Una mañana tranquila? (Audrey )

Se podría decir que vagaba lentamente y perdidamente por los pensamientos que golpean mi conciencia; esa fría mañana de otoño, la verdad estaba sentada en un banco de piedra con pequeñas inscripciones, en una zona del parque, en la que todo parecía sacado de un catalogo de decoración exterior, arboles perfectos y colocados simétricamente y los colores copiados de una paleta de un pintor en una etapa nostálgica, depresiva, triste...
Por suerte o eso creo, no pasaba por esa situación a cada simple palabra mis comisuras forzosas se elevaban hacia las mejillas y como coloradas se teñían de rosa estas; aún así seguía pensado en lo que podría pasar, ese mismo día aunque si eso seguía así no mucho pasaría, su propio celebro contradecía los pensamientos surgidos de la profunda indecisión de que hacer.
Algo le llamo la atención y es que al otro lado de la fuente una señora daba de comer a las palomas, un pasatiempo perfecto si no fuese por su edad, quizá jugar al ajedrez? no volvía a contestar su celebro demasiado esfuerzo para estas horas demasiado pronto, finalmente lo encontró, revisaría algunos de los casos del hospital; decidió que el adecuado sería el de algún sicótico tan complexos...
Parecía que ya tenía la mañana perfecta aunque no dejaba el pensamiento de alguna otra diversión.

Aquella mañana amaneció como muy pocas, sin resaca, en perfecto estado de salud y sin necesidad de tomar algún batido raro que Claudia preparaba jurando que aquello sería más que una cura sin tener en cuenta que el horrendo sabor que tenía se mantenía impregnado en sus papilas gustativas hasta el almuerzo. En todo caso, la chica continuó con su diminuta rutina, se cambió a unos shorts deportivos negros y una musculosa tipo esqueleto roja, ató su cabello en una cola de caballo alta y con compañía de sus tenis deportivos se despidió de Claudia con un beso en la frente y a Ziva le revolvió el cabello un poco. Escuchó varios ladridos y se dió cuenta que eran sus mascotas, rió un rato y le colocó a cada uno su correa mientras salía con Scotty y Chester. Aquello se sentía bien, tener un hogar, verdaderamente era un hogar. Mirando la hora supuso que si volvía a ir a casa de Roxanne a invitarla recibiría más que un cojín de la sala en la cara, se dispuso su camino en un suave trote hasta el Parque, no estaba muy lejos de su casa ya que a las tres les gustaba.

Al llegar al parque Scotty comenzó a ladrar como condenado - Shh, Scotty, no! carajo no aprendas esas mañas de tu madre es que no te hacen bi...- y para ser un cachorro de Lobo Siberiano el animal tenía fuerza, la hizo corretear varios metros hasta llegar enfrente de una chica y lamerle la rodilla. Chester se pegó a su pierna mientras. - Scotty - musitó la chica.

Empezaron a trascurrir los minutos, en apenas 20 ya estaba harta de aquella distracción, aunque no fue la poca calidad de sus pasatiempos lo que la distrajo de su informe, si no los ladridos de un perro excitado y joven. Alzo la vista ay estaba una joven con dos perros en la entrada de parque, mientras ella reñía al perro el perro miraba hacia todos los lados posibles donde hubiese algo interesante.
Sin esperarlo ni si quiera la chica, uno de los perros corrió hacia mi dirección, sin distracción concentrado en la marcha, reí entre dientes me recordaba a una carrera de coches, esperaba que en el momento determinado girara para continuar su emotiva carrera tirando de la chica y el otro perrito ; fue ganando terreno y en pocos minutos paro frente mío me miro y comenzó a lamerme la rodilla sin rodeos, puse cara de póquer un poco forzosa ,estaba avergonzada porque motivo podría lamer un perro la rodilla de una persona, apenas conocía sobre perros y en ese momento me arrepentía bastante de no haber leído un libro sobre ellos.
Scotty susurro la chica mientras miraba hacia otro lado, calificaríamos la situación como algo incomoda o vergonzosa –Scotty- dije mientras me levantaba intentando apartar al perro un poco de mi para dejarme espacio, me coloce frente a la chica le mire -Y tu cómo te llamas?- dije para romper el hielo junto con un pequeña sonrisa y girando la cabeza a simulación de una niña buena. Espere su respuesta impaciente y curiosa.