Evoleth V. Lafayette

{#}Información Básica

■ Nombres: Evoleth Victoria ■ Apellidos: Lafayette ■ Edad: 19 ■ Fecha de Nacimiento: 18/11/92 ■ Nacionalidad: Francesa ■ Sexualidad: Mujer ■ Orientación Sexual: Bisexual ■ Grupo: Otros ■ Empleo: Profesora de Baile

{#}Apariencia Física

Cabello:

Es largo, muy largo, y en natural es ondulado, aunque casi siempre se lo alisa o se lo riza, depende del día. Es de color rubio, rubio oscuro, aunque varía en cuanto a tonalidades. A veces, se lo tiñe de pelirrojo, con uno de los tintes que duran tres o cuatro lavados.

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Ojos:

Los ojo de evoleth son por lo general bonitos. Es decir tienen un color llamativo: verde, sobre el cual, hay diversos tonos en azul y dorados. Son grandes, pero no afean, de hecho, van en armonía con el resto de su cara. Por último, cabe destacar que tiene unas pestañas bastante largas y gruesas.

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Tipo de Piel:

Tiene la piel súper clarita, de un color parecido al blanco, además, está cubierta de pecas, lo que le da un atractivo diferente al resto de pieles.

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Complexión Física:

Tiene un cuerpo muy delgado, tanto que se le notan la mayoría de los huesos, auqneu bien es verdad que tiene demasiado pecho para un cuerpo tan pequeño y le sobra un poco de caderas.

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Altura:

1’58, tiende a usar tacones pore so.

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Otras Características:

Suele vestirse a su bola, un día puede ser una perfecta pin-up que al siguiente va de hippie por la vida. Aunque generalmente, va con shorts –medias debajo si tiene frío-, unas Martens y una sudadera de chico muchas tallas más grades. A pesar de eso, siempre tiene un toque femenino, y le encantan los tacones. Además, siempre lleva los labios pintados de rojo, y un camafeo que le regaló su abuela.

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{#}Personalidad

Gustos:

Bailar ballet. Cantar, ama cantar. Mandar sobre los demás. Destrozar el mobiliario urbano. Hacer llorar a la gente a la que odia. Los peces, le hacen feliz. La coca-cola, no viviría sin ella. Igual que sin el zumo de calabaza. Es feliz escuchando música a todo volumen y yendo por la calle como si fuera un videoclip. El mar. AMA el mar, mucho, demasiado. Y el olor a Verano, es su olor favorito.

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Disgustos:

Odia las mentiras, menos cuando las dice ella. Mejor dicho, odia que la meintan. Y las arañas, las odia. Odia la comida, mucho, mcuhísimo. Pero le gusta cocinar. Es rara hasta para éso, por eso odia a la gente particular. También odia que no le hagan caso, le pone frenética, y siempre tiene que tener todo bajo control porque si no, también lo odia

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Miedos & Fobias:

Tiene claustrofobia y aracnofobia. Además, le dan un poco de miedo los ratones y las tormentas, pero no tanto como para considerarlos fobia.

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Otros:

Tiende a ser muy perfeccionista, además, es anoréxica y suele ir por ahí llamando la atención

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Hobbies: Bailar ballet, ama eso. Cantar, aunque no se le da tan bien como el ballet, sí que tiene una voz bonita.

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DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Tiene dos caras, pero no es bipolar. Simplemente mantiene una fachada a todo el mundo que se le acerca hasta que ganan un hueco en su corazón. Por una parte aparenta ser una perfecta señorita. Con los modales más adecuados en cualquier momento, adaptándose a la situación sin que se suelte un mechón de su pelo. Una dama que sabe tratar con los caballeros, que habla como si las musas cantasen entre sus labios, digna de ser nombrada premio nobel de la paz, o ciudadana ejemplar… Que ayuda como la que más y sabe lo que hacer en cada momento; es decir, es una perfecta señorita de la que nadie nunca sospecharía. Se escandaliza con oír la palabra sexo y sabe más de biología que del amor.

