¡Friooo! (Bree)

¡Tiritando! semidesnudo, en calzoncillos... llevaba mi ropa mojada por culpa de unos alumnos de oxford que se habían ensañado conmigo, primero me habían hecho ir al lago porque se había estropeado nose que cosa... despues engañado para que me tirase al agua y después esos chicos me habían estado humillando dentro del agua de una formma brusca y que no comprendía, me habían quitado la ropa comenzado a tirar piedras al agua... Yo no podía mas que secarme las lagrimas mojadas de mi rostro mientras miraba mi ropa... mi móvil estropeado... ahora no podría recibir llamadas de mi hermanita, ahora no podría encontrarme con ella y eso me asustaba mucho, no la volvería a ver, a ella a nadie, y para colmo estaba medio perdido entre esa tarde que el campus estaba casi vacio, y la gente que había estaban en las clases puesto que fuera hacia demasiado frio dado que era invierno.

Esa era una de las causas posibles de las que me pusiese a tiritar, casi comenzaba a darme una pequeña hipotermia, si no me secaba pronto y entraba en calor, la caseta...e staba cerca... la caseta... mis llaves.... mis dedos estaban congelados... solo... pude tocar el pomo, hasta eso me dolía, los sollozos eran varios mi frio me daba calor cuando tiritaba y dolor al tocar cualquier otra cosa. Finalmente me senté en el suelo, hechandom,me la ropa mojada por encima, si estaba mojada pero era mejor que ir semidesnudo y sin nada... no podia gritar... no había fuerzas si alguien pudiese verme... su hubiese alguien:

¡mami...!-se escuchó un leve susurro antes de que mi cabeza se golpeara con la puerta medio incosciente , deseando dormir y que todo terminara.

Estaba trotando por el campus cuando me encontré con una amiga. Estaba sola y el frío se calaba por los huesos como un puñal de fino cristal, cualquiera que no estuviera bien tapado, le cogería unfrío enorme, por lo que la acompañé hasta la entrada del centro.
En ese momento, me encontré con uno de los muchachos de mantenimiento, quien me preguntó a donde había ido, por donde había pasado, que estaba haciendo. A todas estas preguntas, no pude responder muy deprisa, pues uno de los responsables del campus se acercó y corroboró las preguntas para empezar a ponerme nerviosa. Parecían la misma policía, como si yo hubiese cometido un gran asesinato y necesitaran todas las pruebas pendientes. Alcé las cejas y contesté con apremio sintiendome algo enturbiada por el asunto.
-Pero.. que ha pasado? por que preguntáis esto?- las preguntas si que se me metían en la cabeza como si fuera una hucha vacía y se empezara a llenar demasiado hasta tal punto de dolerme cada moneda que caía. Entrecerré los ojos a medida que iba entendiendo lo que había pasado. Un chico había desaparecido, para ser más exactos, uno de los empleados del lugar. Primero no entendía cual era el problema, pues ya volvería. Me lo explicaron más detenidamente, el claso de retraso que perseguía a aquel chico y mi cara se ponía de moreno a blanco pasando por todos los colores existentes. Las noticias daban una fuerte borrasca que venía directamente desde el norte, llegando con horribles temporales de nieve y frío polar. Abrí los labios más nerviosa que antes y me dispuse a colocar ropa de sobra y en la mochila, un par de mantas por si acaso.
Después de discutir por que no me dejaban salir, gané con creces cuando nombré el tiempo que estabamos perdiendo y que no había mucha gente. Salí del campus empezando a correr mirando a ambos lados, al parecer, nadie sabía nada, le llamaban por telefono, y nadie contestaba, estaba apagado. La preocupación había empezado cuando llamó su hermana al centro y a partir de ahí, todos se habían vuelto locos. Los nervios me empezaban a llegar hasta tal punto que tuve que correr más deprisa, buscando por todos los patios que rodeaban la residencia.
De pronto me paré en seco. Una cara de horror se me quedó gravada en mis grandes ojos azules y no pude dar más de un paso. La respidación entrecortada, la cara pálida y los brazos totalmente muertos a los lados de mi cuerpo. Abrí los labios y me acerqué corriendo a su lado para menearle con fuerza. Estaba tan pálido que me asusté. Mojado como estaba y frío como un témpano tuve que sacar con rapidez las mantas rodeandole mientras le chillaba a ver si estaba todavía con vida.
Tras calentar su cuerpo con las mantas, coloqué mi mochila bajo su cabeza y le tomé el pulso y respiración, por suerte, todavía no había llegado a la hipotermia extrema, por lo que con mucho calor y agua café caliente empezó a entrar en calor.
-Despiertate pequeño....- susurré ya dentro de la cabaña con su cabeza en mi regazo y mi movil en la oreja. Con breves palabras, describí donde estábamos pero desgraciadamente el ventoral estalló por completo.

Off: según nuestras relaciones... nos conocemos ya xD

Mi estado se agravaba, ya no podía moverme, miraba al cielo, un temporal que se iba acrecentando... ¿por que aquella gente se había portado así? Me habían hecho daño, se habían burlado de mi, tan solo tenía algo que aferrarme... tenía que abrir la puerta de la caseta, intente moverme, pero mis músculos me fallaron, no se movían no me podía mover apenas, lloraba, no volvería a ver a mi hermana, no volvería a ver a mis amigos y amigas... no ... eso seria muy malo yo quería pasar tiempo con ellos tiempo jugando divirtiéndome siendo alegre, no iba a poder serlo nunca más no iba a poder criar a mis pájaros... se me morirían, en primavera cantarían y podría enseñarles a volar después de criarlos en invierno, enseñarle a hacer sus cosas y presentarlos a concursos de cante.

