¿Afianzando lazos? {Liam}

No solía preguntarse qué hubiera sido de ellas si su vida hubiera sido completamente diferente. Quizás ahora mismo no sería la secretaria sin experiencia de la universidad, sino que quizás sería una de sus estudiantes…pero habían algunos momentos en los que Clémence se permitía soñar, imaginar…pensar que quizás le había tocado vivir una vida para la cual no estaba lista. Estaba sola. Completamente sola en el mundo y aunque ella misma se calificara como una mujer independiente de vez en cuando los necesitaba y se daba el lujo de añorarlos. Quizás no era lo más sano hacerlo en su lugar de trabajo, pero no había podido evitarlo. Necesitaba un poco de paz. No era buena siendo secretaria, se le olvidaban los cafés, olvidaba dar recados y se ponía nerviosa cuando le pedían algo porque tenía miedo de arruinarlo y el mismo miedo de arruinarlo terminaba haciendo que realmente lo echara a perder. La muchacha paso un dedo por la pizarra mientras se sentaba luego soltando un suspiro en uno de los asientos que habian en aquella sala ahora vacia.

Odiaba ser ella en aquel momento. Odiaba ser la muchacha que no sabía qué diablos hacer con su vida. Y lo peor de todo…odiaba estar así de nostálgica.

-Oh…pensé que esta sala estaría desocupada-se puso de pie rápidamente apenas vio entrar a Liam a la habitación. Se quedo como una idiota de pie ahí a un costado de la mesa. Aquel hombre solía siempre intimidarla. Clémence en más de una ocasión se había sorprendido a si misma observándolo más de lo necesario y es que le llamaba la atención…esa postura tan estricta, su rostro tan serio…y Clémence simplemente sentía la necesidad de saber su historia para saber porque se escondía detrás de ese manto lleno de frialdad.-No debería estar aquí-dijo tranquilamente como si estuviera confesando el peor de los pecados, mientras se encogía de hombros y luego sonreía abiertamente.

-Puedo irme si quieres…aunque realmente necesito un escondite cuando se den cuenta de que he olvidado llevar el café nuevamente-soltó un pequeño bufido observando los ojos del hombre que tenia frente a ella. Seguramente no debería haber dicho eso…más que mal, ella trabajaba para la universidad y sus funcionarios y el era uno de ellos.

Por más extraño que sonara y aunque le pareciera imposible, su día no estaba trascurriendo tan mal como era costumbre éste último tiempo. No había recibido ni una sola llamada de su ex pidiéndole dinero, lo que le provocaba un alivio inmenso contando que Marianne se había convertido en su infierno personal desde que no estaban juntos, si tan solo hubiera sabido con la mujer que se estaba involucrando lo habría pensado dos veces. Las clases que había tenido no habían sido para nada anormales, podía decir con gusto que el grupo había funcionado mejor de lo que estaba acostumbrado y mal o bien eso le hacía sentir satisfecho como profesor. Su buen humor era palpable y todas aquellas personas que tenían que pasar por lo menos una hora entera con él seguramente agradecían a lo que fuera que lo hacía sentir bien, Liam podía resultar un maldito insoportable cuando se lo proponía, y por desgracia para el resto hacía un tiempo que lo había adoptado como hobbie. Lo único que empañaba un poco su día era el alto de hojas que cargaba mientras recorría los pasillos de la universidad, si había algo que sin duda quitaría de su profesión era el corregir exámenes, le resultaba tedioso y estresante.