Pero, por otra parte, se encuentra la otra cara de Evoleth. Ésa que en vacaciones hace carreras ilegales. Ésa que vende sus apuntes. Ésa que sabe más de golpes de boxeo que de fregar platos. Ésa que es todo lo contrario a una buena señorita. Pero claro, como nunca rompió un plato, nadie la dice nada, siempre hay alguien a quien echar las culpas. Es borde a más no poder con los extraños, tergiversa todo de tal manera que ella siempre sale impune de cualquier situación quedando como la víctima. Tiene una lengua viperina que no duda en emplear, tanto para manipular como para insultar. Aunque nunca insulta directamente, qué va, eso no es propio de una señorita. Con los modales de una zorra barata, irónica, sarcástica y borde. Te hará llorar si puede y pretende tener el mundo a sus pies. Se cree la dueña de todo, y de todos. Siempre tiene que quedar por encima de los demás, y no soporta no conseguir algo que quiere. Aún así, le acabas cogiendo cariño a la rubia, ya que si la conoces bien, algo que pocas personas han hecho, puedes ver lo tierna y cariñosa que es. Eso sí, si la traicionas… Olvídate de ella y acuérdate de su madre.

{#}Información de Vida

Padres:

Dos, como todo el mundo. Su madre se llama Trinity F. Lafayette, y su padre está muerto, murió antes de que ella naciera –pero sí, es su padre- ya que era soldado en la guerra. Se llamaba John Bloodeht.

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Hermanos:

Dos hermanos mayores, ambos chicos.

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HISTORIA

Sus padres se conocieron en un viaje de fin de curso, en las Islas Seychelles. Ella era una estudiante ejemplar y su padre, un estudiante ligeramente conocido por algo más que estudiar. El viaje duraba un mes, era como un campamento. Y en cuanto se conocieron, saltaron las chispas. Pero no de amor precisamente. Cada vez que se veían, había una discusión, se rompían platos o salía alguien llorando. Aunque ya se sabe que del amor al odio hay sólo un paso. Así pues, cada vez, se picaban más adrede y buscaban los encuentros.
Hasta que un día, a John, haciendo el borrego como siempre, se cayó de un poyete y quedó inconsciente. Trinity, preocupada a más no poder, pasó día y noche en la enfermería, haciéndole compañía. De tal manera que cuando despertó, fue lo primero que vio. Así, en ese panorama, la chica no tenía excusa por lo que le confesó sus sentimientos. Él no dijo nada. Pero el último día, antes de irse le confesó su amor.
Cuando marcharon siguieron manteniendo su amistad por carta, pero la cosa se perdió hasta que un día él fue a ver un partido de voleibol, y se reencontró con ella, que era la capitana suplente. Inmediatamente volvió a surgir el amor. Poco después, es decir, cuatro años después, se casaron y tuvieron un hermoso hijo llamado William, cuyo gemelo era Marcus. Y a los dos años y medio, casi tres, nació la pequeña Evoleth.
Evoleth vivió entre algodones toda su vida, desde que nació hasta que acudió a la escuela su primer año. Sus madre, como casi no tenía tiempo, la dejaban con su abuela quien la cuidaba como a una hija más. Vivió su infancia a camino entre París y Bélgica. Aunque bien es verdad que su madre tuvo que asentarse durante varios años en Italia, de ahí que hable italiano más o menos bien. La verdad es que la niña, durante los veranos, era bastante buena y no daba problema, por lo que su abuela no ponía impedimentos. Hasta que se encontró a Gustav. Gustav era un niño callejero criado en París, que la introdujo en el mundo "real". Es entonces cuando decidió que las cerillas estaban para algo más que encender velas y que prender fuego a los contenedores es casi tan divertido como comer helado de chocolate. Aunque siguió con la misma fachada desde niña, algo en su interior había cambiado. Y en la escuela, también se nota. Así pues, pasaban los veranos, hasta que Gustav se marchó de París sin decir nada a nadie ni dejar nada escrito. Ella no cambió, él sí. Además, su madre se casó con un hombre, que las maltrata a ambas. Ahora, se encuentra siendo algo como la reina del cotarro de su escuela, o eso es lo que pensaba. Un día, su escuela se incendió, y algunos alumnos –entre ellos Evoleth- quedaron atrapados dentro. Por suerte, no les pasó nada grave. Lo malo fue que en el hospital, vieron las señas de malos tratos de su padrastro hacia Evoleth, y comenzaron a indagar. Ella tuvo que mentir por orden de su padrastro, diciendo que se había metido en peleas, en manifestaciones y demás… Por lo que la policía no dudó en acusarla del incendio y decidió –por orden de un juez- meterla en un internado. Su madre se apiadó de ella y decidió mandarla a uno lejos de su padrastro, lejos de todo, y muy bueno. Así hasta que cumplió los 18, que fue cuando se marchó a Inglaterra, a conseguir sus sueños. Abriendo una pequeña escuela de baile en un barrio céntrico.