Inconsciencia... un sueño: "Me encontraba en un lugar helado, no sabía donde estaba pero todo parecía de plastilina, todo era extraño... en ese instante vi una familia pero no era humana... era de pinguinos... ¡PÌNGU! Lo seguí ilusionado hasta dar con el... pronto comenzaron a hablarme raro mientras me miraban raro como si me quisieran hechar. Tuve que correr puesto que me perseguían con pescados de plastilina, finalmente llegué a un bosque, un bosque de plastilina donde en medio de la nada había una hoguera... cansado de correr me dormí... al momento abri los ojos zarandeandome... era un oso que gritaba... un oso un oso ¡AAAAH!"

Abrí los ojos asustado y exaltado, calentito, pero mirando a alguien conocido... no me acordaba de nada de lo que había pasado estaba en la cabaña del jardinero veía a la chica recordando quien era sacando los brazos de la manta y abrazándola, en ese instante al sentir dolor y algo de frio recordé, el miedo volvio y comencé a llorar:

¡Breee! ¡Bree!... me me han hecho daño... una gente mala... mala mala-decía entre lágrimas abrazado a su cuello semilloroso, intentando que ella me consolase como mi buena amiga, de las pocas que recordaba bien, Bree, me ayudaba, me había salvado de... de la muerte... le debía la vida al completo.

Seguí hablando por el teléfono casi discutiendo con el director del centro. Samu necesitaba ayuda, necesitaba una maldita ambulancia y que lo llevaran rápidamente al hospital para que su salud no peligrara, pero no podían mandar nada, al parecer, el temporal iba a ser peor de lo que se esperaba y nadie podía salir de sus casas. El gesto de horror de mi cara se hacía cada vez más y más evidente, mis brazos temblaban mientras agarraba al niño medio moribundo. Una lágrima empezó a surcar mi rostro.
Bajé la cabeza y dejé que mi nariz se quedara en su frente cuando mi cuerpo ya empezaba a mecerle. Le rodeé con los brazos besando allí donde mi nariz reposaba totalmente undida. Tenía que vivir, por supuesto que tendría que...
Se me hizo un nudo en la garganta. Empezaba.. estaba.. el... Dios, estaba vivo!
Sus brazos me rodeaban mi cuerpo apretándome con fuerza y de sus ojos salían un mar de lágrimas que me encogió más el corazón. Empezó a llamar por mi nombre y la sonrisa de alegría me apareció en el rostro intentando dejar de llorar. Estaba bien, si, estaba bien... me recordaba!
-Tranquilo cariño, tranquilo...shhh...- lo mecí contra mi pecho como si fuera un niño pequeño y besé la coronilla de su cabeza dejando que su pelo azabache me hiciera cosquillas en la nariz. Alguien le había echo algo y desde luego no quedaría a salvo de esto. Yo misma me encargaría de buscarles y tomarme la justicia por mi mano, después, dejaría que los demás lo acribillaran.
-Te acuerdas de quienes eran?- pregunté con sumo cuidado para no dañarle de nuevo, aun que estaba claro que ya tenía bastante miedo por la manera que temblaba violentamente su cuerpo

Miré a mi amiga, esta estaba frente a mi, me consolaba, yo por mi parte segía asustado por el mero hecho de que estaba recordando lo ocurrido, viendo lo que pasaba por mi mente una otra y otra vez, todo lo que había pasado, aquella gente llamándome tonto, tirándome al agua que miraba solamente para ver si podría patinar sobre ella, pero nada, piedras, veia las piedras volar hacia mi intentar golpearme, no me había dado ninguna pero alguno me habia intentado hundir, incluso me habían intentado dejar allí incosciente, nada yo había resistido y me habían dejado por imposible, no tenía fuerzas, no me gustaba pelear, mi inocencia era mi perdición, lo era todo para mi... estaba mal... muy mal.

Pero ella me tranquilizó, mis lloros se iban calmando lentamente, estaba muy asustado cierto, pero ella aquel afecto fraternal de ella, me hizo recordar a mi hermanita, ella, ella debía saber que estaba bien, había pasado todo, que no necesitaba un hospital, queria a mi hermanita, queria que viniese conmigo pero Bree... bree era una de mis mejores amigas, de las pocas que recordaba y la quería mucho, lo que estaba haciendo por mi ahora mismo no e olvidaría... palabras, conmigo.... se podía esperar cualquier cosa:

¡Bree! Breee... no ... movil... frio... agua.... mojado...piedras...-todo eso entre lloros mientras ella me consolaba, no podía consolarme, yo estaba recordando todo de golpe-Hermana... hermana... ¡Bree! ¡Breee!

Estaba desorientado, sabia donde estaba, sabia con quien estaba pero estaba asustado, mi hermana no tenía forma de comunicarse conmigo, pregunto algo y me quedé quieto solo logré decir unas palabras entre sollozos silenciosos, pero tranquilizándome lentamente muy lentamente:

No lo se... gente... mala... muy mala... -dije mirándola para despues abrazarme fuerte a ella, agarrandome a su cuello, no quería que me dejase, estaba desamparado y la necesitaba.

