Take a Breath and maybe scape (Bree)

El despertador sonó...una y otra y otra vez...
Apenas eran las nueve de la mañana, el sol aún no proporcionaba el calor excesivo que reinaba el resto del día y una leve brisa fresca recorría el lugar, lo cual se agradecía por el momento. Sin embargo apesar de ser una hora tan temprana del día mi mente ya había empezado a organizar un gran día, un día lleno de libertad, con una excursión al lago cercano a la universidad, allí disfrutaría de un poco de paz y tranquilidad y sobre todo de un gratificante silencio. Solo había un inconveniente, un grandísimo inconveniente, durante el día de hoy, supuestamente, tenía clases, todo el día. Pero, ¿qué más daba faltar un día más? ya me había saltado otras diez clases aquel curso, y aunque la asistencia posiblemente me bajase la nota o me costase alguna asignatura mis notas en general eran buenas y no era nada que no se pudiese recuperar después.
No hubo nada más que pensar, tras ponerme el traje de baño me vestí con una camisa blanca y unos pantalones y salí acompañado de mi iPod dispuesto a pasar un buen día lejos de todo estres que pudiese provocarme el estudio o la muchedumbre, estuve a punto de olvidarme el tabaco pero de inmediato reaccioné y lo tomé de encima de mi mesita, después cerré la puerta tras de mi y me fui hasta el lago. Una vez me encontré allí me tumbé bajo al sombra de un árbol y cerré los ojos mientras me concentraba en la canción que mi iPod reproducía en aquel momento, me concentré tanto que casi caí dormido...

Las ocho de la mañana y ya tenía hasta la bufanda colocada perfectamente en mis hombros y el vaquero bien ajustado en mis piernas. Pasé las manos alisando la gran sudadera de hombre que se quedaba holgada eliminando cualquier curva de mi cuerpo, cosa que no me importaba mucho. Para mi, haccía un tiempo bastant agradable, pero no podía evitar poner ropa de sobra.
Salí de casa tras haber desayunado con mi abuela y empecé a andar en dirección al campus cuando el viento empezaba a deshacer mi peinado, poniéndome los largos pelos rubios alrededor de mi carita.
Por un momento, desistí de agarrar mi flequillo para intentar llegar algo bien al colegio, pero las largas zancadas de un chico vestido de blanco me llamó la atención. Iba con unos cascos puestos, algo bastante habitual en un adolescente, pero graciosamente, llevaba bañador y una dirección completamente diferente a la del campus.
Abrí los ojos inmensamente, llevaba traje de baño a estas horas???? Madre de mi vida, que frío! La boca se me abrío de la impresión, dejando que mis labios se separaran y luego se cerrasen de golpe. Las cejas se me juntaron dejando una fina línea, pasando el dedo por debajo de mi nariz con evidente curiosidad. No le conocía, en absoluto lo hacía, pero tenía la extraña necesidad de seguirle y ver que hacía, a donde iba, por qué estaba con... boh, era evidente, iba a bañarse, pero.. donde?
Mientras mi mente discutía sobre si hacerlo o no, mis pies seguían los pasos del chico, con más lentitud, pero con el mismo fin. Cinco minutos después de haberle perdido, lo encontré en el árbol todo tirado con aparente comodidad. Alcé una ceja pero me quedé maravillada por el lago, que la verdad sea dicha, nunca había visto. Mi abuela no solía llevarme a zonas así, era más bien de campo, no de agua.. así que me sorprendí agachándome en el borde, pasando un dedo por la fría agua, olvidándome de que lo que estaba hacíendo allí, era perseguir al pobre chico. Me senté en el borde, quitando mis bambas y remangando mis ajusados jeans hasta las rodillas. Escurrí las piernas por el lago, evidentemente, todo mi cuerpo reaccionó violentamente con un escalofrío y no puede evitar reírme, me gustaba esa sensación mientras movía los dedos en el agua

La música inundaba mi mente al completo, sin dejar espacio a ningún otro pensamiento que no fuesen sus letras. Aún estaba despierto pero mantenía los ojos cerrados sientiendo más intensamente la suave brisa que recorría el lugar. Sabía que aquella maldita manía mia de hacer lo que me daba la real gana terminaría por pasarme factura y seguramente a nivel académico por lo cual acabaría teniendo problemas y el decano llamaría a los señores Donovan, ¿aunque que esperaban de mi?, más problemas de los que había dado o mayores no podría darles eso estaba claro, no creo que mis notas les importasen tanto como haber estado en un correccional, después de todo sabían que acabaría por recuperar las asignaturas pendientes.
Poco a poco mi menté abandonó el hilo musical y comencé a sentir movimiento a mi alrededor, comenzando a escuchar finos pasos no muy lejanos, razón por la cual me quité los auriculares y abrí los ojos mientras me incorporaba levemente para ver que ya no me encontraba solo en aquel lugar. No sabía en que momento había llegado, pero allí, frente a mi, dándome la espalda se encontraba una chica sentada a la orilla del lago, posiblemente mojando sus pies. Parecía bastante alta, rubía y delgada, quizás al igual que yo había ido allí en busca de un poco de paz y tranquilidad. La chica rió, realmente no supe por qué pero supuse que de algo se habría acordado. Me acerqué lentamente y aún de pie a su lado observé las aguas del lago.
-Veo que no soy el único al que le gusta venir por aquí temprano.-dije.

El agua congelada seguía enfriando mis pies hasta la médula mientras mi sonrisa se iba desvaneciendo del rostro. Pasé las manos por mi brazo, como podía no tener frío en bañador? Espera.. por eso estaba aquí! Por que había perseguido al chico tirado en.... el chico que estaba a mi lado. Uish, a saber cuando se había dado cuenta y yo casi seguía en lo mío. Alcé la vista pasando desde sus pies, hasta sus muslos alargados, su vientre plano, los hombros orgullosos, que debajan encima un cuello bonito donde su cara reflejaba poker. Mordí el labio inferior, observando aquello que el miraba tan atentamente.
El agua solo se movía por el vaivén de mis pies, totalmente acostumbrados a aquel congelador. Lo miré de nuevo con una sonrisa radiante y me encogí de hombros

-Me creerías una loca si supieras que te he seguido?- y pensar que yo era de lo más responsable... o eso me creía, hasta que me tomé enserio el hecho de quedarme aquí, aun que el se fuera a buscar a la policía por que una tarada le había seguido. Era probable, pero no lo iba a saber si no me lo decía no?

