En Cappuccino Bar {Rox}

por **Adrienne S. Andrews** Dom Jun 19, 2011 6:13 pm

-.Alejada de los escenarios por un tiempo, tenia que hacer otros tipos de planes, queria tomarme un descanso con la musica para volver luego con todo, Estaba en mi csa sin nada que hacer, no habia planeado absolutamente nada de nada solo haria lo que se me ocurriera en ese instante, ya habia ordenado la casa la cual era un desastre, dificil de caminar por ahi, luego me dedique a mi, darme una ducha relajante, hacerme cosas de belleza, habia optado por dejar el estilo dark para las cosas cotidianas, asi lo dejaria para los shows; Una vez con todas esas cosas hechas, tome las llaves de mi coche y salir a algun bar, deseaba un rico cafe acompañado por una porcion de pastel, Sabia cual era el lugar ideal, asi que una vez arriba del coche sali rumbo al lugar.-

-.No habia ni pasado veinte minutos desde que sali de mi casa, por suerte el trafico estaba calmo, no perdiamos tiempo esperando, al llegar al mall, me baje estacionando antes mi coche en el estacionamiento, camine hasta la entrada, por suerte no me habian reconocido pero no seria por mucho tiempo, mientras seguia mi camino miraba las tiendas un poco quizas luego me daria el gusto de comprarme cositas, llegue a Cappuccino Bar, busque mesa libre y me sente esperando que me vinieran a atender, mientras lo hacia miraba viendo a las personas que se encontraban por ahi. algunas comprando, otras solamente mirando y alguna que otra que habia elejido al igual que yo, venir a disfrutar de un rico cafe.-

por **Roxanne P. Van de Kelder** Dom Jun 19, 2011 6:51 pm

Llevaba por lo menos diez minutos con la frente recostada sobre el volante forrado de cuero beige de su coche, y tampoco tenía demasiadas intenciones de cambiar de posición en un tiempo demasiado cercano, posiblemente cuando se levantara tendría la clara palabra "Ford" impresa en la piel de su rostro. De vez en cuando soltaba algún que otro gemido de frustración, mientras se auto compadecía por su desgracia. Tercera vez en la semana, y al parecer no habían sido suficientes señales para llevar su coche al taller antes de que el pobre estirara la pata, aunque a decir verdad no tenía ni idea de cual era la falla ésta vez. Por suerte había alcanzado a poder aparcarlo, el tráfico no estaba tan atestado como la mayoría de los días, pero de todas formas, haber quedado varada en el medio de la avenida con un coche que pesaba por lo menos veinte veces más que ella no habría sido para nada bueno. Si tan solo tuviera un hombre cerca que pudiera socorrerla; aquel pensamiento la llevó a fruncir un poco más su ceño, ¿hombres?, al diablo, conocía a alguien idea para el trabajo y que seguramente podría patear a cualquier otro chico. Ziva, nadie más.

Se bajó del coche estando todavía algo insegura de lo que se suponía que haría, tan solo actuó por instinto, abrió el capó y observó el contenido de su coche con una ceja alzada, tratando convencerse a si misma que sabía lo que hacía. Respiró profundamente, preparada para cometer el error más grande de su vida, y tras haberse acomodado sobre el cuello su infaltable bufanda de hilo metió la mano y comenzó a toquetear cables, cosas aceitosas y algunas otras porquerías que prefería no enterarse que eran, y sin más que eso, casi como un milagro, el motor encendió de nuevo arrancándole la más grande sonrisa de satisfacción de toda la semana. Se quitó la grasa de las manos con un pañuelo y volvió a montarse al coche llevando aún algunas manchas negras que no había conseguido quitarse.

Siempre había detestado aquellas horas libres que tenía entre la Universidad y el trabajo, mantener la mente ocupada siempre había sido su más grande hobbie, ya que al pasar tanto tiempo sola pensaba en cosas que en otro momento habría preferido dejar aparte. Condujo sin prisa esperando que el tiempo se esfumara con suprema rapidez, pero por mucho que lo deseara, las manecillas del reloj no iban a correr más rápido. Aparcó su coche en el estacionamiento del Centro Comercial, teniendo como primer parada, el baño más cercano, donde se lavó bien las manos. No tenía demasiadas ideas, por lo que al ver la cafetería que tenia delante no tardó en detenerse, un café bien cargado no estaría mal, la anterior noche de vagabundeos por la Universidad no había demasiados beneficios. Al entrar no pudo evitar reparar en la rubia que estaba sentada sola en una de las mesas. - Hey Jan! - le saludó acercándose a ella con una sonrisa. - ¿Qué tal todo? - le preguntó.

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