Such time was a day like another~ [Jason:3]

Esta misma mañana me encontraba realmente deprimida, era uno de esos días en los que despiertas y no tienes ganas de salir y ni de hacer nada, de esos fastidiosos días donde te quieres quedar en cama y no hacer nada. Este día era uno de esos.
Me encontraba sobre mi cama ya desordenada, con la cabeza contra la almohada y con la sabana cubriendo la mitad de mi cuerpo mientras que la otra mitad estaba casi en el suelo. No había ninguna clase de ruido en la habitación, estaba completamente sola. Infle suavemente una mejilla y moví la cabeza para retomar algo de aire y entreabrí un poco los ojos, fijándome hacia una ventana, donde sus cortinas caqui no dejaban entrar por completo la luz del sol a mi habitación.
Sin más, me levante a como pude de la cama y me encamine hacia aquella cortina, la abrí con lentitud y arrugue un poco la nariz –Aish…mis ojos..- termine quejándome y escuche una cancioncilla muy pegajosa. Me gire hacia la habitación y mire mi celular en el suelo, sonando. Camine a el y lo tome, inflando un poco una de mis mejillas -¡Cherrie!, se que te sientes mal por lo que paso ayer con Kim, pero te tienes que reponer. Vete alistando, porque en la noche voy por ti para ir a un bar que me han recomendado. Adiós!- Parpadee un par de veces y suspire, haciendo un pequeño puchero –Si quiera me dejo hablar..- Murmure al tiempo en que lanzaba el teléfono a la cama y caminaba hacia el baño, para comenzar con darme una ducha. Treinta y cinco minutos después, Salí del baño ya aseada y sin muchas ganas camine hacia el armario y tome el vestido que Kim me había regalado, un bonito vestido color blanco con bolitas negras, me puse unas medias negras y mis converses verdes. Pero, al verme al espejo, había notado algo muy incomodo para mi..el escote era demasiado notorio y enseguida, me puse un enorme suéter verde, el cual acabaría con mi encanto.

Toda la tarde me la pase en casa y al momento en que el sol estaba por ocultarse, escuche como alguien abría la puerta y me fije en una castaña con una amplia sonrisa, quien vestía demasiado elegante -¿Qué?, no me digas que te iras así Cherrie- Me encamine hacia ella y me encogí un poco de hombros, sin mirarle directamente a los ojos –Solo vámonos, porfis- La castaña se hecho a reír y me tomo del brazo. Cerre la habitación y después de eso nos encaminamos a su auto –Y espero que no te moleste que mi novio nos acompañe- finalizo. No dije mas nada y me subí a la parte de atrás del auto, ahora, hundida en mi mundo hasta que llegáramos al lugar a donde me habían invitado a salir.

Más tarde, llegamos a un sitio un poco concurrido y me fije un poco en el lugar mientras que el novio de la castaña se estacionaba frente al establecimiento. -¿Es aquí?..ag..- No dije mas y me baje del auto, metiendo las manos a los bolsillos del suéter y espere a que la pareja bajara para ir detrás de ellos, y eso fue. Ambos se habían tomado de la mano y entraron al lugar mientras que yo iba detrás de ellos, con la cabeza un poco baja y haciendo una pequeña mueca por el olor a tabaco que reinaba en aquel lugar y sin que la pareja se diera cuenta, camine hacia la barra y me senté en un asiento mientras que apoyaba mi cabeza sobre la barra, inflando ambas mejillas. De seguro no duraría mucho ahí..

Después de trabajar siempre acostumbraba a ir directamente a casa, y ante el abrumador ataque de recuerdos solía pasar de quedarme y me iba un poco a la mierda. En la calle, ya anochecida, una ligera brisa soplaba calle abajo. El frio asustaba a los termómetros hasta unos tímidos diez grados pero aquello no me echo atrás, cubierto solo por mi camisa ajusta del color vacio de mi pelo y decorada con agujeros del tiempo, con unos pantalones que seguían la misma suerte y con agujeros suficientes para que el viento entrase y tocase una melodía como una flauta.

Caminé por la calle guiado por las farolas parpadeantes debido al poco cuidado del estado de las calles hasta que llegue a un punto en que la única iluminación provenía del cartel neón de un bar. Sin más remedio, encendí a mi amiga la señorita nicotina para que llenase mis pulmones de perjudicante humo y me adentre en tierras profanas. En su interior no me moleste y echar un vistazo, entre y me dirigí a la primera mesa sola situada en una esquina, esta vez iluminada solo por las ascuas de mi cigarro. Me senté apoyándome sobre mis codos en la mesa y la cabeza sobre estas, despeinándome por un ligero dolor de cabeza que comenzaba a sentir mientras con los dedos sostenía el cigarro humeante.