Acaricié su espalda a medida que oía como sus gemidos se apaciguaban y las lágrimas dejaban de caer por sus mejillas. Lo miré tranquilamente todavía abrazándole, dándole apoyo al menos físico. Empezó a dejar de temblar y sonreí para mis adentros de que estuviera bien, de que no necesitara apoyo de una ambulancia, pero empezó a balbucear palabras.. palabras sin sentido que no entendía su significado, que podía llegar a entender su curso, pero no del todo.
El móvil fue lo que más me llamó la atención. No sabía si lo decía por que yo lo había utilizado o por si el quería avisar a alguien. Por si acaso le tendí el movil y lo miré con una sonrisa
- Ya he avisado, pero no podemos salir, hay tormenta de nieve- alcé las cejas y escuché más atentamente si se acordaba de alguien de los que le habían hecho daño. Solo alcanzó a decir que eran malos pues las lágrimas volvían a empaparle la cara entre sollozos. Mordí el labio de nuevo con pena, no podían haberle echo eso.. que tipo de persona dañaría a alguien a sabiendas de que no podía defenderse? Era inocente y muy buena persona, por que alguien querría hacer eso? Es que de verdad que no lo entendía..
O si...
Mi padre mismo me ignoraba y me trataba mal por el simple echo de ser más pequeña y no tener quien me defendiera. Mi madrastra, otra gran estúpida había echo lo necesario para hacerme sentir una escoria, alguien que se sentía bien mirando a alguien inferior, aun que solo fuera por edad notar dolor, hundirse, deprimirse. Pero había salido de ahí, ahora era libre y gracias a la ayuda de mi abuela pude salir adelante cuando se murieron esos mal nacidos...
Día tras día dejé de sentir ese dolor, pero seguía durando, el trauma infantil no se quitaba con tanta facilidad y mis días de rebeldía habían durado demasiado tiempo. Sin embargo...
Samu era de verdad un niño, en un cuerpo de adulto, pero al fin y al cabo, un niño. Probablemente lo olvidaría todo, pues tenía algo que siempre hacía que no se acordase de las cosas.. Pero yo no lo olvidaría y su hermana tampoco, de eso me encargaría yo. Espera.. su hermana! tenía que avisarla. Miré a Samu que me prestaba atención y le pasé el telefono
-Quieres llamar a tu hermana? - por supuesto el niño asintió, pero antes que nada, tenía que hacer que no llorara - me prometes que intentarás no llorar? No querrás que Alecta se sienta mal verdad?- pregunté con voz ridículamente empalagosa y con cariño para que no le doliese que no le dejara expresarse. Sabía que ella no podría venir, si lo escuchaba en mal estado, se frustraría y haría lo posible por llegar, incluso hasta aventurarse en la tormenta.

Finalmente me fui calmando, sin otro remedio que ese, mirarla ya era un consuelo, estaba con ella, a salvo, no estaba solo, estaba con una de mis mejores amigas, alguien de la que siempre me acordaba, había mucha gente de la cual no me acordaba y eso me frustraba, mi amiga me tendió el móvil, negué no quería el móvil, el mio... el mio estaba roto, busqué mi ropa con la mirada, estaría en otro lado así que solo quedaban mis palabras, que me hicieron reaccionar, poco a poco el signo de hipotermia iba pasando a medida que entraba en calor y me secaba, estaba avanzando al respecto y aquello me agradaba bastante, teniendo a Bree al lado, era mejor así:

¡no!... mi móvil está estropeado-miré el suyo, y lo observé no podíamos llamar a nadie, la tormenta estaba quitando la cobertura, y las llamadas de emergencia eras las únicas que podían usarse al parecer-No hay cobertura Bree... estamos atrapados aquí hasta que pase la tormenta...

No me deprimí... intenté incorporarme, besé la mejilla de Bree, mojando esta dado que yo estaba empapado entre lágrimas, el agua ya no era un problema, mis lagrimas tampoco necesariamente, era mi mecanismo de defensa, necesitaba el calor de alguien a mi lado, como un niño que necesitaba a su madre, no la tenía... desde que perdí a mi hermano y mis padres en aquel accidente no había día en que no les echara en falta en el que al acostarme viésemos la foto familiar de cuando aun estaban vivos y soltase las lágrimas, tener a mi hermana y muchos amigos que me cuidaban, me animaba, pero no podía evitar que echase de menos a los que me dieron la vida, a los que me dieron todo... Alecta era lo poco que me quedaba de mi familia, que ella me perdiese o yo perdería a ella, sería un golpe demasiado duro para cualquiera de los dos... y era consciente ahora que había estado a punto de... morir congelado:

No podemos llamarla... pero... pero... no quiero que venga... está trabajando... pero quiero que esté conmigo... quiero verla... -me estaba contradiciendo yo mismo sin darme cuenta, por un lado pensaba en lo mejor para mi hermana, por otro estaba siendo egoísta y pensando algo en mí, agité la cabeza y me tranquilicé, me levanté de golpe y comencé a mirar a mi alrededor, la ventana empañada, los medios de allí, el jardín hasta que vi mis cacharros... las cosas que arreglaba y aun no había devuelto-¡Eso!... con eso... se puede hablar con el colegio por radio... creo que funciona... no lo se lo arreglé la otra vez... o... ¿me faltaba algo?-ya empezaba ano recordar cosas, me puse nervioso, semi desnudo solo en calzoncillos y con la manta alrededor mía.

Mordí el labio y lo dejé moverse por lo que parecía una cabaña. La verdad es que ni me había fijado en ello, ya podía ser una sala de torturas o algo peor y ni me habría dado cuenta. Alcé la vista escuchando al chico y contestando en contadas ocasiones:

Era la típica cabaña de madera de apenas 3x3 de grande, con un olor muy peculiar a barniz que picaba en mi nariz. La moví ligeramente bajando un poco la vista a unos paneles donde había todo tipo de herramientas, desde unos destornilladores, hasta hazas para los cultivos. Bajé un poquito más la mirada mientras me recostaba de pronto tremendamente cansada en la pared y visualicé lo que sería un corta-césped.

-No te preocupes, el móvil te lo dejo..- lo miró rápidamente y pronto alzó la voz para decirme que no tenía cobertura. Bueno, era evidente, pero no me había parado a pensar que no me dejaría llamar, ya que acababa de hacerlo. Pronto volvió a acordarse de su hermana y tuve que alzar la vista de nuevo para mirarle, ya estaba muy tranquilo, quizás aquella parte más "adulta" hacía que Samu no perdiera los papeles.