Utilizaría la hora que tenía libre para dedicarse a aquella molesta tarea mientras disfrutaba de una taza de café cargado y bien caliente, como a él le gustaba. Irrumpió en la Sala de profesores momentos más tarde sin preocuparse por el escándalo que había ocasionado sin querer, pensando que estaría vacía, sus horas libres muy pocas veces solían coincidir con la del resto de sus colegas, pero se llevó una sorpresa al ver a la chica rubia que se ponía rápidamente de pie al verlo entrar. Clémence aquella secretaria charlatana y bastante divertida con la que había entablado conversación en algunas ocasiones. Negó con la cabeza en cuanto la escuchó hablarle, dejando la taza de café y el alto de hojas sobre el escritorio, a pesar de no ser uno de sus peores días su osca expresión le hacía compañía, era algo natural. - Y lo estaba, hasta que llegué... - le respondió echándole un rápido vistazo a la rubia y volviendo a enfocarse que sus hojas estuvieran en orden, obviamente estaban organizadas por orden alfabético y grupo, y el que una se le traspapelara significaba el caos total, simples manías. El nuevo comentario de Clémence le hizo dejar a un lado su tarea y mirarla ésta vez con atención. - Tranquila, todos hacemos cosas que no debemos - contestó en un murmullo dejándole ver una sonrisa no muy pronunciada.

Abandonó sus hojas y tomó la taza de café, recargándose sobre el escritorio en una posición despreocupada, quedando frente a ella. La amplia sonrisa de la chica parecía darle un aire de inocencia bastante curioso para Liam que se engrandeció al recibir la explicación de porqué se encontraba allí. Inevitablemente alzó una ceja y esbozó una sonrisa divertida mientras le daba un trago a su bebida. - Quédate, no me incomodas, además no podría negarte un escondite después de haber cometido un crimen tan espantoso - bromeó escondiendo su mano libre dentro de el bolsillo de su pantalón de mezclilla. - No hace mucho que trabajas aquí, ¿cierto? - preguntó aunque podía asegurar que no estaba errado. - Tómalo con calma, sino terminarán por volverte loca. Mis primeros meses aquí fueron terribles - comentó antes de darle tiempo a responder, frunciendo un poco el ceño en una mueca al recordar su comienzo en la Universidad.

Y ahí estaba nuevamente ese rostro. Serio, como si estuviera escupiendo las palabras que decía a cada momento, aunque ella hubiera estado del mismo humor si tuviera que corregir todo aquellos exámenes que tenía en sus brazos y que ahora descansaban sobre una de las mesas, pero aquella expresión algo tosca y mal humorada desapareció después de un par de segundos y toda su expresión corporal cambio por una mucho mas despreocupada y relajada y aquello mismo hizo que Clémence se relajara también. Soltó una risa al escuchar su primer comentario, mientras se encogía de hombros-Se lo dices a una especialista en romper las reglas y meterse en problemas-no lo estaba diciendo para alardear, sino que su tono era completamente diferente, como si aquello fuera su mantra, como si simplemente no pudiera evitarlo por más que lo quisiera. Con naturalidad la muchacha se acerco hasta colocarse a un costado de donde Liam estaba apoyado, a diferencia de él, no tenía un café en las manos, así que simplemente las cruzo sobre su pecho.

-¿Acaso no se nota?-pregunto con un deje de sarcasmo y frustración ante la pregunta del muchacho, llevaba tan solo un par de semanas, seguramente aquel era su trabajo número cien mil y Clémence por primera vez en su vida no quería arruinarlo, simplemente quería comenzar a hacer todo bien, porque le gustaba sentirse importante, porque tenía que hacer cosas interesantes y trabajaba en una institución con un renombre internacional, no estaba peinando perros en una veterinaria ni utilizando una falda minúscula mientras servía tragos en un pub de mala muerte. Este sí que era un verdadero trabajo, y adoraba todo lo que lo rodeaba pero simplemente ella no se sentía capaz…nunca se sentía capaz de hacer absolutamente nada.

