No podrías quedarte en casa tranquila? {Elías Teao & Yuri Ivanovich}

Había termiando de trabajar hacía apenas unas horas y estaba un poco cansada, aquella noche solo me apetecia quedarme en casa, esta semana me tocaba quedarme en casa de mi madre, así que tendría que aguantar sus continuas frases de odio hacía mi padre, después de tanto tiempo que se habían separado y aun seguia guardandole rencor, no entendía porque no buscaba a alguien y se olvidaba ya de insultar a mi padre.

Estaba encerrada en mi habitación, aquella noche me iría a dormir pronto, además no se podia decir que tuviese demasiados planes, ni demasiados amigos a decir verdad..pero en fin.. era yo quien no queria tenerlos, aunque amigos apra salir de fiesta tenía bastantes, eran para un rato.. siempre acababa cansandome de la gente y no queria molestar o porque no ser claros, joderle la vida a nadie.

Me tumbé en la cama después de salir de la ducha que había en el baño de mi habitación y segundos después sonó mi telefono movil, era mi hermana Sussane, estaba en un bar y necesitaba que fuese a por ella, había bebido demasiado al parecer.. apenas eran las diez y ya estaba así? resoplé y me vesti con unos jeans cortos y una camiseta de tirantes negra, me puse unas botas, me recogí el pelo y salí de casa, cogí el coche y fui hasta el bar que me había dicho Su, pero cunado llegué allí no la ví, caminé entre la gente, había bastante, pero ella siempre solía estar en el mismo sitio, habiamos salidos a veces juntas y sabia perfectamente como era mi hermana y que hacia cuando salí, así que después de unos minutos buscandola no me extrañó no encontrarla.

Me acerqué a la barra para preguntar al camarero si la había visto, al parecer había estado enrrollandose con un tio después de llamarme, se lo agradecí al camarero y suspiré, no iba demasiado arreglada como para salir, pero ya que estaba allí y que Su, se habría ido a casa de ese tio decidí tomar algo, me aoyé en la barra y volvi a llamar al camarero - Una cerveza por favor..- me sirvió después de unos minutos y me giré para ver quien había por allí, quien sabe, quizás encontraria a agún conocido..

Se hacía tarde y ya el escuadrón debía aterrizar, este sería el último vuelo que efectuarían por hoy. No es como si la noche los asustara pero el clima indicaba que comenzaría pronto una tormenta y no querían verse envueltos en ella.
-Aquí Vampire 1. Esperando confirmación para aterrizar en la pista 3- dijo el rubio mientras comenzaba descender a 5.000 metros de forma pausada en un movimiento diagonal.
-Aquí Torre de Control. Pista 3 despejada para aterrizaje del vuelo Vampire - respondió el controlador mientras dejaba que el comandante aéreo, Yuri Ivanovich, guiara a los 4 supersónicos de vuelta al aeropuerto.

Los 5 aviones se formaron estratégicamente para poder aterrizar sin problemas y uno a uno fueron descendiendo en picada hasta rodar por la pista recibiendo las órdenes de entrar en sus respectivos almacenes. Luego de esto todos los pilotos estarían fuera de servicio y libres para volver a casa o hacer cuanto quisieran. Por esta razón el joven comandante volvió a su apartamento y directo a tomar un baño.

Para cuando terminó de ducharse y se volvió a vestir eran apenas las 21:30 horas. La noche era joven al igual que él, quien ahora estaba en plena flor de vida. Y como decían por allí: “se empieza a vivir realmente a partir de los 30”. Tomando su billetera con sus papeles dejó el apartamento cerrado y salió a la calle, sin siquiera saber que quería ni a donde iba, sólo se dejo llevar por sus pies a cualquier lugar que pareciera llamativo o hiciera espacio a chicas -o incluso chicos- interesantes. Mientras caminaba se encontró con uno de los pilotos novatos con quien estaba en el vuelo Vampire, había escuchado rumores de que era homosexual lo cual le hizo sentir curiosidad desde un principio pero no se atrevía a mezclar las cosas. El muchacho se sorprendió un poco, ahora el comandante Ivanovich se veía mucho más guapo sin aquel traje militar y usando tan solo unos pantalones de mezclilla junto a una camisa blanca no pasaba de ser una delicia ante los ojos de algunos. El muchacho tartamudeo sonrojado y se dio a la fuga dejándolo con la palabra en la boca. Yuri decidió que seguiría caminando sin intentar buscarle para hablar ya que el otro era demasiado tímido para su gusto.