Radio? Como?? Me levanté aparatosamente, hacía realmente mucho frío y los huesos se me entumecían a pesar de tener ropa de sobra. Pronto miré a Samu con la piel de gallina y solamente un boxer mojado como prenda, por lo que recogí la manta y se la pasé por los hombros dejando mi propio brazo por encima de ellos. Miré la radio observando como empezaba a moverla a ver si tenía señal

- No se como funciona Samu... y tu?- pregunté con gesto cariñoso, mirándolo con una sonrisa, para que al menos, se pudiera olvidar un poco de todo y me explicara cosas irrelevantes como aquella en aquel día tan extraño. Volví a mirar la radio y empecé a girar los botones con tan poca suerte que quizás me riñera un poco, pero no me importaría, Samu podía reñirme lo que quisiera, siempre me convertía en una persona cariñosa cuando estaba con el, no podía enfadarme ni nada, asi que, por que no?

Terminé sonriendo a Bree, estando cómodo con ella, tranquilamente, ella me dejó su móvil pero me tuve que negar dado que a mi no me servía para nada en esos instantes, tan solo para verlo, no había cobertura debido al temporal, estábamos atrapados, sin poder secar mi ropa y con una manta en mi nuca que me daba calor con Bree que me prestaba algo de su calor corporal, la verdad estaba muy bien con ella, me sentía seguro, ahora llegaba a estar feliz al completo, con mi buenisima amiga, pero no todo llegaba a ese punto había que hacer cosas, manos a la obra, hab´´ia que avisar de que estábamos atrapados por el temporal y necesitaba ropa:

Necesito ropa.... aquí... no hay....-tiritaba a pesar de todo, bastante muerto de frio, lnecesitaba entrar en calor, no tenía mechero ni calefacción, la cabaña de madera era resistente al frio por lo que no pasaba demasiado pero estaba mojado y tan solo con una manta, tenía hambre, sed no, acababa de tragar mucha agua, sucia pero agua. ahora debía centrarme a lo que estaba la radio... la miré sin recordar muy bien.

me senté frente a esta y vi piezas quitadas... y vi la salvación... el soldador eléctrico serviría para dar calor... lo nchufé en una base que había bajo el banco de trabajo y me dispuse a mirar la radio y a toquetear botones y más botones a medida que iba recordando como funcionaba, la ondas la antena, como se encendía, lo estaba entendiendo, comprendiendo, era el pequeño don que me hab´çian dado tars esa capa de "Retraso" que tenía, era feliz arreglando cosas aprendiendo a usarlas, por eso era el encargado de mantenimiento:

Si se... mira aquí podemos subir o bajar... la frecuencia... y esto es para el canal que podemos usar... creo que se el canal que usa el guarda de seguridad... me lo dijo una vez para que pudiese probar esta radio que es suya-dije abriendo mi cuadernito a ver si tenía por ahi apuntado la frecuencia y el canal que usaba, dando con la página y quitando la mano de Bree riendo fuí colocando la frecuencia y el canal que me daba pero sin función alguna... no había logrado arreglarlo aún....-No está arreglada... lo siento-me quedé triste mirando la radio... esperandoq ue se me hubiese olvidado algo que pudiese ver, puesto que no me acordaba de mucho.

Ropa.. era verdad, la necesitaba, pero no tenía, así que tendría que conformarse con aquellas mantas que había llevado cuando me dispuse a encontrarle... Cerré los ojos algo cansada ya de estar en aquel sitio frío, no me gustaba sentir la humedad en los huesos, ni notar mis piernas entumecidas por no poder moverme. El sitio era demasiado pequeño para poder hacer algo que impidiera que nos doliese tanto el cuerpo, aun que había un banco lo suficiente para que cabiesemos los dos sin caernos de él. Me fuí hasta ahí, mirando cada cosa que hacía tras sacar el brazo de encima de sus hombros, comprobando que volvía a olvidarse del incidente, de su hermana, del frío y mismo de la ropa.

Cada vez que lo veía me recordaba más al hermano pequeño que nunca tuve, a alguien que necesitaba ayuda y apoyo, amistad. Si lo veía por los pasillos, lo único en lo que pensaba, era en correr hacía el y darle un buen achuchón, decirle lo agradable que era o mismo un te quiero llenandole la cara de besos. Me encantaba verle siempre con esas camisas tan bien puestas o alguna que otra mancha en una camista. En su mano, una libretita donde apuntaba todo y cada una de las cosas importantes que debía hacer para no olvidarse, pero en eses momentos no la llevaba en la mano, seguramente estaría en su bolsillo. Cerré los ojos de nuevo con pesadez, a saber que le habían hecho al inocente de Sam, no se lo merecía, de verdad que no. El ayudaba y arreglaba cualquier cosa que le mandaban, incluso si se lo pedías haría cualquier cosa, cosa que lo convertía en una buenísima persona.

Empezó a mover las piezas de aquel cachivache desmontado con cara interesante, haciendo girar ruedecitas como si estuviera pensando para que servía cada uno. La verdad es que me hacía bastante gracia la sonrisa de oreja a oreja que había puesto cuando empezó a intentar arreglar aquella radio descompuesta, incluso cuando me senté con el me contó como funcionaba, que debía de hacer y tocar para su buena utilidad. Frecuencia... canal... empezaba a pensar que sería más fácil de lo que pensaba, pero entonces colocó unos numeritos y no funcionó. Vaya, no debía de ser tan sencillo si no le funcionaba a el...
Estreché los ojos y apoyé la mejilla en su hombro pensativa, tenía que ser sencillo, solo que...tendría algo mal puesto. Le ayudé a abrir de nuevo la radio y miré el cableado con la nariz arrugada. Pero que coño? Por que había tantos cables?