-Es solo que…no sé si has sentido que necesitas que algo salga bien-recalco la palabra “necesitas” mientras se giraba hacia él, observando un poco de frente, tenía la manía de siempre estar mirando a la otra persona cuando hablaba con alguien, un gesto de mas completamente honestidad, siempre había pensando que la mirada de una persona podía decir mucho más que sus palabras o gestos-Pero al final terminas poniéndole tanto esfuerzo que eso mismo resulta en un completo desastre-Si, quizás no debía estar hablando de eso con él, porque no eran tan cercanos, porque ella era increíblemente desesperante en ocasiones y seguramente porque a el no le importaba ni un centavo lo que sucedía en su vida.-Lo siento…debería callarme alguna vez en la vida-termino por agregar mientras sonreía abiertamente un segundo más tarde.

Otra sonrisa que escondió detrás de la cerámica de su taza al llevársela a los labios, pero que podía asegurar que había sido perfectamente notoria para ella. Allí estaba de nuevo, ella le hablaba en un tono que muy en el fondo despertaba en el un sentimiento de protección que por supuesto no lograba identificar del todo. Movió un poco la cabeza mientras sopesaba sus palabras, podía decir que sabía bastante bien a que se estaba refiriendo, no tanto el lo laboral, aunque ya había tenido varias llamadas de atención sobre lo de fumar en las aulas vacías, pero sí, Liam era un completo imán de problemas, por más de que a al gente le pareciera difícil verlo de eso modo detrás de tanta exigencia. - Sé lo que se siente - murmuró mirando su taza mientras se encogía levemente de hombros con cierto pesar, el tan solo pensar lo difícil que a veces se le hacía poner un orden a su vida y evitar los desastres le desquiciaba. Clémence se posicionó a su lado, recargándose también sobre el escritorio y él la siguió con la mirada. - ¿Quieres un café? - le invitando, levantando un poco la taza enseñándosela, aunque sabía que aquello estaba demás. - Puedo pedirte uno - secundó sintiendo que era totalmente descortés de su parte no hacerlo si tenía clara certeza de que con solo pedirlo se lo llevarían ahí mismo.

Su sarcástico comentario le dejó en claro que tenía razón, pero a Liam no se le pasaban los detalles y uno tan grande como aquel menos, sabía cuales eran los funcionarios incorporados recientemente. Su nerviosismo además le delataba, pero afirmaba con convicción que después de un tiempo todos aquellos temores se disiparían, todo era cuestión de costumbre. Se quedó en silencio sabiendo que no era necesario responder nada a aquello y simplemente se mantuvo prestándole atención a las palabras tanto a los gestos que hacía. Estaba dispuesto a ayudarle en lo que se le hiciera necesario, después de todo que ¿mal le podía hacer? el también la había necesitado en su momento y de no habersido por Jude y Patrick posiblemente lo habrían terminado despidiendo en una semana.

Comenzó a asentir con la cabeza, poniendo más énfasis a cada palabra que pronunciaba, muchas veces había tenido aquella sensación, aunque por supuesto no iba a decirle que la gran mayoría de las veces todo le había salido como menos planeaba, no quería desmoralizarla y una actitud como aquella en aquel momento no era nada útil. - Tan solo debes tener la suficiente confianza en ti misma y pensar que todo el esfuerzo que haces será para bien. - dar consejos nunca había sido su fuerte, pero aún así lo intentaba. - Sé que muchas veces resulta complicado, pero convéncete de que las cosas saldrán bien, y si no, adquieres experiencia - añadió, dejando la taza sobre el escritorio y cruzando los brazos sobre su pecho.
Se permitió reír con cierta calma, le llamó la atención que se estuviera poniendo un freno a si misma, lo más raro de todo era que por primera vez en mucho tiempo no le molestaba hablar de temas como aquellos. - Posiblemente eso te resulte muy útil en algunos momentos - contestó aunque sin ningún dejo de maldad o burla, más bien una especie de broma que a duras penas podía catalogar como amistosa. - Pero, siendo sincero no me molesta, no hoy, por lo menos. Por suerte ha sido un buen día - le comentó, sintiendo como su murmullo iba disminuyendo el volumen con cada palabra.