De todo esto hacia ya hacia unas horas. Incalculables botellas de alcohol cubrían la mesa. Capaces de formar una pirámide si se ponían de acuerdo. Más de la mitad de ellas contaban uno o dos cigarros en su interior ahogados por los culitos de licor que aún quedaban. La cantidad de tabaco es proporcional al número de litros de alcohol en mi sangre. Había consumido suficiente cerveza para tumbar a cualquier animal, ahora no se me ocurren ejemplos, pero a mi simplemente me producía un andar gracioso pero que podía disimular perfectamente. Me coloqué de pie para poder revisar entre mis bolsillos mendigándoles otro cigarro pero me habían dado por culo. Estaba bien jodido sin tabaco y no iba a quedarme de brazo cruzados. Revise por última vez las botellas pero nada. Decidí acercarme a la mesa más cercana, donde se encontraba una chica al parecer china o algo así. –Oye, ¿tienes un cigarro? Es que me lo he fundido todos.- Apoye un brazo en el respaldo de su silla y otro en la mesa agachándome un poco, casi a su altura mientras masticaba un palillo. –¿Me entiendes? ¿Tabaco?– Le hice un rápido gesto de fumar con el dedo índice y corazón llevándomelos a la boca. A ver si no me iba a entender ni pa pa.

Después de un buen rato con mi cabeza apoyada en la barra, había decidido levantarme solo un momento, para fijarme en mis acompañantes. Apoye mi mano derecha en la barra y me ayude con esta para girarme en el asiento movible y poder ver mejor hacia la parte más habitada del bar, era algo parecido a una zona de baile, y ahí ya hacían sus acompañantes, bailando abrazados –Ah..- Solté una pequeña risa y le puse atención a la música, la cual no era para nada lenta. Nuevamente me gire en el asiento y suspire con pesadez, mirando de reojo a los sujetos que estaban a dos asientos míos, y no podía evitar pensar que hacían realmente el ridículo, es que hablaban idiotez y media y cada vez que se soltaban riendo de manera escandalosa, daba un pequeño golpe a mi frente al tiempo en que negaba con la cabeza levemente y entrecerraba un poco los orbes.

Alce una mano y llame al camarero para pedir algo de tomar. La mirada de uno de los borrachos se fijo en mi cuando llame al camarero, pero si quiera había volteado a verle y me fije en la persona que me atendería –Are..¿Qué me puede dar y que no tenga alcohol?- Dije en un tono medio y un poco bajo, como temerosa –Tenemos.. Agua helada, ¿Quieres?- Asentí con la cabeza, aunque honestamente había escuchado aquella respuesta un tanto burlona, aunque no lo culpaba.. ¿Quién iba a un bar y pedía algo sin alcohol?.
Me recargue en el respaldo del asiento eh hice un pequeño puchero, mientras esperaba a que el camarero regresara con mi vaso con agua y mientras esperaba, sentí como alguien se acercaba a mi, pero no me inmute ni un poco y seguía con la mirada fija sobre la barra, pero al escucharle hablar, me fije en el y ladee un poco la cabeza por su pregunta. Aquel comenzaba a hacerme señas con las manos, como si fuera una tarada que no entendía lo que decía –Haber, no tienes que hablarme como si no entendiera lo que dices- Comencé diciendo mientras torcía un poco la boca y le miraba con desaprobación -¿Acaso lo haces por que crees que no..? – No dije mas nada y fingí tos –No, lamento decirte pero no tengo cigarrillos. ¿Acaso no te han dicho que el cigarro produce cáncer?, Y no es que quiera sonar como tú mamá, pero es la verdad. Si que si- Asentí varias veces con la cabeza y mire nuevamente la barra, fijándome que mi vaso con agua y hielos ya estaban ahí –Gamsahamnida!- Agradecí por el vaso y lo tome con ambas manos y di un pequeño sorbo, para después, fijarme si el moreno se había marchado a mendigar cigarrillos a otra mesa.