-La verdad es que es un sitio bonito...- Susurré volviendo a ver las aguas cristalinas, apoyándome en mis antebrazos cuando me recosté el cuerpo en la hierba. Alcé ambas piernas mirando como el agua resbalaba por mis blanca piel y de pronto se me ocurrió meter todo mi cuerpo en el agua, lo que supondría desnudarme y pensar en como reaccionaría mi cuerpo en aquel frío lago. Sonreí ante la idea, realmente me estaba agradando mucho, pero tenía un inconveniente: El chico.

Desnudarse delante de un desconocido? A ver, loca estaba, pero tanto no... Tendría que haber hecho como él, ponerme un puñetero bañador... Por que no cambiaría de idea cuando lo vi y corrí a casa para cambiarme? Espera.. ya se por qué.. no le conocía y no sabía a donde iba..
Puse una mueca de decepcion y miré al agua
-No te dan ganas de bañarte?- pregunté en un susurro dando círculos con los pies en el agua.

La chica no parecía haber advertido mi presencia cuando me coloqué a su lado, quizás ni siquiera me había visto tumbado bajo aquel árbol y de haberlo hecho posiblemente al verme dormido había preferido simplemente no molestarme. En aquel momento parecía absorta en sus pensamientos hasta que mis palabras parecieron sacarla de su ensimismamiento y me miró, entonces observé más detenidamente su rostro, nunca la había visto por aquí, tenía unos ojos color cielo, expresivos, una nariz levemente respingona y unos labios gruesos y rosados los cuales en aquel momento se curvaron en una sonrisa al hablar, era una muchacha atractiva, bastante. Sus palabras me tomaron por sorpresa pero mi expresión no cambió, continué serio, vale...quizás si había advertido mi presencia, más bien no solo quizás...seguro porque me había seguido, ¿cómo no me había dado cuenta?, ¿y por qué me había seguido?
-¿Me has seguido?-pregunté extrañado.-No te conozco así que supongo que no puedo juzgarte, de modo que no, no pensaré que estas loca.-declaré con tranquilidad mirándola, no me gustaban los prejucios, los sufría de forma negativa de forma demasiado frecuente. La chica se rescostó, apoyando los brazos sobre la hierba y dejando caer levemente el peso de su cuerpo sobre estos, su pelo rubio calló desde sus hombros hacia atrás.-Lo es, además de tranquilo...aunque después de ser seguido no sé si es tan tranquilo.-dije, no acostumbraba a ser seguido, no al menos hasta un lago a tempranas horas de la mañana. No le di demasiada importancia, ni siquiera me sentí intimidado por aquel hecho, ¿qué podía hacerme una pequeña chica rubia que además delataba su persecución? Entonces volví a dirigir mi mirada al lago, tranquilo, silencioso...y de nuevo oí su voz al hacerme una pregunta, sin mirarle le contesté:-Sí, exactamente es lo que he venido hacer y lo que voy a hacer.- -dije y comencé quitándome los zapa para después desabrochar mi camisa y quitarmela, finalmente me deshice de los pantalones dejándo al descubierto mi bañador. Me revolví el pelo con una mano y dando un par de pasos atrás cogí carrerilla y me lancé de cabeza al lago. Buceé un par de metros y emergí tomando aire, de nuevo me revolví el pelo, ahora mojado al completo y comencé a notar como el frío del agua se me clavaba en la piel hasta que esta se acostumbró a su temperatura.

Mordí el labio inferior, por un momento, pensé que se había disgustado con el echo de que le siguiera hasta allí a estas horas de la mañana. Normal, yo misma me hubiera enfadado, o asustado en mi caso.. Coño, exactamente, por qué lo había hecho? Me quedé mirándole con cara tranquila y le escuché a medida que hablaba, la cara seria que ponía y apenas los labios entreabiertos cuando decía alguna cosa. No me juzgaba? bien, pero si debía hacerlo, que lo hiciera rápido mejor, no?
De su carita suave y de finas facciones, reparé de nuevo en el lago, dejando que su voz entrara p or mis oídos como una harmonía grave, erizandome la piel hasta la punta de los dedos de los pies. Tomé aire y seguí mirandolo hasta que respondió a mi última pregunta. No pensé en ningún momento que se tiraría estando yo con el, pero al parecer el bañador daba bastante resultado a la hora de bañarse... Normal, era un bañador..
Mierda, este chico me hacía pensar tontamente, pero que me pasaba? Mordí el labio tras ver como se desvestía con cierta calidez en mis mejillas y en el vientre bajo, observando como se tiraba al agua dando unos pasos atrás, impulsando sus piernas mientras para coger más impulso. Alcé las cejas, pues si que estaba más loco que yo..
-Si no piensas que estoy loca, es por que tu lo estás más, no?- pregunté en cuanto salió del agua con unos tonos rojos que hacían ver que el agua estaba realmente congelada, era invierno, que esperábamos?
Mordí el labio inferior y me volví a sentar poniendo los codos sobre las rodillas y lo miré atentamente a cada parte de su cara. Los labios entreabiertos respirando con dificultad, los ojos brillantes por el frío, la cara algo enrojecida mientras se curtía con el agua... Un aspecto de lo más adorable y a la vez, de dureza. Sus cejas se juntaban en una sola, probablemente en su mente salían palabrotas de todos los tipos a parte de el simple y tonto echo de que lo hubiera perseguido deliberadamente...
-se está bien?- pregunté mirando al agua, volviendo a perder mi vista en ella.

Uff, estaba fría, muy fría...casi tanto que al contacto con la piel quemaba...se te clavaba como diminutos cuchillos en todas partes. Mi piel se enrojeció casi al completo y poco a poco fue respigándose. Un pequeño humo salió de entre mis labios cuando suspiré debido al frío de las aguas y unos cuantos improperios se agolparon en mi cabeza.
-Joder...-susurré, quejándome de la fría temperatura del agua, si estaba fría pero como ayudaba a despejarte por la mañana, ya no tenía ni pizca de sueño. Miré a la chica que aún se encontraba en la orilla y escuché sus palabras.- Nunca me había considerado una persona cuerda aunque tampoco hasta ahora me había dicho que estaba loco...más bien pensaba que era impulsivo aunque en el caso de estar loco no creo que lo admitiese y tú, ¿dirías de ti misma que estas loca?.-contesté con tranquilidad y pregunté de forma directa. Si, impulsivo, realmente impulsivo y en realidad me había prometido demasiadas veces dejar de serlo, peor era difícil, demasiado dificil pensar antes de actuar, al menos pensar racionalmente. Me preguntó entonces si se estaba bien dentro del agua y sin pensarlo dos veces dije:-En realidad no, al principio es lo pero...pero luego te acostumbras y ayuda a despejar mucho...también te ayuda a no pensar en lo que te preocupa porque solo puedes concentrarte en dejar de tener frío.-dije mientras nadaba hasta acercarme a la orilla levemente sin abandonar la zona en la que me cubría del todo. Aquel lago sufría un gran desnivel incluso cerca de la orilla era profundo y aquello permitía saltar de cabeza desde el borde aunque de todos modos tenía cierto peligro. Volvi a mirar a aquella chica, a la chica rubia...y ahora que lo pensaba ni siquiera sabía quien era.-¿Quién eres? y...¿por qué me has seguido?-pregunté.

