Relajación entre plantas[Alejandra J.]

Hacia viento, esta vez no era muy fuerte, acompañado de una suave brisa otoñal. Se hacía algo agradable. Jugeteaba con mi Blackberry mientras de vez en cuando observaba a la gente caminar. Sumergidos en sus propios pensamientos. Tristezas, alegrias. suaves pensamientos indecentes y quizá algo salvajes. Todas aquellas personas que in evitablemente lograban abrir la boca inmersa en sus pensamientos. Y quizá algun que otro asesino, pero en ello era mejor ni pensar.
Me encontraba en el jardin botanico, en la entrada. Habia cientos de especies de plantas, tantos tipos, y muchos se asemejaban a las personas. Guardé mi Blackberry en el bolsillo y me dispuse a entrar.

La última vez que visitó esa jungla en plena ciudad fue, si bien recuerda, de la mano de sus padres con diez años. Era un buen lugar para quedarse a solas con su cabeza y pensar, solo pensar. Lo necesitaba y la suave brisa que soplaba ese día la acompañaba. Se guardó las manos en los bolsillos de la chaqueta y entró al parque botánico. Las familias aprovechaban para pasar el día entre vegetación y otros paseaban a su antojo, perdidos como ella en sus propios asuntos.

Tan metida estaba en lo que pensaba, que no se dio cuenta de que el gorro de lana que llevaba se había volado con el viento y había aterrizado junto a un árbol. Pensaba en lo ocurrido con Andi, en la forma en la que huyó y, sobretodo, en lo mal que se sentía por todo. Quería llamarla y no encontraba el modo de que sus manos no temblasen de solo pensarlo.

En el interior habia bastante gente. La mayoria de lugares estaban al aire libre. Dividido en varias secciones. Muchos niños correteaban, apenas se interesaban por las plantas, exceptuando a alguno que otro. Todos sonreian. Caminando por la entrada vió a una chica a unos escasos metros de un arbol. Al pie del arbol habia un gorro de lana, quizá fuese suyo, pero la muchacha apenas se percató. O al menos ni le importaba.
Me acerqué a aquel arbol y cojí aquel gorro. Aquella muchacha apenas se percató de mi presencia.
- Perdona... ¿Es tuyo? - Sonreí sintiendome algo culpable por interrumpir sus pensamientos

Había llegado a coger el teléfono y dudaba con el número de Andi en la pantalla, cuando alguien la interrumpió. Alzó la cabeza y se encontró con una chica mostrándole su gorro, cuando se dio cuenta de que no lo llevaba puesto. Guardó el teléfono, agradeciendo a la desconocida que interrumpiese su confusión por un momento.

-Ahá -contestó asintiendo con la cabeza, y le cogió el gorro de las manos. Tenía muchas cosas en las que pensar, aún le daba vueltas a todo y no se molestó ni en sonreír a la chica. No era algo fuera de lo común en Alex, que no sonriese.- Gracias. -se giró para seguir su camino, aunque en realidad no fuese a ningún lado en concreto.