Espere impaciente a que la chica me respondiese. Tardaba tanto en contestar y comenzaba a ponerme nervioso. Mi pierna comenzaba a dar golpecitos en el suelo solo por la impaciencia que provocaba estar ahí esperando a una respuesta a una chica que quizás no hablase ni mi mismo idioma. No iba perder ni un segundo más allí. Justo cuando hice el amago de girarme para irme decidió finalmente abrir su bocaza. Comenzó a soltarme una parrafada de la cual la verdad no cogí nada ya que cuando capte que no tenia, desconecté. Resoplé y me frote la cara con una mano mientras rodaba con los ojos. –Joder, más me habría valido que no me hubieses entendido.- De un impulso me volví a colocar erguido dispuesto a dejar aquella chica para siempre. Levante la mirada mientras me rascaba la nuca echando un rápido vistazo. ¿Donde coño me había metido, en un espacio limpio de humo? Mire varias veces de lado a lado, de rincón a rincón, analizando cada uno de los clientes que había. Desgraciadamente ninguno daba señales de ser fumador. Abatido di un fuerte golpe en la mesa haciendo temblar los vasos de alrededor. Me senté lleno de rabia en un taburete junto a aquella chica, tenía que sentarme rápidamente abandonando mi mesa, con la cual ya había pasado muchas horas y como prueba quedaba aquella colección de alcohol encima.

Simplemente el hecho de pensar que no tenía un cigarro con el que contaminar mis pulmones ya me ponía enfermo y hacia que me entrase el mono. Notaba como me flojeaba el pulso por momento. Solo tenía tres o cuatro quehaceres diarios y uno de ellos era mantener mis niveles de nicotina siempre altos. Necesitaba tomar una decisión rápida. Alce la mano al camarero de turno haciéndole una señal para que continuase trayéndome bebida ahora a la barra.

Coloque los codos sobre la mesa sosteniéndome la cabeza en una postura un tanto desesperanzadora. –Mierda, mierda, mierda, joder, joder…- Mis lamentos casi no se entendían ya que mi cara se ocultaba tras mis manos. Que sencillo era ahora mi mundo y que fácil era de derrumbarlo. Un luchador de los grandes degradado hasta este punto por un simple papel con hierbas.

Había caído en cuenta sobre la reacción de aquel joven al esperar mi respuesta sobre el cigarrillo. ¿En verdad tanto le urgía un maloliente cigarrillo?, cualquiera diría que su vida dependía de fumar en ese momento. Pero no había sido su manera de desesperarse lo que me había molestado, si no lo que comento después de que mencione que no tenía cigarros -¿Ah?- Arrugue un poco la nariz y deje el vaso con agua sobre la barra, fijándome en lo que el sujeto hacia..Parecía perdido. Desvíe mi mirada del moreno y me fije en mi vaso con agua, viendo como los hielos se movían con levedad en el interior del vaso.
Puse mi pequeño bolso en forma de Pikachu sobre la barra y abrí con pereza el cierre y comencé a mover todo lo que tenia ahí dentro, buscando algún caramelo o lo que fuera para mantenerlo dentro de mi boca. Yo necesitaba de los dulces para no desesperarme o aburrirme, ya que en los recesos en las películas o doramas en los que aparecía, me comía un dulce para no desesperarme con los comentarios absurdos de mi representante. Gracias a que me arto, lo despedí.

Un golpe llamo mi atención y gire apenas mi cabeza, para darme cuenta que el chico había golpeado una mesa. Simplemente solté una pequeña risa y negué con la cabeza, ya me parecía que el sujeto hacia un espectáculo como los borrachos de a lado. Seguí buscando algún caramelo dentro del bolso y mire de reojo como el sujeto se sentaba a un lado mío y se sujetaba la cabeza, maldiciendo. Suspire levemente y al encontrar un dulce, sonreí ampliamente y lo tome, decidida a comérmelo, pero, como seguía escuchando las maldiciones del castaño, arrugue un poco la frente y finalmente me encogí de hombros –Aree..Chico que quiere un cigarro- Con el índice pique su brazo y después, acomode el caramelo frente a el, invadiendo un poco su espacio –Mira, comete este dulce de menta, veras que con eso se te pasa un poco las ganas del cigarro- Asenti con la cabeza y me acomode nuevamente en mi lugar –O puedes irte a comprar unos afuera..o te puedes aguantar. Enserio, fumar te hace mal muchachito- Comente aquello ultimo como si el fuera menor que yo, aunque claramente se notaba que era muchísimo mas grande que yo.