A cada moviemiento de su boca temblorosa me daban ganas de acercarme más y más. En realidad, estar ahí era solo por curiosidad..no? Me quedé pensativa, practicamente sin escuchar lo que estaba diciéndome, solo mirando la suave curvatura de sus labios al hablar, en como se por ellos salía vapor, contrastando su cuerpo cálido con el agua fría. Su pelo, se esparcía por su frente, no muy largo, pero lo suficiente para taparla y provocar el interés de quitárselo de la cara, rozar aquellas mejillas rojas y aquellos labios blancos. Tragué saliva y me encogí los hombros
- No me consideraría muy cuerda..- respondí mirando un poco más arriba, observando como el sol empezaba a filtrarse por los árboles dando al lago un aspecto todavía más siniestro al estar a oscuras. Mordí mi labio de nuevo, con esa manía tan rígida y pasé el dedo por debajo de la nariz. Otra de mis manías férreas.
Me quedé algo sorprendida con su segunda respuesta, al parecer, había algo que le preocupaba y necesitaba olvidar. Más me sorprendí cuando el interés por saber que era arrasó por mi cabeza olvidandome de todo lo demás. Que tipo de problemas tendría este chiquillo para querer meterse en un cubito de hielo? Bien graves o tontos debían de ser, si no, no lo veía muy lógico... Pero no dije nada, no eran mis asuntos a pesar de que se me revolvía el estómago imaginandome miles de cosas que podían sucederle, desde que su chica lo hubiese dejado, hasta la muerte de alguien importante para el. Mordí más el labio y puse una cara de cierto fastidio mientras miraba de nuevo los árboles.
Para cuando me quise dar cuenta, él nadaba en dirección a la orilla y volvió a mirarme. Pareció haberme olvidado por un segundo. Una pena, a mi no me salía de la mente ni cuando me quedaba ensimismada.
- Me llamo Bree...- respondí con cierto recelo. Este chico no sonreía ni pa Dios, era bastante espontáneo cuando hablaba, de echo, parecía no importarle contar sus cosas, pero era introvertido a la vez. Raro, desde luego, lo era. Pero no me importaba tampoco a mi, quería saber sobre el, tenía una curiosidad que poca gente desataba en mi, principalmente, por que no era capaz de sonreír al ver aquella cara seria, y eso me daba qué pensar. - No era mi intención incomodarte.. simplemente me llamaste la atención..- respondí tan seria y directa como lo había sido él. Me separé algo incómoda del lago y me levanté con un poco de irritabilidad poniendo los brazos a ambos lados de mi cuerpo, pegados sin saber que hacer o decir. Lo menos que me esperaba, era que le agradara el asunto e hiciese como si nada, aun que me desagradaría más que le diera importancia.
Los sentimientos flotaban en todas las direcciones y mi mente no sabía cual aceptar, por el simple echo de no saber ni como se llamaba el chico, como era o que pensaría ahora mismo de mi. Pero para todo eso tenía que preguntarle y por supuesto, el responderme
-Y tu... como te llamas? - pregunté expresando mi curiosidad acercándome unos pasos al lago, pero volviendo para atrás con la cabeza ligeramente girada en gesto de desconfianza. Si me gritaba Loca o algo semejante, lo entendería. Alcé ambas cejas y me arrodille tras un breve descanso, /bueno, más bien prolongado ) de tiempo justo donde el estaba apoyado a escasos 10 centímetros y lo miré como si fuera yo una niña pequeña llena de inquietudes - como.. como te llamas?- repetí de nuevo olvidando que anteriormente, me había molestado que yo misma me hubiera alejado de el.

Parecía ser que el frío comenzaba a abandonar mi cuerpo a medida que este se acostumbraba a la baja temperatura de aquellas aguas, comencé a tomar un color más natural abandonando aquel rojo enfermizo que había tomado tras el inicial contacto con el agua tras zambullirme y ya dejaba de temblar como un idiota. Observé a la chica la cual se quedó callada durante unos breves instantes, quizás pensativa. Entonces pareció despertar y encogiéndose de hombros habló.
-Supongo que hay pocas personas en el mundo que esten totalmente cuerdas realmente.-le dije encogiéndome de hombros también. Sus ojos color cielos se dirigieron hacia arriba y no pude evitar dirigir la mirada hacia el mismo punto, en el cual se encontraba el cielo, en el ya empezaba a aparecer el sol...esperaba que su presencia hiciese más cálido el ambiente y las aguas. Entonces volvió a quedarse sumida en sus pensamientos y nuevamente volvió a hablar esta vez para decirme su nombre. Parecía distraida, no supe muy bien con que o quizás nerviosa...parecía la clase de chica inquieta, alocada e impulsiva, pero eso en definitiva era bueno, por lo cual sería espontanea y actuaría libremente de acuerdo a lo que pensase y sintiese directamente a cada momento.-Así que Bree...creo que nunca te he visto antes por aquí, ¿estudias en la universidad?.-contesté con cierta curiosidad, era una chica demasiado guapa para que no llamase la atención por la universidad y alguien hablase de ella como solía pasar con el resto de chicas atractivas.-Tranquila, no me has incomodado, no tengo por costumbre ser seguido por chicas pero...no es desagradable.-le dije con una leve sonrisa. Entonces se levantó y se alejó levemente del lago poniendo ambos brazos a ambos lados de sus caderas, en silencio, quizás no supiese que decir o como actuar, yo tampoco sabría como. Entonces me preguntó mi nombre y se acercó de nuevo al lago arrodillándose frente a mi, a la orilla, a escasos centímetros de mi, mirándome no sabría si decir con cierta curiosidad para volver a preguntarme cual era mi nombre.-Stefan.-contesté mirándola a los ojos.