Llego entonces a un lugar que le llamo la atención solo porque el nombre del local le recordó a Louis Armstrong, entró en aquel recinto imaginando que posiblemente no habría mucha gente pero que sin duda los poco allegados serían interesantes. Miro sobre las cabezas de quienes estaban allí y sus ojos se deleitaron con una fémina del lugar por la cual se acerco de inmediato pidiendo burboun.

Ahhh ya volvía a casa después de estar casi todo el día trabajando, era de noche, pero esas noches en que no te da pereza volver a pie a casa… claramente por que no había ese frío que te colaba los huesos.
Guarde las manos en los bolsillos de mis jeans rotos en las rodillas y camine observando el como se daba la vida nocturna en Oxfordshire, las calles estaban llenas de luces y gente por todos lados, quizás estaría igual por ahí con mis amigos, pero… nah… sentía la garganta algo apretada ya de tanto cantar y los dedos entumecidos, que de vez en cuando los hacia tronar para que no me diera algún calambre.

-calambre…-
Dije pensativo y mire la hora en mi celular ~22:07~, claro, andaba mas dormido de lo común por que no he comido nada desde las 18 hrs… por desgracia los restaurantes que estaban abiertos no me dejarían entrar por como andaba vestido… como todo un representante grunge, ya saben… camiseta, camisa leñador remangada hasta los codos, dejando ver mis tatuajes; jeans gastados, zapatillas… gastadas ~LOL, eso claro… por que con pagar la renta y cosas de la universidad, aun no me compraba zapatillas ~ , y pelo revuelto por acción natural del viento.
En fin, no me haría dilemas por eso, hasta que frente a mi apareció la salvación ~Dios Makemake, gracias por tus epifanías!!~ era un local, donde había tocado veces anteriores como banda invitada junto con mis amigos; The Sachmo Symphony

Había olvidado que se encontraba en esta calle, así que, sin pensarlo mucho, fui para allá, pasando inadvertido por el lugar… muy vintage por lo demás, pero agradable al fin y al cabo.
Me senté en la barra y de inmediatamente llego uno de las tantas personas que trabajaba ahí.

-Una gatorade… azul, por favor…-
Y llego mi salvación alta en potasio de color azul radioactivo.
Abrí la botella y bebí con calma, en tanto pensaba que pedir para comer… supongo que fruta era lo mas normal y claro, saludable a esta hora.
Gire en mi taburete y mire la mucha gente que estaba ahí, pero por desgracias y… por cosa de espacio y mis lagos brazos, le pegue un sutil codazo a una muchacha, haciendo por efecto en cadena, derramar algo de mi bebida, hacia el frente, mojando a un sujeto que se acercaba ~duuuurfffff…~

- oh, perdón…-
Dije con notoria sinceridad a ambos personajes que parecían cada cual en su mundo, y claro… yo irrumpiendo como satélite explorador.

Seguia pensando en Sussane y en si estaría bien mientras bebía pequeños tragos del botellín de cerveza que tenía frente a mi, era una de mis bebidas preferidas y aunque a muchos de los que se lo decia les parecia ridiculo, una de las que antes notaba como hacia efecto en mi.. Saqué un cigarrillo y lo encendí sentandome en el taburete que había junto a mi y apoyando los codos sobre la barra.

Cerré los ojos unos segundos escuchando la musica, sonaba algo de los años 80 que no acertaba a reconocer, pero me gustaba, le di una calada a mi cigarro sientiendome más relajada cuando sentí un codazo que me hizo salir de mi pequeño "trance", miré al lado del que había venido y observé a un chico, después vi que había mojado con su bebida a otro que se acercaba y arquee la ceja, le di una calda a mi cigarro y me giré mirando al frente de nuevo - Ya estas borracho? Apenas son las diez..- no le conocia y no le había contestado a lo que me dijo, simplemente me limité a preguntar volviendo de nuevo la mirada hacia el y hacía el otro chico, que por cierto llevaba una camisa blanca.. y se veia bastante la mancha azul.

Me quedé observandoles sin decir nada más, esperaba ver la reacción del chico al que había manchado.. no tenía aspecto de ir buscando problemas, pero eso nunca se podía saber, si algo había aprendido de salir tanto por la noche, era que las apariencias engañaban, bebí del botellín y le di otra calada al cigarro , haciendo que el humo saliera lentamente entre mis labios después.