Junté también el ceño y puse morritos mientras pensaba. El índice iba directamente a ponerse por encima del labio y rascaba los orificios de mi naricilla
-Yo no tengo ni idea de esto, pero como tu si, supongo que podemos pensar en algo no?- lo miré con una sonrisa ladeada, luego, volví mi vista al cachivache -Para que sirven los cables rojos?- pregunté con tranquilidad moviendolos para ver como funcionaba, teníamos que contactar con el exterior antes de quedar todo el día sepultados y como consecuencia, muertos de frío.

Me removí en el asiento eléctrico, otra cosa que no me hacía gracia ya que samu estaba parcialmente mojado. Arrugué de nuevo el puente de mi nariz y moví la boca como un ratoncillo antes de sonreír cariñosa y levantarme para tirar de el. A pensar de ser más bajita, siempre llevaba ropa sumamente grande, por lo que al chico de dos metros, le serviría perfectamente mi sudadera. La quité por la cabeza con rapidez, rápidamente notando en mi piel el viento gélido que entraba por debajo de la puerta. Se la puse sin que rechistara, pues todavía estaba sentado mirándome con curiosidad. La camiseta que tenía puesta, una básica blanca de sisas empezaba a revolotearse por mi cintura, donde me quedaba un poquito más holgada. Alcé las cejas y cogí una de las mantas que no estaba tan mojada y la rodee por el cuerpo del chico. La otra, le di la vuelta y me la puse yo, aun que notaba un poco la humedad. Con suerte, se secaría antes de que empezara de verdad el frío.

Mientras la chica hacía lo que podía yo me dispuse a desmontar el cachivache a ver lo que se me había olvidado, comencé a examinarlo y a ver los papeles de al lado buscando algo en claro, nada a simple vista, lo que comencé con rostro confuso y tiritando a buscar una solución alternativa mirando que estaba conectado y comenzando a mirar cable por cable a ver si los había soldado bien para después enchufar el soldador, así este nos daría calor de todos modos... me moría de frio, y veía a Bree, mi buena amiga Bree... que también tiritaba, a diferencia de ella yo estaba mojado y semidesnudo... con la manta haciéndome mucho, pero muerto de frio y con la mente seca.

Al menos estaba haciendo lo que me gustaba, lo que sabía hacer... lo que erradicaba mi don hacer cosas arreglar cosas, y se me estaba dando bien, apreté tornillos desconecté y conecté aun enchufado, hasta que vi un conector suelto, el terminal estaba dando mal contacto, sonreí, pues era un cable de alimentación uno de los negros, osease negativo... lo saque del conector y me dispuse a cambiarle el terminal, o mejor... lo puenteé... necesitábamos arreglarlo ya, en el momento que lo conecté a otro negro empalmándolo eso comenzó a funcionar, el altavoz se escuchaba, pero nada extraño solo ruido, miré a Bree contento, orgulloso de mi mismo y di dos palmitas:

¡Lo he arreglado Breee! ¡Funcionaa!-dije divertido montandolo para al menos ver lo que tenia que tocar para dar con señal y luego miré a Bree que me miraba raro preguntándose que era ese cable-Alimentación... en continua es... rojo positivo negro negativo... en alterna es... negro fase y azul neutro... amarillo verde es o masa o tierra-lo decía de memoria de una forma tranquila, los demás colores eran también conocidos pero solo sabía que dependiendo la máquina era de una forma u otra y ahi ya tenía que usar un esquema o algo para guiarme-Es sencillo... a mi se me da bien esto

Que se me diese bien algo me inflaba de orgullo, básicamente no sabía hacer nada bien, se me olvidaban esas cosas, todo lo que intentaba fracasaba estrepitosamente, exceptuando el arreglar cosas, y eso me enorgullecía, por eso mi hermana me ayudaba, había hecho que tuviese en casa mi propio cuarto con herramientas y cosas para arreglar. Bueno era el momento de pedir ayuda, comencé a buscar la frecuencia y hablando a la vez por el micrófono de la radio:

SOS... SOS:.. estamos perdido en un temporal... muertos de frio... sin calefacción y sin ropa seca... SOS SOS:.. estamos en... en... en... Oxford... en la..-di una mirada rápida alrededor-En la caseta del jardinero... Soy Samuel Cleverian... estoy con Bree... ¿me escucha alguien? ¡Cambio!

Por el momento era inútil, no daba con nadie, o repetía el mensaje una y otra vez hasta que alguien me contestó, al parecer era la policía, pero ahora mismo no podían hacer nada, estos contestaron amablemente de la siguiente forma:

¡Aquí el sargento Reinald de la policía de Londres! Recibimos su transmisión, el temporal es muy fuerte, no se os ocurra salir, intentaos daros calor como podáis... avisaremos a los bomberos ya la universidad, Si disponéis de medios para hacer fuego hacedlo cambio y corto-contestó este, yo miré a Bree feliz y miré a todos lados señalando la gasolina del cortacesped y un bidon grande.

Si eso pretendía hacer, había sacos con hojas secas que el jardinero se llevaba a su casa para su chimenea, hoy aun no había terminado, así que no se las había llevado, pero llevaba ramas podadas y todo, por otro lado teníamos la gasolina del cortacesped y por otro... el bidón par ano salir ardiendo... era perfecto:

¡Salvados Bree!... pero... ¿como hacemos fuego?-pregunté bastante confuso

Empezó a mover cablecito por aquí cablecito por allá con tantísima concentración que me costaba entender que era lo que hacía y como sabía todo aquello. Una suerte la verdad, no sabía que una persona que tuviese la mentalidad de un niño de ocho años, pudiese dársele tan bien la electricidad o mismo aquello que hacía en el colegio. Era como un manitas, arreglaba absolutamente todo lo que tuviese arreglo, y lo que no, también. Quizás era como un niño pequeño con demasiada inteligencia para su edad, aun que, que irónico era sabiendo el aspecto que tenía, recordando que era un niño en un cuerpo de adulto. Tenía que ser bastante enervante, aun que probablemente no se daría cuenta de ese tipo de sensaciones, quizás que fuera retrasado si, pero no tanto como para sentirse mal, no?