De rodillas frente a el me quedé totamente quieta sin escuchar todo lo anterior atentamente, solo teniéndo la sensación de palabras en suspensión completamente lejanas. Asentí cuando dijo si estudiaba aquí, supuse que el estaría tambien en el mismo centro que yo, apesar de no haberlo visto en mi vida. Mordí el labio inferior y seguí respirando el aire cálido que salía de su boca a prácticamente 10 cm de él. Levanté la mano, lo cual no le importó y suavemente pasé el dedo índice por su mejilla, haciendo la línea imaginaria por debajo de su pómulo llegando a la comisura de sus labios, acariciando su labio inferior con el pulgar, siempre en movimientos tranquilos, sutiles.
Me quedé sentada sobre mis rodillas y ladeé poco a poco la cabeza, acercándome un poco más. Por un momento, quise besarle, me daban ganas posar mis labios en esa fría boca, acariciar con ambas manos la piél pálida de su cara, mojada por el agua del lago, brillante bajo aquella luz tenue del casi día. Pasé la otra mano por su pelo, despeinando lo inpeinable completamente en mi mundo. Por Dios, me encantaba tocarle, ahora... el se negaría?
Separé las manos casi violantamente, pegándolas a ambos lados de mi cuerpo y empecé a disculparme con dificultad
-perdona, no quería.. digo.. si quería hacerlo.. pero...- mordí mis labios y miré sus ojos que estaban abiertos, no sabía que pensaba, no sabía que haría, pero me daba miedo. -no volveré a hacerlo... lo siento..- era una tontería, desde luego, no debí seguirle, quedarme allí mientras el dormía escuchando música cómodamente acostado sobre el árbol. Tampoco debí preguntarle, ni quedarme cuando el me habló. Debí de irme cuando me levanté temerosa, no acariciarle esa carita perfecta, ni contornear con mis dedos eses huesos fuertes pero bien delineados. Pero aquella boca me seguía llamando, ese pelo me daban ganas de meterlo entre mis dedos y ahogarle en caricias que me harían incluso sonrojar, como ahora misma estaba.
La única manera de no hacer todo eso, era hablar,.. hacerle hablar y .. y olvidarme en una sonrisa.. si es que sacaba alguna. Tragué saliva de nuevo y me quedé allí, cerca de el con ganas de decir algo. Pero me quedé en blanco. Mi estomago se convirtió en una piedra, me dolía de sobremanera por los nervios contenidos y quería alegrarme, de verdad que quería, pero solo me instigaba curiosidad.. miedo.. quizás atracción, pero a la vez sentía que no debía acercarme a el..

La muchacha continuaba en silencio frente a mi, mordiéndose el labio inferior, y yo sin timidez ninguna me dediqué a mirarla directamente a los ojos tratando de adivinar que era lo que tanto pensaba. Estaba cerca muy cerca, tanto que cuando asintió ante mi pregunta su pelo calló levemente hacia alante y casi me rozó. Tenía los ojos de una zul intenso, mucha gente tenía unos ojos azules, pero no como aquellos, del mismo tono azulado que el cielo más despejado en pleno verano, me gustaban, eran bonitos, expresivos, dulces. Através de ellos trate de adivinar su pensamiento, sin embargo fue en vano. Tan solo desvié la mirada de aquellos ojos cuando noté movimiento a uno de sus lados para observar como una de sus manos se alzaba junto a mi, no le di ni la menor importancia, y entonces su dedo indice se deslizó con suavidad sobre mi mejilla sinq eu yo apartase mis ojos verdes de los suytos azules en ningún momento, sosteniéndo su mirada en una especie de combate de miradas. Sin embargo sus ojos se desviaron siguiendo la trayectoria que sus dedos marcaban sobre mi rostro. Acarició con la yema de sus desdos mi mejilla hasta que su dedo pulgar llego a mis labios, fríos, pálidos, tomando un leve calor procedente de mi aliento. Acarició mi labio inferior con suavidad y aún allí sentada, frente a mi, ladeó un poco su rostro y comenzó a acercarse lentamente...¿qué estaba pasándose por la cabeza de aquella chica?, estaba confuso y a la vez tenía bien claro que iba a pasar si no me movía, de todas formas ¿por qué hacerlo?, no me desagradaba...Su otra mano se deslizó por mi cabello, revolviéndolo, húmedo al igual que todo yo, mi piel estaba fría muy fría, unicamente la que se encontraba en mis mejillas había tomado mayor temperatura ante el contacto con la cálida piel de sus manos.
Sin embargo de un momento a otro apartó sus manos de mi inmediatamente, como si hubiese despertado de un sueño, quizás se había dado cuenta de que había estado a punto de besar a un completo desconocido, a mi no me importaba...ya había tenido esa clase de roce con más de una desconocida, un beso era un beso, nada más. Escuché sus confusas palabras mientras hablaba de forma nerviosa y acelerada, yo la mira con calma y le dije.
-¿Por qué te disculpas innecesariamente?, no has hecho nada malo, y aunque hubieras hecho lo que estabas a punto de hacer ¿por qué ibas a disculparte?, nunca te disculpes por ahcer algo que querías.-le digo con una leve sonrisa. La chica parecía ahora nerviosa.

Su respuesta me desconcertó aún más que su indiferente manera de ver las cosas. Abrí los labios para decir algo, pero de inmediato me volví a callar. Esta no era forma de actuar en absoluto, no era yo la que estaba hablando, no era mi personalidad la de una persona que se escondía ante algo. Era más impulsiva.. hacía las cosas, no me arrepentía por lo que pasara... no... Mierda, este chico me ponía histérica perdida. Con el propio enojo se me crisparon los puños blanquecinos y giré la cara casi rápidamente.. Tras un breve instante, las palabras salieron por la boca sin apenas darme cuenta
-Veo que te daría igual que te besara cualquiera que no conocieses...- me quedé un poco parada mirando como el sol volvía a intentar meterse entre los árboles, esta vez, con resultados más positivos. El cielo estaba completamente despejado y mis ojos se quedaron mirando allá, intentando callarme de nuevo, pero las palabras brotaban solas -quizás te besara si volviera el tiempo hacía atrás al saber eso.. - sonreí bajando la mirada poco a poco con voz divertida, acariciando de nuevo sus mejillas con ambas manos. No me apetecía estar de nuevo atontada con el, pero como iba a ser innevitable, preferí por lo menos hablar con claridad. Estaba tan frío y suave que no podía evitar ahuecar las manos en sus mejillas para calentarlas y bajar de nuevo mi cabeza para acercarme más a el.
-Te estás congelando o ya te da igual?- pregunté acariciando sus mejillas con los pulgares sonriendo de oreja a oreja. No sabía por qué, pero me daban ganas de reír y .. llenarle de besos, pero eso no era posible. Dejé mis pensamientos de lado y me dediqué a observarle y contestar a sus preguntas, así como hacerselas a él. Esto último, volvía a poner a prueba mi curiosidad, pero no dije nada hasta que contestara aquel rubio bonito. Como se llamaba?
Me quedé mirando sus ojos verdes intentando descubrir como era su nombre, pero pronto me hundí en ellos, en aquella tonalidad que me dejaba estupefacta, que me daban ganas de tocar la hierba... oler cuando estaba recien cortada.. que cosa más rara.. solo eran unos ojos..

