofá a la vez que recogía el libro, me puse pie y pase rápidamente mi mano por mis ojos frotándolos. "No te preocupes, se lo cansado que puede ser. Aquí está tu pago y muchas gracias, espero verte pronto". Dijo amablemente la Sra. Spencer mientras juntaba mis cosas y guardaba el dinero dentro de mi billetera. Me despedí de la señora y de sus dos hijos, Charlie y Jake, quienes me acompañaron hasta la puerta. Al salir hacia el exterior de la casa, el fuerte resplandor del sol dio directamente en mis ojos, introduje mi mano en el interior de mi bolsa buscando mis lentes de sol, al encontrarlos los saque y me los coloque, y emprendí camino de regreso a casa.

Siempre que iba camino a casa, ya sea de algún trabajo o de la universidad, siempre me daba hambre en el camino y la mayoría de las veces solía aguantarme hasta llegar a casa y dejarme sorprender por lo que mama había preparado de cenar pero esta vez sabía que no iba a aguantar, hoy de casualidad andaba con mas apetito que de costumbre. Por suerte, a unas cuantas cuadras de mi casa, había una famosa plazoleta donde se ubican los más famosos y mejores establecimientos de comida en la zona, siempre que pasaba por ella estaba llena de gente, solía ignorarla pero esta vez terminaría siendo una persona más, que disfruta de su comida estando en la plazoleta. Al entrar a la plazoleta, no sabía por dónde empezar, había de todo. Desde heladerías y cafés hasta pizzas y hamburguesas, por un momento me sentía como un niño gordito que acababa de comprarse la rosquilla más grande que había en la vitrina pero tenía que controlarme, ya que debía mantener la figura.

Tras unos exhaustos quince minutos de analizar cada una de las opciones que tenia presente, opte por comer una hamburguesa. -Me das una hamburguesa doble con queso, una orden de patatas grandes y una Coca-Cola, por favor- Le dije amablemente a la joven muchacha que atendía, pague mi orden y una vez que me la entregaron, tome mi bandeja y me fui a sentar en la primera mesa libre que había, que al igual que todas, tenía una gran sombrilla de tela cubriendo del sol al que se sentara.

Otra noche más en la que no había podido dormir. Las imágenes de la noche del accidente no paraban de colarse en mis sueños. No había mañana en la que no me despertase envuelto en sudor al recordar aquel trágico suceso.
Miré el despertador, eran las siete de la mañana. Me había pasado toda la maldita noche dando vueltas sin parar. No aguantaba más estar encerrado en casa, sé que era demasiado temprano, pero debía de salir cuanto antes de allí para tomar un poco de aire, ya que encerrado entre esas cuatro paredes sentía como si me axfisiase.
Sin hacer mucho ruido me metí en la ducha, no quería que mis padres se despertasen, puesto que si lo hacían seguramente no me dejasen ir a ningún sitio, pero yo realmente lo necesitaba. Tardé menos de 10 minutos en ducharme, no me podía arriesgar a que alguno de mis padres o mi hermana, se levantaran y me vieran dispuesto a marcharme.
Me vestí con lo primero que pillé: unos vaqueros y una camiseta sport de color azul y comprobando que tenía todo lo que necesitaba salí de casa.
Caminé por la ciudad durante una media hora. La verdad es que a pesar de ser temprano ya había bastante gente por las calles, seguramente iban hacia su trabajo. Caminaba sin rumbo aparente pensando en mis cosas, las cuales no eran muchas, pues poco tenía que pensar, ya que no recordaba nada de mi pasado y en mi presente no es que hubiera mucha actividad. La verdad es que ni si quiera me di cuenta de que el tiempo pasaba tan rápido, había caminado durante horas sin ni si quiera notarlo. Había salido de casa alrededor de las ocho y ya era casi la hora de comer. Suspiré rascándome la cabeza confuso por mi extremo despieste y le mandé un mensaje a mi hermana diciendole que le dijera a mis padres que no iba a ir a comer a casa, la verdad es que no tenía ganas de llegar y que comenzaran a hacerme preguntas de donde o con quien había estado.
Miré a mi alrededor buscando algún lugar en el cual pudiera comer algo, pero no encontraba nada, hasta que pregunté a una mujer que había por allí, la cual me dio unas indicaciones que no dude en seguir. En poco tiempo me encontraba en una plazoleta repleta de lugares en los cuales podría pegarme un buen atracón. Yo era un amante de la comida basura, así que no dude en ningún momento en que tomar. -Una hamburguesa con todo, la más grande que tengais y una Coca-cola.- Le pedí a la chica que estaba detrás del mostrador. Le dediqué una sonrisa cuando me dio mi bandeja y sin demorarme la cogí y me di la vuelta buscando una mesa vacía en la cual sentarme, aunque al parecer no había mucho donde elegir, por no decir nada. Me rasqué la cabeza con una de mis manos y suspiré allí parado

