Una bien, dos quizás, tres es una puta mala idea (Victoria)

Suspiré hondo y simplemente entre. Soluciones no habían muchas y alternativas menos. No es que pudiera regodearme y elegir entre opciones si después de todo siempre había tendido claro que no tenían ni donde caerme muerto. Las cosas en casa no estaban teniendo buen andar y lo más probable es que con mi madre debiéramos nuevamente cambiarnos de casa a un lugar mucho más chica. Ahora hasta una caja de fósforos podría ser más grande. Pero era lo que yo podía pagar y sin contar el resto de gastos que teníamos y el hecho de que mi madre hubiera comenzado a enfermarse no era nada tranquilizador y más sabiendo que por las noches debía dejar la sola.

Acepté la situación y entre en el bar donde trabajaba. Casi nadie entraba y los clientes estaba seguro en su gran mayoría eran prófugos de la justica que no hacían más que intimidar a los poco clientes que lograrían entrar. Pero no podía renunciar por algo obvio además de que yo era el único que aceptaba las condiciones de trabajo que el idiota del mi jefe colocaba. Dejé mi chaqueta tras la puerta de la entrada de servicio e intenté comenzar con la ruina de limpiar vasos, mesas y traer las botellas suficientes para comenzar la noche. Una vez que todo estuvo listo, abrí las puertas encendí la luz de entrada y esperé a que como cada día solo entraran máximo cinco prófugos, dos ebrios comunes y nadie normal.

Necesitaba un poco de adrenalina, mi vida se estaba hundiendo tanto que estaba seguro que de ser un poco diferente y no tener por quien luchar, hace ya bastante tiempo que estaría entre los ebrios del grupo. No confiaba en nadie. No tenía muchas amistades y la verdad es que tampoco las buscaba. Mientras más gente estuviera en mi vida, más lástima le causaba al mundo.

Ya había servido unas cuantas copas, cuando la puerta se entró y fruncí el ceño por varias razones. Una chica, nada mal, en un lugar como este, rodeado de imbéciles sin vida y con todos los ojos puestos en ella no me traía nada de buenas vibras. De seguro estaba perdida, pero poco me importaba, no quería un escándalo hormonal, por una chica guapa frente a depravados sexuales. Había escuchado millones de veces lo que había pasado con las víctimas de esos tipos y la verdad es que ver a una de ellas no era para nada una buena idea. Esperé con calma mirando sus movimientos, esperando para ver que era lo que hacía y rogando a quien fuera a que se diera una media vuelta y se legara de allí cuanto antes.

Estaba vagando por la ciudad, aun sabiendo que habia vivido casi toda mi vida ahi no conocia bien todo los lugares ademas de que me habia cansado de estar encerrada sin hacer nada divertido y decidi rebelarme por asi decirlo; buscaba diversion pero de la buena. Esa noche estaba peculiarmente mas fria que antes, me abrace mas a mi abrigo que cubria con tal perfeccion mi cuerpo ya que solo levaba un pantalon jean y una blusa desmangada, nada llamativo pero igual resaltaba mi cuerpo. Camine en mis tacos hasta que distingui el letrero de un bar, se veia bastante underground, me di la vuelta y no logre reconocer la calle en la que me encontraba parada, habia perdido mucho tiempo por andar de rebelde en la calle y ahora tambien habia perdido el camino que habia seguido. Decidi entrar al bar y ver si alguien podia explicarme exactamente como volver, y de paso me tomaba una copa o dos. Sonrei al portero lo cual me hizo muchisimo mas facil mi entrada, una pequenha sonrisa y un movimiento de ojos y pestanhas y conseguias casi todo en el mundo.

Se hizo a un lado y me dio espacio para poder pasar, sonrei agradecida y entre; el lugar estaba escasamente iluminado y la idea que tenia de lo underground que era se hizo cada vez mas vivaz. Vi como la mayoria de los hombres voltearon a verme y me miraban con esa mirada que me asqueaba totalmente, una cosa era que este interesada en un chico como para coquetearle y que continue asi el juego y otra muy distinta era que unos viejos se quieran pasar de listos conmigo.
Decidi ignorarlos para no vomitar ahi mismo y seguis buscando a alguien que me resultara de confianza y que me pudiera ayudar, vi a un chico que me miraba atento desde el bar, sonrei y me acerque a el.