La miré tratando de desvelar el significado de cada una de las expresiones que se formaban en el rostro de la muchacha rubia. Parecía querer decir algo, o eso indico un fugaz movimiento de sus rosados labios, sin embargo fue en vano dado que ninguna clase de sonido salió de ellos. ¿Acaso la intimidaba o era tímida?, no sabía si era tímida pero impulsiva seguro, o eso me habian demostrado sus actos: me había seguido hasta allí y había estado a punto de besarme...quizás tan solo estaba nerviosa, el por qué lo ignoraba. En un instante ladeó su rostro negándome la visión de sus ojos y entonces volvió a hablar. Me encogí de hombros.
-Un beso no deja de ser tan solo eso, un beso. Tendrá la importancia que quiera darle, ni más ni menos.-contesté con tranquilidad, era mi forma de ver aquella clase de cosas, era cierto que era distinto el beso de alguien que te quiere al beso que alguien te da porque desea hacerlo, seguían siendo lo mismo, pero tendrían la importancia que cada uno le diese. El cielo comenzaba a despejarse y por suerte el sol comenzaba a hacer más cálido el ambiente. La chica miraba hacia arriba quizás observando los avances dados por el cielo desde el inicio mientras lo hacía las palabras volvierona surgir de sus labios, su tono fue de alguna forma divertido acompañado con una leve risa mientars sus manos volvían a colocarse sobre mis mejillas y las acariciaban con suavidad. Mis labios se curvaron en una leve sonrisa al escucharla.- A eso me refiero, arrepientete de haber hecho algo, no de no haberlo hecho.-luego su rostro volvió a acercarse de nuevo y de nuevo yo no me alejé.-No, ya no tengo frío.-dije y me acerqué un poco más a la orilla sin apartar mi mirada de la suya.-¿Estas volviendo atrás en el tiempo?-pregunté.

Un beso no dejaría de ser un beso dependiendo de la importancia que le das....

Me quedé arrodillada sin decir nada, acariciando sus mejillas sin que se fuera ni dijera nada que pudiera darme a entender que no quería estar a mi lado, por lo que no me importó ladear la cabeza y hablar con el. Para entonces, su rostro había cambiado y una sonrisa cómplice me dejaba atontada para cuando quería hablar. Cerré la boca y sonreí de medio lado cuando dijo de arrepentirme
-Sugieres que vuelva atrás entonces? - Alcé las cejas divertida y me agaché un poco más rozando su nariz con la mía en cuanto se acercó más a la orilla. Rocé la cálida piel de mis labios con los suyos en un beso simple y acaricié su cara atrayéndolo más a mi, casi sacándo su torso por completo del agua, pero no debió de gustarle mucho que el viento matutino rasgase su piel enfriándolo más todavía, pues su cuerpo volvió a undirse, no muy rápido, pero lo hizo. Mis ojos entreabiertos se quedaban llenos de ganas, pero en ese momento volvió a separarse, no sabía si volver a hacerlo, pero desde luego mi cuerpo se había quedado bastante más caliente y electrificado que antes. Notaba como mi vientre se había acalorado y como mis labios se entreabieron nada más acariciar su fría boca. Como con algo casto la llama se encendía en mi cuerpo casi dejando sin oxígeno mis pulmones. Me quedé quieta sentándo mi trasero de nuevo en los tobillos con un cosquilleo en mis labios
-Te lo daría más prolongado, pero me da que me caería ahí dentro...- señalé el lago y simulé un escalofrío a modo broma sonriendo tranquilamente. Mordí el labio inferior y lo miré para esperar alguna reacción a ver si "le daba importancia" o si solo sería simple y un beso más.

off. no me inspiré mucho, pero te prometo que al próximo me lo curro más si quieres

Permaneció allí arodillada frente a mi sin decir palabra alguna, acariciando mis mejillas...me quedé allí quieto, dejándole hacer, no me molestaba aquella clase de contacto, ¿por qué lo haría?, ya sabía su nombre y esta era más información de la que había llegado a saber de otras chicas con las que había pasado alguna noche. Ladeó la cabeza mientras continuaba nuestra conversación mientras sonreía.
-Sugiero que hagas lo que quieras hacer sin pensar en nada más.-le dije, así era yo, ¿por que frenar algo que quieres?, si lo quieres tenlo, hazlo sin pensar en que pasará después, ese es otro asunto muy distinto. Alzó las cejas en un gesto divertido y se agachó más hasta rozar su nariz con la mía. Entonces rozó sus labios contra los míos en un suave y casto beso mientras atraía mi rostro más cerca del suyo, esto me obligó a sacar gran parte de mi torso a la superficie y un escalofrío me recorrió de inmediato al sentir la fría brisa invernal rozar mi piel, entonces me distancié levemente para volver a sumergirme en las que ahora me resultaban cálidas aguas, refugio del frío, sabía que quizás aquel no era el beso que ella buscaba pero también sabía que así era todo más divertido. No se alejó de la orilla, si no que se mantuvo allí sentada sin dejar de mirarme, yo le sostuve la mirada como si se tratase de una lucha.-¿Pasarías tanto frío por besar a un desconocido?-le pregunté casi como si hablase de un gran desafío. Bien sabía que los labios de ambos estaban cálidos y había notado el calor de su aliento cuando sus labios se habían entreabierto al rozar los míos, aquello no me disgustaba, después de todo era una chica guapa y un beso es un beso.

Mi sonrisa se ensanchó un poco más, moviendo mi naricilla como si fuera un ratoncito. La mirada se me desviaba a otro lado para no sonrojarme (?) No, era más bien para controlar mi cuerpo y no impulsarme para besarle de verdad, no podía hacer mucho más, no sería bueno para mi.
Que si me importaba lo que dijera? No, si no, no le hubiese seguido hasta aquí, no le habría besado ni hubiera seguido aquí parada. Volvería a hacer todo desde el principio? Probablemente.
Las preguntas pasaban acompañadas de respuestas en mi mente y el seguía ahí parado, en el agua congelada, aparentemente para el, caliente.
Decidí hacer una locura, por que no? Me senté de nuevo y remangué los pantalones como anteriormente había hecho para meter los pies en el agua y tenerlo entre mis piernas. Volví a mirarlo y dejé los brazos por ambos lados de su cabeza, apoyados en los hombros como si nada cuando acariciaba su nuca. Los dedos cálidos se colaban entre mechones del rubio, pero no hacían fuerza para acercarlo ni mucho menos. Las piernas, a ambos lados de su cuerpo, estaban completamente desnudas hasta las rodillas, por lo que el frío volvió a congelarme los huesos hasta causarme un escalofrío. Mi grado de competitividad, hasta ahora en 0% no pensó en salir a la luz. Pero la frase me llegó de verdad a fastidiar, como si estuviera poniendo a prueba algo, algo que realmente no sabía si me gustaba. Casi fruncí el ceño, pero la sonrisa totalmente traviesa apareció en mis labios a sabiendas que estaba callendo en su "trampa"
-Solo un poquito y no sería para volverte a besar rubio- mentía, pero no se notaría mucho.. O si, pero daba igual, la cuestión era estar cómodamente aquella mañana y conocerle, no? Pues ya estaba!
Pero para el un beso era un beso.. No? Había dicho eso hacía apenas unos minutos y tendría que tomarle la palabra. Si no le daba importancia a esas cosas, yo tampoco se las daría, de modo que no le besaría de nuevo. El simple echo de que no se lo tomara enserio, no me hacía gracia.. yo daba los besos por que algo me gustaba, no solo por atracción.. para eso me iría a un puticlub y punto. Pero no, no era así.. y.. bueno, quizás me defraudaba un poco que el si lo fuera, aun que realmente, que me esperaba? No lo conocía absolutamente de nada.