El era feliz, si, era feliz quitando cables y poniendolos en otras entradas, dandole vueltas a las ruedas y colocando la máquina en movimiento. Cuando por fin funcionó, su sonrisa se ensanchó peculiarmente, tanto que no pude evitar echar una risa al aire y escuchar atentamente lo que intentaba explicarme, a pesar de no entender nada de nada. Sonreí por costumbre y me acomodé en el asiento pasando los brazos alrededor de mis piernas, posando la mejilla en la rodilla mirándolo mientras se henchía completamente de orgullo y autosactisfacción. El hecho de verlo tan alegre y extasiado me dejaba completamente relajada, me gustaba aquella situación a pesar de haber estado tan asustada hacía apenas una hora.

Recogió de nuevo el micrófono y empezó a hablar como una cotorra de todo lo que yo ya había avisado por móvil, aun que en este momento, lo que queríamos hacer era estar en contacto con el mundo exterior. La contestación vino rápida pero no me hizo ni gracia la idea de "hacer fuego" Oh no.. no.. era demasiado pequeña la cabaña para poder hacer un fuego sin incendiar todo, además, yo era demasiado patosa para esas cosas, fijo que nos quemábamos. Alcé la cabeza deprisa para negar por si acaso se le ocurría coger aquellas ramas y la gasolina que ya llevaba cinco minutos mirando

-Samu, no haremos fuego.. no...- mi negación hubiese estado más respaldada si no entrara de nuevo la brisa helada por debajo de la puerta volviendo a hacer que mi cuerpo temblase violentamente. Estúpido día, estúpidos los que habían tirado a Samu al agua y estúpido Karma! Me levanté con cara compunjinda y con un mohín tristón recogí las hojas y empecé a pensar en hacer el fuego, aun que no había ningún mechero por el lugar. Empecé a buscar unas cerillas, que por suerte, había en un cajón e hice lo posible por tapar la maldita puerta para que no entrara más frío. Me senté en el suelo con Samu al lado y comenzamos a intentar crear el fuego a partir de aquellas hojas. Si no eramos capaces, colocaríamos un poquitín de gasolina, pero casi nada para que no explotara todo el lugar.
-Ayudame a eliminar el frío que entra por la ppuerta Samu...- murmuré dejando trastos para que no se nos apagase el poco fuego que todavía no habíamos ni empezado a hacer.

Había que arreglar el tema del frio, pero Bree, no me ayudaba, tenía que hacer lo posible para hacerlo, mas la negación de esta me hizo inflar las mejillas, me moría de frio, no era hora de decir que no, además lo había dicho un poli... a la poli había que hacerla caso, tomar nota de ellos, ellos sabían protegerse, sabía como actuar, eso me decía mi hermanita que había que hacerles caso, muuucho caso, ¿y por que mi mente repetía mucho caso? jajaja, Mucho caso... había que hacerles mucho caso. Me despisté con estas palabras hasta que decidí contestar a Bree con palabras mas o menos desesperadas:

Pero Breeee.. lo ha dicho la poli-lo dije tarde... porque Bree parecía que se había convencido, suspiré aliviado puesto que no podía estar mas muerto de frio y la ayude, miré el lugar donde el techo inclinado era mas alto, apartando todas las cosas inflamables con bastante astucia había que decir y al fin prendiendo fuego delicadamente a las hojas y ramas secas, aunque aun sin gasolina, la idea de Bree era buena si, primero sin gasolina y si no ardía pues ya se la añadíamos aunqeue podróamos asfixiarnos.

Me quedé pensativo por la petición de Bree... no podíamos hacer eso, no podíamos eliminar la abertura... ¿por qué Sam?... una buena pregunta quizás sin una respuesta directa pero la cual se me hizo extraña cerré los ojos, intentando recordar, se que hacia frio, pero había un motivo... un solo motivo por el que me acordé... el fuego... el fuego llenaría de humo la cabaña y sin un lugar que saliese... nos podríamos asfixiar... Hoy estaba que estaba acordándome de todo ¡Bien:

¡Nooo Bree! el humo nos mataría... porfa acercate al fuego, lo retiraremos de la corriente de aire... a lo mejor va mejor-sonreí de forma tierna a mi Bree, ella me estaba ayudando mucho, me había salvado la vida, además... yo tenía mas frio que ella, iba solo en calzoncillos y con una manta, ella tenía su ropa seca prácticamente... yo debía entrar en calor ya... o me podría dar una hipotermia completamente.

Menos mal que me hizo algo de caso al ayudarme a hacer calor, pero pronto empezó a poner caras. Alcé una ceja mientras subía a mis brazos las hojas y las tiraba a un especie de bidón de metal parecido a los de los vagabundos. Mordí el labio inferior y puse también algunas ramas completamente secas dentro mirando como Sam todavía no se movía. Me agaché de nuevo mirándole, tenía la mano en los labios y la mirada perdida en algún punto fijo de la pared. Me crucé de brazos mirándole, no sabía que iba a decir ahora, pero esperaba que no fuera algo extraño.