Seguía allí de pie mirando a mi alrededor, esperando a que alguien se levantase de alguna de las mesas y así poder sentarme yo, aunque tendría que ser bastante rápido, puesto que había más gente al acecho esperando un lugar en el cual poder sentarse y disfrutar de su comida. Al paso que iba la comida se me iba a quedar completamente helada y la verdad es que una hamburguesa fría no estaba muy buena que se dijera, al menos para mí. Sí, la verdad es que era bastante especialito y esquisito, pero me daba igual, así era yo y no podía hacer nada por cambiarlo. Bueno, así era yo ahora, puesto que no sabía como era hace unos ocho meses, antes de que todo sucediera... quizás no era tan tiquismiquis ni tan rarito como ahora, pero qué se le iba a hacer, las cosas habían cambiado y yo con ellas.
Sonreí ampliamente al contemplar como una pareja de chicas se levantaba de una de las mesas, dejándola libre. Comencé a caminar rápidamente en aquella dirección, viendo como no era el único que lo hacía. Estaba apunto de alcanzar la mesa y sentarme cuando de repente, alguien salió de la nada gritando mi nombre y posteriormente abrazándome. Me quedé algo confuso, ya que al principio no sabía quien era, bastante fastidiado porque nuevamente me había quedado sin mesa. Aquella chica casi había tirado mi bandeja, pero gracias a dios tenía buenos reflejos y evité que eso sucediera. Tras unos instantes de confusión miré a la chica detenidamente y sonreí al ver que se trataba de Ivanka. -Ivanka.- Dije sonriendo dándole un beso en la mejilla. Ivanka era una amiga mía, antes del accidente también lo había sido, al menos eso era lo que ella me había dicho. Ahora intentaba conocerla, bueno, volver a conocerla poco a poco y lo cierto es que lo que iba descubriendo poco a poco me gustaba, me parecía una chica bastante simpática y bastante guapa, por qué no decirlo. -Que raro verte por aquí.- Le dije mirándole aún

Solté una leve risilla al escuchar el comentario de Ivanka y rodé los ojos con diversión. La verdad es que hacía un par de segundos estaba bastante amargado y agobiado, pero al ver a Ivanka aquella sensación había desaparecido un poco, eso no quería decir que hubiese olvidado las pesadillas que tenía cada noche, pero al menos me venía bien distraerme un poco con cualquier cosa y dejar de pensar todo el rato en lo mismo, ya que sinceramente, no era algo que me beneficiase demasiado, puesto que me hacía perder los nervios y ponerme de mal humor, además pensando todo el rato en ello no conseguía nada, no iba a conseguir que Nolan volviese. Ladeé la cabeza a un lado y a otro intentando que esos pensamientos salieran de mi cabeza, puesto que no quería amargar también a la rubia con mis tonterias. Al escuchar su pregunta sonreí de lado y me encogí de hombros levemente. -Bien, supongo, como siempre, ¿y tu?.- Contesté rascandome la cabeza levemente. Estaba todo lo bien que un amnesico lo podía estar, ya que era demasiado frustrante notar como la gente que habías querido antes se acordaba de ti y tú de ellos no.
Vi la reacción de mi amiga y la miré con una ceja alzada sin entender muy bien porque el comentario que yo había hecho le había sentado tan mal. Suspiré y negué con la cabeza al escuchar las preguntas que ella me hacía. -Era solo un comentario, simplemente quería decir que hacía mucho que no te veía.- Le dije con un poco de menos peso en mis brazos ya que ella había cogido mi bebida para ayudarme. -Lo siento si te ha molestado.- Me disculpé mirándole, aún sin entender muy bien por qué se lo había tomado de aquella forma

OFF: no pasa nada... yo normalmente no escribo largo... xD