Ahora parecía más contenta o quizás satisfecha, o eso demostraba la sonrisa que reinaba en sus labios. No sabía porque aquella chica acababa de besarme sin apenas conocerme pero tampoco buscaría una razón a algo que no me disgustaba, a veces lo irrazonable es mejor que toda razón. Para mi el hecho de besar a alguien no tenía porque tener un significado o un sentimiento oculto, simplemente podía apetecerte...al igual que muchas veces no el daba importancia a los besos recibidos por chicas que apenas conocía e incluso a los procedentes de chicas que decían quererme mucho menos iba a darselo al de una chica practicamente desconocida...no tenía inconveniente en ser besado, no me desagradaba, pero no podían esperar de mi algún sentimiento...podría decirse que soy un insensible, lo soy.
Entonces se sentó en la orilla remangando sus pantalones e introduciendo sus piernas, desnudas hasta la rodilla, en las gélidas aguas. Cada una de ellas se colocó a uno de mis extremos, la miré esperando su siguiente movimiento. Mis palabras parecieron encender en ella la llama de la competitividad y aquello me intrigó aún más, haciendo que le prestase mayor atención.
-¿Entonces para qué sería?-pregunté con cierta curiosidad.
Aquella chica desde luego tenía bien claro lo que hacía y lo que quería, muchas otras chicas se lo habrían pensado más de un millón de veces antes de besarme incluso sabiendo antes que podrían hacerlo sin obtener una negativa o rechazo por mi parte, o simplemente no lo habrían hecho. Sin embargo ella lo había hecho, el por qué no lo sabía, pero como antes me había dicho a mi mismo tampoco necesitaba saberlo.

Me quedé por un instante con la boca abierta pensando en lo que decir, quizás más bien lo mejor era no hacer nada, después de todo, el no hacía mucho. Pasé las manos por sus lisos hombros y volví al cuello donde había musculos aquí y allá. Sonreí mirándolos, era una de mi asignatura favorita en mi carrera: Anatomía. Desde luego, en el cuerpo del chico se podía lucir bastante bien y hasta quizás me podría enseñar un poquito.. No.. no lo haría.. o si?
- Estaba pensando en tu cuerpo...- no sería una manera bonita de decir las cosas, pero al fin y al cabo, si tanto le gustaba lo directo, más que eso...- es bonito..- arrugué la nariz y quizás puse en ceño demasiado fruncido, pero no pude evitar tener la cara poco tiempo, pues pronto moví como un ratoncito la boca y la nariz y sonreí pasando el índice por debajo de ambos orificios. Le volví a acariciar el rostro y me levanté apoyando mi mano en el suelo, poniéndome de pié, notando el aire congelaba la piel de mis gemelos. Lo miré risueña y extendí una mano poniendo la otra sobre mi rodilla, mirándolo, ofreciéndole ayuda para salir
>>Vamos, no te congelarás si haces un poco de deporte.-volví a decir con una voz cariñosa, como la que se trataba a los niños de la piscina.
Esperé a que cogiera mi mano y saliera del lago cuando uno de los rayos del sol inundó el solar por cachos. Mi cara estaba bañada en aquel tono dorado, dejando mi pelo prácticamente blanco a la luz matutina. Su rostro, también tenía aquel color al igual que casi todo el agua

Durante unos instantes la chica se quedó boquiabierta quizás pensando en lo que debía decir para finalmente no decir nada en aquel momento y comenzar a acariciar mis hombros hasta alcanzar el cuello donde se paró. Mientras lo hacía finalmente las palabras sirgieron de entre sus labios y al escucharla una leve sonrisa traviesa se colocó en mis labios, curvándolos suavemente.
-Vaya, eso nunca me lo habían dicho, aunque supongo que será porque ultimamente la timidez reina en el mundo.-le dije sin abandonar aquella sonrisa mientras la miraba directamente a los ojos.-Pero admitiré que el tuyo no se queda atrás.-le dije mientras mis ojos la examinaban un instante y después volvían a colocarse en los dos cielos que poseía como ojos.
Entonces se incorporó, levantándose del suelo y apoyándose en una rodilla extendió un brazo para tenderme su correspondiente mano con intención de ayudarme a salir.
-Con suerte hará más calor fuera que dentro del agua.-dije tomando su mano mientras me aproximaba a la orilla y después me impulsaba para salir. Una fría brisa cruzó el lugar, envolviendo todo mi cuerpo mojado y brillante a la luz de aquel sol que comenzaba a reinar en el cielo calidamente, ayudando a que la temperatura fuese más soportable, casi acalorada. La muchacha se veía bien bajo aquellos rayos, su pelo rubio brillaba...Con una de mis manos alboroté nuevamente mi pelo y después pasé ambas por mi rostro para tratar de apartar las gotas que caían desde mi frente por toda mi cara, procedentes de mi pelo rubio.


