Teoría denegada (Mai)

Estaba hasta las narices. ¿Que complicado tenía que no pudiera hacer los problemas de la teoría de la radiación de Hawking? La física cuántica era muy fácil, pero... Nunca le cuadraban los números. Tenía aquel libro y sus apuntes realmente sobados de tantas veces que había escrito en ellos o sobre ellos. Una hoja llena de números delante de sus ojos, y entonces fue mirándolos, uno a uno. Sacó un gran bolígrafo rojo, y fue tachando todo lo que no quedaba bien. Era algo electrizante, y parecía una loca de las ciencias en aquel mismo instante. Finalmente solo quedaron dos números. Brigitte comenzó a sonreír, y guardó el resto de los papeles en la carpeta, a su vez sacó un encendedor Zippo antiguo, y comenzó a encenderlo y a apagarlo. No fumaba, pero llevarlo encima siempre era útil, la relajaba ver la llama consumiéndose.

Miró al cielo, absorta, y un grupo de alumnas de Medicina la miraron con reproche.
-Mira, la loca de Física...- dijo una consternada.
-Cuidado, que no os lanza una tabla numérica...- dijo otra, con un acento de Chelsea inconfundible, y rió de forma realmente idiota con sus ''amiguitas''.
Brigitte bajó la mirada lentamente, con una media sonrisa.
-Creo que ya sé porque existen los agujeros negros... para encerrar a tías como vosotras.- y pensó interiormente ''Imbéciles sin personalidad, para ser más concretos''. Todas la miraron de forma rara, y la del acento le volvió a hablar.
-¿Que narices es un agujero negro?- preguntó con voz ligeramente chillona. Brigitte comenzó a reír, mientras todas se iban, murmurando como al principio. Ella se lo hubiese podido explicar perfectamente, pero le daban igual. No creía que lo entendieran de ninguna forma, ni siquiera le hicieran caso.

Lanzó una mirada divertida y desdén al pequeño grupillo que se marchaba. Sacó su viejo reloj, y vio que era algo tarde, así que se incorporó, guardando todas sus cosas. Quería llegar pronto a casa para relajarse en el tejado. Quería aprovechar, y quizás dormir al raso. Era una experiencia realmente increíble.

Justo en ese instante de ensimismamiento, chocó contra alguien. Era una chica mayor que ella, muy guapa, que se sonrojó. Ladeó ligeramente la cabeza, mientras se disculpaba, haciendo una reverencia.
-Oh, no te preocupes, seguramente es la gravedad...- dijo sonriendo.-¿ Nos conocemos ? Creo que te he visto antes...- estaba totalmente segura, como de costumbre. Solía alternar las afirmaciones al tuntún, sin pensar, con cosas muy razonables. Pero la gente parecía solo prestar atención a las primeras. ''Lastima'' pensó ella.