Camine y me quite el saco ya que dentro del bar se sentia un poco mas de calor a como se sentia a fuera. Me sente en una de las butacas frente a el mientras veia como el limpiaba uno de los tantos vasos que descansaban frente a el, apoye mi abrigo en mis pierna y mis brazos en la barra -hola- salude con la sonrisa que casi nunca se iba de mi rostro -podrias darme un shot de tequila- dije mirandolo con mi amplia sonrisa la cual no daba coartada a mis palabras sobre el licor que habia pedido recientemente, podia esperar que me replicara o hiciera algo.

Definitivamente el instinto de supervivencia de la chica estaba más perdido que la capacidad de mi vida de salir de ese agujero en el que poco a poco me estaba cayendo y que lamentablemente me daba cuenta de aquello y no podía hacer nada. La miré con atención, captando cada uno de sus movimientos como también los del resto de público que teníamos esa noche. Era extraño, porque desde que había pisado un pie en el Pub que había sentido que algo realmente no iría nada de bien. Y precisamente caminando hacia mí, venia la razón de ese presentimiento.

Miré con ojos de advertencia al resto de los hombres y seguí secando las copas que acababa de lavar cuando ella finalmente llegó a la barra y se sentó en uno de los taburetes, que pocas veces desde que yo había trabajo allí se había usado. No tenía el rostro de una chica que estuviera con los síntomas de la desesperación por alguna draga ilícita que era lo que por lo general buscaban las chicas que entraban aquí. No tenía el resto de ser una asesina a suelto que buscaba alguna víctima a la cual hacer desaparecer. No tenía el rostro de la destrucción de su vida y que necesitaba olvidarse de todo lo que la rodeaba. La vedad es que solo tenía la pinta de una chica consentida que lo tenía todo y que estaba experimentando a saber del mundo d los demás, de aquellos que no teníamos más alternativa que intentar sobrevivir en vez de vivir.

- ¿Qué tal? –respondí casi sin ganas, pues lo único que quería es que ella saliera de allí cuanto antes y no tener que frenar a todos los viejos pervertidos que miraban cada cosa que ella hacía. Esto sería un problema y uno muy grande. Asentí cuando escuché lo que me pidió y se lo puse frente a ella sobre una servilleta. Si bien el local no era de lo mejor, me gustaba que cada cosa que estuviera a mi alcance se viera bien- Uno te dejaré tomar tranquila, dos quizás si la cosa no se ponen feas, pero tres no sería una puta buena idea –le dije frunciendo el ceño y señalando con mi índice a un hombre que estaba a unos seis metros de la barra y que no le apartaba los ojos de encima.

En más de una ocasión había tenido que luchar contra más de un idiota que no se había querido ir del Pub cuando me correspondía cerrar e irme de una jodida vez a mi casa, pero estaba seguro que cuando se trataba de hormonas y viejos verdes, no había mucho que pudiera yo hacer frente a un tipo que tenía como dos metros de alto y de ancho. Fruncí el ceño y me incliné sobre la barra hasta a ella- Por tu seguridad es mejor que te tomes esto y llames a alguien que venga por ti, porque una vez que salgas te aseguro que ese tipo te seguirá –estaba más que seguro que la chica jamás pensó en el problema que se estaba metiendo cuando había entrado.

Mire el vasito que estaba frente a mi, con mis dedos jugaba con el mientras el chico me hablaba, cuando se me acerco me sorprendi pero no me movi, escuche atenta a sus palabras. Voltee solo un poco y mire al hombre, descubri que era cierto y no pensaba quitarme los ojos de encima, suspire y voltee la mirada nuevamente en el chico frente a mi y luego mire mi vaso -voy a tener que arriegarme a ser perseguida porque Uno no tengo la mas minima idea de donde estoy, dos puedo esperar a que nada me suceda, tres vine sola y estoy sola asi que no tengo a quien llamar para que vengan por mi asi que no tengo muchas opciones no lo crees?- dije mirandolo con las cejas levantadas.

Tome el vasito en mis manos y me lo tome de un solo trago, hice una cara que de seguro era para reirse, pude sentir el ardor en mi garganta por el liquido que ahora se deslizaba por esta misma, movi la cabeza y abri los ojos que habia cerrado por consecuencia del trago. Suspire nuevamente y podia sentir la mirada de ese hombre que aun no le daba la gana de moverse de su lugar, si seguia asi iba a terminar encima de el dandole una cachetada por ser un calenturiento amargado. Odiaba a los hombres cuando se ponian de esa manera. Volvi a mirar al chico que seguia ahi frente a mi -siempre son asi?- pregunte apoyando mis brazos en la barra y ladeando mi cabeza dejando que mi cabello rubio cayera encima de mi hombro -como te llamas?- pregunte para saber la identidad del chico que al parecer estaba preocupado por mi y por mi seguridad.