Off: Perdona que sea cutre pero tenía prisilla me esforzaré más. u.u

Alcé las cejas divertida escuchando lo que decía. No estaba exactamente de acuerdo con todo, pero no le iba a negar sus opiniones, pues el no pidió la mía, solo las expresó. Mordí el labio agachándome un poco mientras me agachaba y tiraba de él sin mcha dificultad.
-El mío no queda atrás?- alcé las cejas divertida cuando salió y una suave brisa recorrió el lugar. Cálida, no muy fuerte, pero lo necesario para que nos dieramos cuenta que al menos de tiempo, sería un día agradable si no lo era juntos. Alcé la vista, al parecer, era no mucho más alto que yo, no mucho, pero si lo suficiente para alzar la cabeza cuando quería verle los ojos. Sonreí contenta, la verdad es que eso de que los chicos fueran más grandes que yo me agradaba con creces. Su cara me daba a pensar que era quizás un poquito más joven que yo, pero no mucho. Un cuerpo definido de musculatura. No muy fuerte, pero lo suficiente para marcar. Brazos y piernas largas y torso desnudo bastante pálido. La verdad es que no llegaba a tener mucho más color que yo, pero no me importaba tampoco mucho. Su cara, tan pecosa y divertida no sintonizaba mucho con su humor a primera vista. Parecía bastante serio aun que de vez en cuando sonriese y se iluminara esa cara de pillo. Me hizo gracia como movió el pelo segundos después de salir del agua revolviéndolo para sacar la cantidad de agua y luego se secaba la cara. Me acerqué a el estando a escasos centímetros de su cuerpo y le revolví el pelo cuando una nueva gota calló desde su flequillo mojandome un poquito a mi misma. Las gotas, totalmente frías en mi cara brillaron con aquellos rayos infiltrados en el lago, dándome un aspecto para mi mas desastroso de lo habitual. Me reí un poco y le di un besito en la nariz
-Gracias por el cumplido - le acaricie la mejilla con mi gesto habitual de movimiento ratoncito de nariz y me giré para agarrarle de la mano y tirar de el hasta ir a una zona donde le diese por completo la luz -Mejor aquí, así te secarás pronto...- murmuré risueña mientras me giraba y lo volvía a mirar con su mano enlazada en la mia. La solté por si acaso, no quería que creyera de nuevo que haría algo que supuestamente "querría" aun que fuera cierto que si lo quisiera. No podía caer de nuevo en tentaciones, me ceñiría a observar (?)

off. no pasa nada terco

Parecía divertirle lo que escuchaba, eso estaba bien, en cierto modo la situación con aquella chica resultaba, extraña: porque me había seguido hasta allí, divertida: porque era bastante simpática e interesante: en ningún momento sabía lo que iba a hacer o decir, era impredecible. No sabía realmente que clase de opinión podía albergar aquella cabecita rubia, no sabía que pensaba respecto a mis palabras, tan solo que actuaba como quería, aunque parecía que poco desùés de actuar la imagen de mis posibles reacciones la echaban para atrás. No la culpaba por ello, y menos si no pensaba igual que yo. Tiró de mi con algo de dificultad para ayudarme a salir del agua aunque finalmente lo conseguí.
-Gracias.-le dije por su ayuda. Entonces preguntó sobre las palabras que minutos antes habían salido de mis labios. Yo con tranquilidad y sin timidez ninguna, sin dar mucha importancia al hecho de explica aquellas palabras dije:-Sí, eso he dicho.-dije y la miré de arriba a abajo, no lo había hecho antes pero tampoco había tenido la necesidad para saber que tenía un cuerpo bien formado, atractivo, estaba delgada y tenía las piernas largas. Cuando la miré confirmé mis sospechas, tenía un cuerpo muy femenino, bonito, el cual atraería a cualquier hombre.-Me gusta, es bonito.-dije encogiéndome de hombros sin más. Parecía una chica alegre, quizás algo despistada, dulce y amble...pero sobre todo como había pensado durante bastante: Impulsiva. Se acercó y me alborotó el pelo lo que conllevó que unas cuantas gotas de agua fría bañaran su cara, dándole un aspecto gracioso e incluso tierno. Se rió para acercarse y besar mi nariz a lo cual alcé una ceja sorprendido, me resultó un gesto familiar, como lo que hacen las madres o las hermanas mayores con sus hermanos menores.
-Tan solo era la verdad, ¿poir qué no decirla si es evidente?-dije mirándola con algo de seriedad, la cual se interrumpió con una leve curva en mis labios a modo de breve sonrisa mientras ella acariciaba mi cara. Aquel gesto me resultaba muy conocido pero me agradaba, las mujeres eran tan delicadas a la hora de acariciar...Entonces agarró mi mano y me llevó a una zona donde el sol brillaba, lo cual fue notable debido a que comencé a sentir una leve calidez en la piel, observé su mano aún enlazada en la mia y hablé.-Sí, aunque no tengo prisa...-dije y sentí como su mano soltaba la mía. Tomé mi camisa del suelo y me la puse sin llegar a abrocharla ya que aún estaba mojado.

Sonreí con ternura, algo que sin duda el chico me provocaba y miré la mano que acababa de desenlazar. La verdad es que me pareció una tontería haberla soltado cuando estaba tan agusto así que volveria a agarrarla en cuanto tuviese la oportunindad. Se agachó a recoger la caisa y colocarsela sin abrochar para ello me volví a acercar. La verdad es que no debía de tener más ropa, y con el calor que haría más entrado el día, no cogería ningún resfriado. Aún así, salir en invierno de aquella manera no era muy normal... Me adelanté de nuevo unos pasos y levanté las manos rodeando el cuello de su camisa entre los dedos para colocarla como a mi me gustaba. Si no me paraba, que más daría hacer aquellas cosas poco normales? A el no le había molestado decirme que podía besarle en aquel momento y tampoco le importó que a mi me hubiese molestado, así que, optaría por lo mismo.

Dejé que mis ojos rodaran por la piel de su cuello alzándola brevemente por encima de su mentón cuando me movía para poner bien la camisa, mirando aquellos labios que en un breve beso me habían parecido suaves y a la vez tersos. Tenía ganas de probar como sabían, pero había algo que me impedía acercarme más a el sin que fuera evidente lo que haría. Si, has acertado, mis pechos ya estaban lo suficientemente apretados contra el sin que me dolieran en exceso para apretarme más, su cadera ya estaba rozando mi viente cada vez que le movía, pero ya no podía hacer mucho más para quedarme apretada a él, ya había acabado de ponerle la camisa bien alrededor de su cuello, ahora que haría? Bajé la mirada hacia nuestros cuerpos pegados y sonreí de medio lado

-Estás todavía frío- susurré volviendo a alzar la mirada con las cejas alzadas con diversión. Mis manos volvieron a su cara ahuecandolas en sus mejillas y me puse ligeramente de puntillas para probar aquello que ya empezaba a anhelar. Esperaba que no me alejara y me dijera: nena, ya es hora de que te vayas para clase. Acaricié su rostro algo húmedo con las manos que ya tenía en su piel, sacándo débilmente la lengua para acariciar su labio inferior y poder comprobar si me dejaba seguir, o no.