De pronto, lo que dijo me pareció bastante lógico, pero no sabía que hacer, no era BoyScout y tampoco había nunca mirado este tipo de cosas ni en la tv ni en ningún sitio. Siempre había mirado en los campamentos poner unas piedras alrededor, pero es que aquella cabaña era muy pequeña y no había tampoco un cajón con agua. Miré a otro lado buscando un lugar como cerrar su "entrada de aire" y encontré una especie de armario. Sonreí y me adelanté a empujarlo con fuerza para ponerlo delante de la puerta. Mi intención, como el había dicho no era taparlo del todo, solamente quería ponerle algo delante y desviar el aire de debajo de la puerta, no me apetecía sentarme y congelarme los riñones.

-Bueno, ahora a hacer el fuego!- le cogí de la mano para ponerle la cerilla, que el encendiera la hoguera sería más divertido para él. Me puse tras su cuerpo y lo rodeé con mis brazos dándole calor tapándole con la manta. Sonreí en su hombro, a pesar de ser mucho más alto que yo, mi nariz casi podía ponerse por encima de su hombro, pero no más. Abrí la boca un poco y mordisqueé su cuello aburrida, todavía no hacía calor así que podía pegarme a Sam y hacerlo entre ambos.

Lo que hizo Bree aun no me parecía dle todo correcto, podría formar una acumulación de humo, pero vi que no pegaba el armario del todo, por lo que confuso me quedé mirando, examinando, tardando como siempre en llegar a una conclusión logica que pudiese decir que habíamos hecho lo correcto. tardó en llegar, pero mi mente realizó aquello con esfuerzo, analicé la situación y me dispuse a cerrar los ojos pensando que era lo que podía pasar... nada... el viento entraba por los lados, se notaba ese leve silbido y el aire frio aun, así que el aire se renovaba, aunque no estaba seguro de que escapase suficiente humo, aún así podía hacerse, al menos calentar el bidon por dentro y que el humo fuese escaso muy escaso.

Breee, me entregó las cerillas, mas se colocó a mi espalda, la sentí abrazarme y taparme con su manta, entrecerré los ojos mientras sentía como Bree me abrazaba, era un gesto muy maternal que le prosiguió unos mordisquitos en mi cuello que me dieron algo de risa mientras encendía la cerilla y la echaba a la leña y hojas secas que había dentro, por suerte teníamos un montoncito mas en sacos asi que si se iba apagando podríamos encer más, luego quería hablar con Bree, quizás hablar nos mantendría activos y por indole más calentitos:

Gracias Bree... creo... creo... que me has salvado la vida y... y eso me pone muy feliz... porque eres mi amiga y te quiero mucho mucho...-en ese instante me di la vuelta con los ojos llorosos, pero no eran lágrimas de tristeza, sino de felicidad, una felicidad grata que quizás podía notarse al abrazo que me ci a ella enterrando mi rostro en su cuello un tierno abrazo que necesitaba, la manta nos cubría, la ropa igual y ahora el fuego comenzaba a avivarse a darnos calor agradeciendo al bidon que no se descontrolase y pusiese en peligro la cabaña. Solo quedaba estar ambos allí y darnos calor hasta que pudiesen rescatarnos.

Sonreí observando como se daba la vuelta, parando de darle mordisquitos por el cuello, observando sus ojos llorosos con alegría mientras rodeaba mi cuerpo con sus largos brazos. Su cara se hundió en el único hueco que había entre mi mandíbula y clavícula. Empezaba a respirar en mi piel, con los sollozos que empapaban mi mi cuello hasta hacerme reír de las cosquillas. Me separé ligeramente, no solía dejar que me tocaran esa parte de mi cuello por nada del mundo, era peor que tocarme el trasero, no lo soportaba, me hacía reír escandalosamente si era un amigo, me volvía completamente loca si era alguien que me atraía ligeramente. En este caso, me moría de la risa, no podía aguantarlo mucho tiempo. Estiré el cuello y giré la cara mirándolo a su carita
-Yo también te quiero mucho mucho, pero por favor...- Estiré la mano con el dedo acusador por delante, ese que ponían las madres cuando querían decirte: Eso no se hace!- no vuelvas a hundirte en mi cuello, vale?- apreté su cuerpo de nuevo con ambos brazos alrededor de su cintura y sonreí de oreja a oreja- si no te morderé la nariz mucho mucho!- puse la mejilla completamente pegada a su pecho. Aun que tuviera aquella mentalidad de niño pequeño, su cuerpo seguía creciendo más y más hasta convertirlo en un hombre adulto de bastante buen ver.

Me separé de golpe mirándolo atentamente. Mierda, de demasiado buen ver! Esto me empezaba preocupar.. se le formaban aquellos músuclos por todo el cuerpo, pero como todo el mundo lo tomaba por retrasado simplemente, nadie se fiajaba en estas cosas, creo.. Pero ahora que lo sé yo si y me empezaba a molestarme de sobremanera que otros lo mirasen así. Y si se sobrepasaban con el? Por Dios, Sam era un niño.. no quería que le hicieran daño.. no.. el.. era un niño.. Con preocupación que probablemente el no entendería me abracé a el con fuerza
-Samuu, te estás convirtiendo en un niño muy muy guapo, voy a tener que sacarte a las chicas con patadas en el culo cariño!- apreté la cara contra su pecho y le espachurré haciendo que lloraba, para luego levantar la mirada y sonreír con travesura.

Su petición me hizo reir, ¿por que no? era donde yo llegaba para apoyarme en ella, sino tendría que apoyar mi barbilla en su cabeza y eso sería muy incómodo, pero bueno a lo mejor le molestaba o algo mas extraño, de todos modos no pude evitar mirarla con ese aire de confusión entre mis ojos y mi rostro que se hacía mas y mas vigente a la medida que pensaba el motivo de su rechazo hacia mi, no lo entendia la verdad, era algo que escapaba a mi entender como persona aunque a lo mejor era su risa la culpable aunque no diese con un verdadero motivo y culpara a otras muchas cosas con bastante peculiaridad, el hecho era que mi amiga Bree se sentía incomoda con que yo apoyase ahí mi barbilla así que no lo haría:

No entiendo por que no quieres que lo haga, pero si tu me lo pides... lo haré-dije con una media sonrisa tranquila pero agradable, para después reir ante su amenaza rascándome la nariz de una forma inconsciente ante la idea de que mi amiga me mordiese esta, me hacía gracia imaginarme a la rubia pegandome un bocao en la nariz, mas mi contestación fue referente a algo que podría acompañar a la mordida "mucho mucho" como ella indicaba-Pues si me muerdes la nariz puedes llevarte moquitos jajajaja y no creo que te gusten ¿no?