Suspire y baje la mirada -hace cuanto que trabajas aqui?- me quede mirando la gran coleccion de bebida que estaba a espalda de el, distintos colores, etiquetas, marcas, tamanhos, formas; el lugar no era nada llamativo ni te invitaba a entrar ahi con desesperacion, la musica no era nada buena y con eso entendia perfectamente el porque el lugar estaba casi por completo lleno de hombres con excepcion de las mujeres que hacian de camareras por el lugar.

No pude evitar colocar los ojos en blanco cuando dijo aquellas palabras, ¿Es que acaso las chicas ya no tenías instinto de supervivencia que les dijera que esos lugares no eran para nada lo mejor para chicas como ellas? Supongo que no, porque si aqueas chica estaba a allí, era porque carecía de aquello. Mi vista se paseaba por todo el lugar, vigilando todo y a todos, es que no podía creer, que una noche que pretenda ser normal, quizás fuera una de las peores. Suspiré cansado y volví a mirar a la chica, no era para nada fea y eso era una de las peores cosas que podría haber traído al bar, era lo que los psicópatas buscaban, buenas chicas para cometer los crímenes de sus patéticas vidas. Y solo me quedaba una cosa más por hacer, ser su niñero.

- Siempre lo son, buscando algo o alguien para entretenerse y eres su próxima víctima –le dije sin ninguna intención de hablar algo más con ella, pero si pretendía ayudarla, tenía que confiar en mí y para eso era necesario que supiera mi nombre- Soy Etienne y he trabajado aquí el tiempo suficiente para decirte que has cometido un error muy grande al aparecerte por aquí –miré la hora y aún quedaban al menos dos horas para poder cerrar, dos horas con las que tendría que entretenerla de alguna forma para que dejara de ser una presa para a caza.

Fruncí el ceño y apunté a un hombre con mi mano cuando lo vi ponerse de pie- Si te acercas para otra cosa que no sea para pagar la cuenta, será mejor que lo pienses mejor –le dije casi con un gruñido, justo en el momento en que el tipo dejaba el dinero sobre la barra, le lanzaba una mirada a ella y salía rápidamente del lugar. Me había ganado el respeto de ellos, con tiempo y de una manera nada fácil, pero al menos ellos ya habían aprendido y lo mejor es que yo también había aprendido de ellos.

- Tendrás que esperar dos horas más hasta cerrar el pub antes de salir para irte a dejar, créeme que una vez que entraste aquí deberás seguir las reglas del pub y esas las pongo yo –si quizás no había sido la forma más suave de decirlo, pero era la única forma que yo conocía.

off: lamento la demora, pero he tenido problemas con el teclado.

Gire los ojos, yo estaba demasiado calmada y desinteresada lo cual podia ser algo normal en mi pero en ese momento en donde me ponia en peligro en ese lugar estaba pasando las barreras de mi propia cordura, pase mis dedos por el borde del vaso jugando un poco mientras veia la mirada dura de Etienne, como me habia dicho momentos antes, escuche como amenazaba a un hombre que se habia acercado a la barra, me voltee un poco para verlo y voltee asqueada al ver la mirada que me dio, me senti incomoda y lo mejor era no mirarlo, supuse que se fue de ahi despues de tremenda amenaza por parte de Etienne, suspire y lo mire de nuevo apoyandome en mis codos -gracias por eso - susurre con un intento de sonrisa, y tome un sorbo de mi trago, deje que el liquido pase por mi gargante quemandola un poco. Escuche sus palabras y me sentia como una ninha a la cual estaban reganhando -nunca me gusto que los demas me ordenen que hacer, simplemente no se me da muy bien eso de seguir ordenes sabias?- dije mirandolo mientras entrecerraba mis ojos, podia sonar infantil en ese momento ya que parecia una adolescente tratando de mostrale a su hermano mayor que ya era lo suficientemente madura como para decidir que hacer con su vida y no dejar que el le diga que debe hacer y que no debe hacer, tome mi trago de golpe y me di la vuelta apoyandome en la barra esta vez dandole la espalda dirigiendo mi mirada al resto de los presentes en el bar, algunos se les habia ido la sorpresa de verme ahi aunque aun veia como comentaban entre ellos y mas de uno me miraba interesados, me dispuse a levantarme para vagar alrededor del lugar para verlo mejor ya que con la poca iluminacion no daba una vista buena, pero senti una mano fria en mi munheca, voltee a ver al que me aprisionaba y lo mire con mala mirada - sueltame si?- dije algo molesta.