Una sonrisa cruzó sus labios, curvándolos de forma notable, llena de ternura, no solían sonreirme de aquella manera, no es que no me sonriesen, simplemente no solía ser con ternura y menos en aquellas situaciones, si no con picardía, diversón, desafío...deseo. Me resultó sorprendente y me pregunté que podría causarle tal sonrisa de mi, aunque en cierto modo me gustó. Era nuevo. Distinto. Sentí como la camisa se me pegaba a la piel debido a que esta aún se encontraba húmeda, no era una sensación agradable, pero no había traido toalla y era soportable, además parecía ser que haría un día caluroso para variar, así que no tardaría en secar y tampoco cogería un resfriado. La chica rubia se acercó de nuevo un poco más y levantó las manos, cuya trayectoria seguí con los ojos sin moverme o cambiar mi expresión seria, para rodear el cuello de mi camisa y comenzar a colocarlo. Desvié mi mirada de sus manos a sus ojos los cuales parecían entretenerse mirándome, no supe muy bien a que zona. Fue al bajar la mirada para obervar sus ojos que percaté la cercanía de los cuerpos de ambos, estabamos pegados, mucho, tanto que notaba el contacto de su ropa en mi piel y practicamente el de su piel através de esta...aquello no me incomodó en absoluto, ¿cuántas veces se tiene a una chica tan atractiva tan cerca? Sonrió, esta vez con un brillo diferente en la mirada. Contesté a sus palabras.
-El agua estaba helada, no es de extrañar que tarde en entrar en calor.-dije. Su rostro mostró cierta diversión mientras alzaba las cejas al pronunciar aquellas palabras. Entonces sus manos abandonaros los cuellos de mi camisa ya que ya habían acabado con ellos y tomaron un nuevo rumbo: mis mejillas, allí se colocaron, acariciando mi rosto aún húmedo y frío, mientras la chica se alzaba sobre sus puntillas y acercaba su rostro al mío. Una vez sus labios estuvieron lo suficiente cerca de los mios lo separó levemente y sacó levemente la lengua para rozar mi labio inferior, sonreí levemente, con cierta aprovación y complacimiento, y me incliné un poco para alcanzar mejor su boca, separar mis labios también y atrapar los suyos a la vez que también atrapaba su lengua con ellos. A la vez dejé paso a mi propia lengua que rozó sus labios brevemente y buscó la suya para rozar la punta de esta con suavidad mientras una de mis manos se colocaba en su cintura y la otra se encaminaba a su mejilla para apartar su pelo y que este no me estorbase mientras. Aquello fue un leve roce, mayor que el anterior, pero suficiente para probar el sabor de aquellos labios carnosos y poder respirar su calido aliento debido a la cercanía entre ambos, no me alejé, ¿para qué?, aquello me gustaba, mucho.

Sonreí contra sus labios cuando se acercó y me dejó seguir el beso, acariciando todavía sus mejillas con los pulgares, atrayéndolo más a mi cuerpo a medida que mi lengua descubría el interior de su boca. Se había agachado para continuarlo succionando mis labios, atrayéndolos más hasta abrilos y explorar también mi interior, pasando las manos por igual por mi cara, apartando el pelo que había en mi frente. Separé de nuevo los labios, sintiendo todavía el cosquilleo en ellos, por no decir la debilidad de mis rodillas por la confusión de mi atolondrada mente. Los dedos se movieron hasta su cuello, donde se entrelazaron en su húmedo pelo, masajeando la zona con las llemas de estos. No abrí los ojos todavía, me apetecía quedarme allí quieta con la frente pegada a la suya, mi nariz rozando todavía el puente resvaladizo de su rostro hasta dejar que mis labios volvieran a rozarle.

El aire que recorría el lugar se pasaba de cálido a frío en apenas unos segundos, rozando nuestra piel hasta el grado de poner la piel de gallina. Bajé los brazos apoyándolos sobre sus hombros, pasándolos con rapidez por su piel para darle calor, pues era él el que estaba mojado, el que se había metido en el agua y con poca imaginación había dejado la toalla en casa. O no, no lo sabía, pero tampoco sabía si quería averiguarlo. Abrí los ojos y me separé de su rostro con una sonrisa cariñosa

-Habrá que darte calor entonces para que no te pongas enfermo...- mi voz tan clara y cariñosa se filtraba por el bosque con facilidad al igual que por sus oídos a pesar de todavía tener la cara ligeramente seria. Me caía bien y me atraía, pero no sabía si me gustaba tanta seriedad, por lo que ladee la cabeza divertida y le di un beso rápido -ideas chico serio?- alcé las cejas volviendo a rascar su nuca con las llemas de mis dedos, rozando su cuello con mucha tranquilidad enarcando las cejas divertida. La sonrisa no salía de mi rostro, era habitual para mi estar alegre y quizás más lo estaba ahora cuando ya sabía el sabor de su boca, cuando sabía la textura de su lengua y la carnosidad de sus labios. El aliento cálido de su interior contrastaba con la frialdad de su piel, pero pronto empezaba a calentarse con su respiración moviendo el pecho, rozando el mio hasta alimentar un roce cálido entre ambos.

Sonrió aún contra mis labios y mi mirada se clavó en los suyos, aún estando tan cerca no dejé de mirarlos mientras sus manos acariciaban mis mejillas con suavidad, atrayendo más mi rostro contra el suyo para continuar aquello que habíamos empezado. Mi mano hizo la misma acción: atraerla más contra mi, haciendo que mis labios rozasen en su totalidad los suyos y mi lengua explorase su boca mientras buscaba la suya y jugueteaba con ella. Cuando se apartó levemente continué con los ojos puestos en sus labios, mientras sentía una confortable calided en los míos, a la vez sus ojos se mantuvieron cerrados y sus dedos se movieron hasta mi cuello, jugueteando con el inicio de mi pelo en él. Podía sentir la calidez de la piel de su frente contra la mía, aún mojada y fría, su nariz rozando mi nariz y finalmente sus labios cercanos, sintiendo su cálida respiración. La mano que mantenía puesta en su cintura se deslizó por su espalda hacia arriba y de nuevo hacia abajo para volver a dejarla reposar en el lugar inicial y ante la cercanía de ambos la mano colocada en su rostro lo empujó hacia mi para volver a besarla, mordiendo suavemente su labio inferior durante un instante y luego volviéndola a besar mientras sentía sus brazos colocarse en mis hombros y tratar de darme calor.
Me gustaba aquella forma de besar que tenía, tentaba a besar más aquellos labios rojizos y carnosos...
Cuando sus labios se separaron de los míos habló nuevamente de forma cariñosa y yo sonreí levemente. Me gustaba la forma de actuar de esta chica. Me dió un breve beso, tentándome, dejándome con ganas de más.
-Tranquila, no creo que me ponga enfermo, ya empiezo a tener menos frío, creo que voy entrando en calor poco a poco...y más así...-dije, refiriéndome a la cercanía de los cuerpos de ambos, por lo que su cuerpo transmitía calor al mío.