Le hice un gesto al camarero de antes para que me sirviera otra cerveza y le dediqué una leve sonrisa, miraba de reojo a los chicos que había a mi lado a ver que pasaba con todo aquello y a decir verdad, me alegré de que no fuese a mi a la que manchó.. probablemente hubiera terminado de "arreglarme" la noche aquel chico..

En sus once años de experiencia en la milicia, nadie jamás había derramado ningún liquido sobre su camisa y justo cuando usaba ropa de civil porque no estaba de servicio venía “el primer idiota” a derramar liquido sobre esta. El comandante cerró los puños con fuerza al punto que sus nudillos, normalmente tostados gracias a la incidencia solar, se veían blancos y contó mentalmente hasta 73 solo intentando no golpear al primero que se le atravesara.

Su día había ido especialmente bien; se había ganado una cena en un restaurante costoso con sus superiores gracias a su buen desempeño y el vuelo rutinario de prueba en la base aérea había estado de maravilla. No había razón para que algo tan bueno pudiera terminar en una desgracia, nada, excepto tal vez el hecho de que una camisa nueva de algodón había sido manchada por lo que se suponía era una bebida no alcohólica.

Resopló mirando con severidad al desconocido que había derramado aquel líquido sobre él. Sin embargo aceptó las disculpas y simplemente le pidió a uno de los camareros que le prestara un paño para secarse los brazos y tratar de quitar un poco el exceso del líquido. El muchacho le aseguro que no se preocupara, que la mancha del gatorade podía salir fácilmente y Yuri simplemente asintió en al tiempo que le agradecía. Cuando se hubo sacado un poco devolvió el paño y miró al chico con cara de pocos amigos.

-A ver si empiezas a controlar un poco la bebida niño- dijo ironizando la situación y hablando naturalmente en doble sentido.
Yuri Ivanovich se hizo de sus encantos una vez más para decir algo grosero de forma elegante. Decidió entonces que aquello no debía arruinar su noche y que haría de ella un gran momento así fuera con aquella camisa manchada de color azul. Si bien no era la persona más dulce del mundo tampoco andaba por allí buscándole los cascos a nadie y mucho menos por accidente, el era perfeccionista. Nunca se movía más de lo debido, nunca hablaba demasiado y siempre se pensaba bien las cosas antes de hacerlo. Por esa misma razón fue y seguía siendo uno de los mejores pilotos.

Rostro duro y gesto autoritario, así era el sujeto al cual acaba de empapar con la bebida energizante ~ noo, mi salvación embotellada!!~ ohh, bueno esto pasa por malos cálculos de espacio, con razón nunca me gusto la ingeniería….
Luego del reclamo de la chica y el sujeto, solo suspire pesadamente… no estaba en condiciones de reclamar nada y mucho menos un debate verbal; psicológica y físicamente estaba cansado de tanto trabajar, además de el agotamiento de las cuerdas vocales.

Me pare del taburete y tape la botella ~ no llegaras a ninguna otra parte que no sea mi estomago!! Escuchaste escurridiza agua sucia con sabor a limón, mango y frutilla… alto en potasio y cafeína? ¬¬~ .

- la bebida no es un problema…el problema es la saturación del espacio y falta de metro cuadrado...-
Dije cansinamente, ladeando ligeramente mi boca a la derecha, mirando todo con absoluta calma y autosuficiencia.
-siéntate…-
Agregue ofreciendo mi taburete al tipo, llevando mi mano a la cabeza, rascando mi cabello para desordénalo un poco, como una sutil forma de liberar estrés…

Di un par de pasos, pues…iba a comenzar a adentrarme a otro sitio del local, cuando recordé a la señora Oldwens, que había abierto una humilde lavandería hace poco y me entrego una tarjeta. Nunca he dido persona de trajes refinados que necesiten de un lavado y tratado especial, pero el rostro de la señora ese día… ahh… no pude decirle que no. En fin… ahora, ¿en donde la había dejado?...
Quizás con este pequeño incidente ayudaría a conseguir más clientela a la lavandera ~ mmm, debería dedicarme a esto… naaaaah!!!~ No me gusta desperdiciar y no pensare derramar una gatorade mas esta noche.

Volví hasta donde estaban ambos; La joven e Iván Drago; con esa templaza que me caracteriza y le entregue la tarjeta de la lavandera.

-Ten… esta señora puede quitar hasta la peor mancha…-
Hable con simpleza a Iván y luego mire a la joven, dedicándole una fraternal sonrisa.
-y perdón nuevamente por el codazo…-
Alce las comisuras de mis labios y nuevamente marche hacia otro lado del local.