El primer día siempre causa sensación (Adam)

Si el dia habia comenzado bien pero la tarde había iniciado y entonces todo se ponía aburrido, no tenía la menor idea de que aqui hubiera gente que yo conociera, tal vez si empezaba a hacer más amigos las cosas cambiaran pero por ahora no conocía a nadie más que a mi pequeño perro que por cierto se habia quedado en el departamento dormido, le extrañaba pero hoy queria salir sola, ver si no me perdía por lugares nuevos y de verdad esperaba que asi no fuera.
Compré un helado, uno de vainilla, mi favorito, no había nada más delicioso que eso, claro además del chocolate, caminé por un parque que tenía varíos jardines, todos hermosos, la vista con el sol era genial la vista, sin duda magica, sin darme cuenta topé con alguien embarrando a ambos de helado, hice una mueca divertida y comencé a disculparme.-Lo lamento muchísimo, no fue mi intenciòn.-Dije susurrando, era una pena pero había sido divertido.

Me sentía bastante cansado, la mañana no había sido fácil, mis alumnos no le ponían mucho interés a la materia y eso me desanimaba un poco. Y el hecho de que no hace mucho que estaba viviendo aquí y no conocer a nadie también ayudaba a desanimarme... Pensaba que a lo mejor con un paseo mi mente iba a dejar de divagar un rato, que el aire fresco iba a ayudarme a aclarar mis ideas y que mi mente dejara de viajar al pasado, con mi familia, mi país natal y algunas historias también.

Llegue al parque, las hojas de los árboles estaban amarillentas y caídas la gente paseaba por hay con abrigos bastante ostentosos, a mi parecer era un poco exagerado, el otoño era una de mis estaciones favoritas por el simple hecho de que el ambiente mismo se tiñe del mismo color de las hojas, aunque sea un poco masoquista, para los solitarios no nos molesta que los días estén tristes, al contrario... los disfrutamos.

Puse mis manos en mi bolsillo y marche con un paso decidido, llevaba mi vieja y tan característica campera de roja y negra, que siempre solía usar y cada vez que la ponía la lavar la extrañaba. Había sido un regalo de mi madre el día que me fui de mi país, también llevaba mi bolso de cuero cruzado por mis hombros donde llevaba los papeles que de la facultad. Mi paso era seguro, y mi vista iba hacia los costados, observando el parque teñido de amarillo... pero aparentemente mi paso no era el único seguro, una muchacha de cabello castaño choco contra mi hombro, manchando mi adoraba campera con su marrón helado de chocolate, su aroma se me hacia bastante particular y al levantar mi mirada, confirme mis sospechas de quien era...

- enserio... ¿justamente tu te disculpas? - pregunte con una

Mi chaqueta se había llenado por completo de helado, antes de verle la cara me inspeccioné un poco, debía tener un aspecto algo desagradable, helado por todas partes, incluso mi cabello tenía algo de helado en las puntas, di dos pasos hacia atrás oyendo su voz, tan familiar que giré mi vista para encontrarme con sus ojos, esos ojos que tanto me divertían, una sonrisa se dibujó en mi rostro y cogí algo de helado embarrando en la nariz riendo un poco, me gustaba haberlo encontrado ahora, justamente en este lugar que tan sola me sentía.
Le miré una vez más ladeando la cabeza divertida y negando ante lo que decía.-Tienes razón, ahora que veo que eres tu creo que mereces estar bien embarrado por tanto tiempo sin vernos.-Dije divertida antes de tomar más helado y llenarle las mejillas también, adorable, simplemente la vista de el cubierto de chocolate era adorablemente tentadora.-Así hasta yo misma te como, tanto tiempo sin verte mi querido Adam.-Dije tirando el helado en un cesto cerca antes que se le ocurriera embarrarme más, besé su mejilla quitando le algo de helado de la mejilla.
Miré su remera, la conocía también pues siempre había sido su favorita, me encojí de hombros un poco puesto sabía como la amaba.

-De acuerdo solo lo lamento por esa remera, aunque con chocolate te vez encantador.-Comenté esperando no se molestara, le guiñé el ojo divertida y esperé a que dijera algo.

Mi querida Harlow, siempre sabe en que momentos aparecer, justamente cuando me sentía solo y extrañaba mi gente... aparece mi dosis de locura y unas cuantas cosas mas, y manchando mi campera favorita, pero bueno eso es un detalle de nuestro encuentro. Aunque ahora no solo manchaba mi campera, también mi rostro, específicamente mi nariz y mis mejillas, yo simplemente sonreía de forma sarcástica mientras ella hablaba y seguía ensuciándome, total... luego se vendría mi venganza.
Beso mi mejilla y me quito un poco de chocolate que ella misma me había embarrado.

- Apuesto a que quieres comerme ¿o me equivoco? - le guiñe un ojo gracioso - fue demasiado tiempo para mi gusto, espero que no se vuelva a repetir o no me imagino como quedare yo... o mi campera. Dame un abrazo - fue casi una orden y me agache un poco para alcanzar a ella y abrazarla fuerte durante unos segundos.

La historia con Harlow era bastante interesante, ya que ella siempre despertaba algunos sentimientos en mí, aunque solíamos pelear, me gustaba hacerla enojar, pero aun así no podía estar muy lejos de ella - ¿Cuanto tiempo te tomara entender que con o sin chocolate soy encantador? puedes comprobarlo si quieres, no me molesta - tomé un poco de chocolate de mi nariz y me lo metí a la boca, luego saque un poco de mi otra mejilla y se lo embarre a ella, no era tanto como lo que ella me había tirado pero igual - eso no es todo, pienso cobrarte intereses y además tienes que lavar mi campera, pequeña - le sonreí de forma lamentosa y luego la abrace por los hombros con un solo brazo - ¿donde estuviste todo este tiempo chiquita?