Le sonreí y acaricie su pelo achuchandola hacia mi con fuerza y cariño mientras esta apegaba su mejilla en mi, yo estaba agustito con ella, pero de pronto ella se puso a decir cossas raras sobre chicas, yo me quedé parpadeando, no lo entendía, quizás era porque yo no era consciente de lo que era, no, yo no era consciente que mi cuerpo era lo que las chicas llamaban atractivo... támpoco era que hubiese estado con muchas chicas, mi pareja era Vassilia... ella era una chica, una chica que me había besado, bueno nos habíamos besado la tercera vez que nos vimos y que yo había molestadoa esta cuando tocaba el piano... fue cuando paso que ella comenzóa tocar y yo me quede embelesado mirándola sentado al lado de ella, y fue raro, pero ella me beso... si no era consciente de que era mayor y a las chicas le gustaba, pero era a veces consciente de que la gente era mala conmigo y otras buenas:

Pero a Vassilia no... que Vassilia es mi novia-dije mirando su rostro y haciendo lo mismo apachurrandola pero bien feliz.

Me quedé pensativa en cuanto dijo lo de llevarme más mordisquitos yo, cosa que realmente no me importaba viniendo de Samu. La cuestión era que no me tocara el cuello, que era mi parte realmente débil, todo lo demás, no importaba. Miré como acariciaba mi pelo para luego volver a achucharme con fuerza, aun que volvía a quedar pensativo. Alcé las cejas de nuevo sorprendida y con una sonrisa chicharachera alcé la voz

-Como sigas pensando te dolerá mucho la cabeza eh...- bromeé alzando las cejas mientras le acariciaba todo el pelo negro de su cabeza, volviendo a mirarle con el cariño que me proporcionaba el pequeño hombretón. Sus brazos volvieron a rodear mi hombros apretándome contra el casi achuchándome demasiado. Me reí con gracia, me resultó divertido aquella muestra de afecto que siempre derrochaba sobre mi (y por supuesto yo sobre él) Mas.. empezó a decir algo de una tal Vassilia,no tenía ni la más mínima idea de quien era, hasta que escuché la plabra prohibida: novia. Abrí la boca completamente sorprendida y mi mano fue a parar justo debajo de mi nariz, abriendo la boca con mis rosáceos labios en forma de O. Tragué saliva rápidamente para girar la mirada un segundo pensativa. Quien coño era Vassilia? Mierda, no la conocía y ahora tenía muchas ganas de hacerlo, saber de quien se trataba, como era y por que se había interesado más sentimentalmente por Samu. De pronto la preocupación me llegó y lo miré, con aquella sonrisa de oreja a oreja que me dedicaba, con miedo a que le hicieran daño. Y si no era de fiar la chica? y si querría hacerle daño?

-Me gustaría conocerla..- un susurro salió de mis labios a modo respuesta.
Inquieta me moví entre sus brazos hasta el fuego que ardía en el bidón con fuerza. Entrecerré los ojos para no quemarme y alcé las manos calentandome como si hacían los vagabundos en las noches de frío. Me recordaba mucho a eso, solo que estábamos en una cabaña tapada con nieve hasta arriba, una camiseta y un pantalón en vez de un abrigo asqueroso y viejo, y por supuesto, en compañía de gente querida, en este caso la mía Samu, y esperaba que la suya yo.

Nunca me dolía la cabeza por pensar, bueno sí pero no literalmente, siempre había un termino medio, encontraba aquello que era desistir, darme por vencido y preguntar a alguien que lo supiese, a veces funcionaba en otras ocasiones simplemente no llegábamos a nada, quizás era por que mis preguntas eran díficiles o quizás porque nadie quería hablar conmigo menos la gente que me conocía era algo que quedaría en mi completo desconocimiento, al menos por el momento:

Mmm no quiero que me duela la cabeza pero es que tengo que pensar como hacer las cosas... sino nos puede pasar algo malo-dije de forma tranquila sonriente y divertida mientras mi cuerpo se achuchaba a ella, estaba acostumbrado a las muestras de cariño hacia ella, la quería mucho eso estaba claro, era mi Bree como yo le decía, si, pero hubo algo raro que me dejó pasmado, aquel gesto que hizo ella, aquel gesto de confusión y de la boca abierta me dejó extrañado bastante, ¿por que se ponía así,? La notaba preocupada, muy preocupada... habia tragado saliva yo solo tragaba cuando comia cuando bebía o cuando tragaba saliva de esa forma... no ella había tragado saliva por que no había ni agua ni comida, mi rostro se puso raro, su mirada era extraña ahora mismo y yo no conocia el o los motivos así que me encogí de hombros antes de inflar las mejillas y escuchar finalmente sus palabras que hicieron que esbozase una gran sonrisa.

Te la presentaré jajaja, ¿pero que te pasa?-pregunté a mi amiga, bueno ahora sabía que podía ser frio, pero yo no sabía porque, su abrazo me había hecho entrar en calor, yo tambien debería haberle dado calor a ella, pero en fin ahora que estabamos calentandonos al fuego menos todavía... en definitiva no entendía nada de nada, mi mente era un vacio.