Aparición de Chuck, el perro maravilla xD! [Libre]

Eran aproximadamente las… once de la noche... mm…si, mas o menos esa era la hora; estaba pasando cerca de la estación, de vuelta a casa.

Había recibido muchas propuestas de trabajo después de que me despidieron del Café The Duke, era una lastima que los horarios no compatibilizaran con el tiempo que debía rendir en la universidad, por lo que luego de unas cuantas palabras siempre quedaba en lo mismo “ mmm… veremos”.

En fin, podía pagar el alquiler con el dinero que ganábamos por concierto, pero debía despedirme de esos regalos que solía hacerme… sintetizadores, distorsiones para guitarra, amplificadores… ahh.

Cuatro entrevistas y nada, aunque había un brillo de esperanza al final del camino.
Cuando me baje del tren; me encontré con Sophie, la chica del Duke que me encantaba hacer rabiar.
Al parecer el café perdió publico juvenil cuando me fui ~ a-ha!!, nelson’s style!! ~, por lo que el señor Weiland estaba pensando en la posibilidad de recontratarme…

Como sea, el que me tuviera presente en los planes para hacer resurgir el café era un gran merito, además de que… ese lugar atrae gente de todo lados; todos los turistas han tomado alguna vez café en el Duke, si me recontrataban… feliz, después de todo… es un escenario mas en mi vida musical.

Camine con paso cansino, luego de esa acalorada charla ~ y es que nada puede ser tranquilo con Sophie, se sulfura muy rápido esa mujer~ , cuando en un rincón, cerca de un callejón oí quejidos… como… llanto de un perro, pero… muy pequeño.
Me acerque a dicho lugar para observar donde estaba el canino que producía ese ruido, pero nada.

-tut, tut, tut…-
Chasquee con mi lengua, el paladar.
-…ven; perrito, perrito-
Lo llame para que saliera de donde estaba, poniéndome de cuclillas en el suelo, para ver mejor ~…a la hora en que salta una bestialidad de perro, estoy perdido xD~ , y de entre las sombras, salio un bulldog francés… no tenia correa, aunque se veía que estaba en buen estado ~ quizás escapo?...~.
-Ven niño, ven…-
O niña… bueno, no sabía si era perro o perra aun, pero… lo llame extendiendo mi zurda al animal, quien se acerco, olfateo y comenzó a menear su trasero a falta de cola

-buen chico…-
Agregue cuando ya se acerco, pero… sorpresivamente apoyo ambas patas en mi pecho y perdí el equilibrio haciéndome hacia atrás. Iba a poner mi mano tipo pedestal para reponer el equilibrio pero… waa!!, todo mal, puesto que… tras de mi había algo… al parecer una chica, pues lo único que sentí fue que no apoye mi mano en el suelo, si no que en el tobillo de alguien, cayendo de igual manera al suelo, en tanto el perro se montaba sobre mi para lamerme el rostro.

-noo, no… pfff… hueles mal ajajaja!!!-
Me quejaba, esquivando sus múltiples lamidas, mientras trataba de alzar la vista, para ver con quien choque ~o… tumbe ~

No podía creer que me hubiera perdido por la maldita ciudad. Hacía poco, muy poco que había llegado aquí, pero yo siempre había sentido que mi orientación era buena, pero ahora esa idea cayó al suelo y fue pateada y pisoteada. Así que al parecer tendría que llebar conmigo una brújula, quizá atada al cuello por si mi cabeza me daba otra falsa sensación y era tan torpe y olvidadiza como no pensaba que era. Con un bolso colgado de un hombro, repleto de tonterías varias que siempre metíamos las mujeres en ellos "por si acaso" y con la guitarra en el otro, pude encontrar el camino a la estación de trenes. Una mujer bastante amable me indició cual era el tren que debería coger y en que andén se encontraba. Volviendo otra vez a la mala suerte, este que me indicó la mujer estaba al otro lado de la estación y debía perderme por los callejones para llegar a él. Suspiré y empecé mi búsqueda, adentrándome por esas callejuelas que vete a saber donde me llebarían.

Me quedé prendida de mis pensamientos mientras caminaba sin pararme, sin mirar hacia donde me dirigía, sin prestar atención a si lo que tenía en frente era una pared, un chico o una calle oscura sin más. Pero el sonido del chasqueo de la lengua que resonó en mis pensamientos me devolvió al mundo, percatándome que en frente tenía un chico el cual se ponía de cunclillas, esperando que algún ser misterioso saliera de entre las sombras de aquel callejón. Y lo consiguió, un perro adorable se acercó a él. Dí un paso más en el peor momento, el perro saltó sobre el chico y este golpeó en mis piernas, haciendo que me desestabilizara y por poco cayera al suelo, pero mi equilibrio parecía intacto, por ahora. Me quedé mirando al chico después de refunfuñar durante unos segundos, el perro empezó a lamerle el rostro y suspiré- Vaya, y aquí tenemos al nuevo encantador de perros -dije mientras rodaba los ojos, poniéndome al lado del chico y apartando el perro de su cabeza, haciendo que subiera sobre un banco y poder acariciarlo sin necesidad de agacharme.

Miré al chico de reojo y me fijé en su melena castaña, sus facciones marcadas, sus ojos parecidos al color de su cabello, o quizá no, pero con la luz ténue de la estación no se podían ver con mucha claridad. Me fijé también en que estaba fibrado, básicamente le analizé, hechándole un vistazo de pies a cabeza. Alargué mi mano libre hacia él, esperando que se agarrara y ayudarle a levantarse del suelo, aunque si tenía mucha fuerza y peso caería yo sobre él. Pero esperaba que el destino no me hiciera pasar tal vergüenza. ¿Vergüenza tú? No bromees. Replicó mi voz interior.

Solo sentí liviandad luego de que… con quien sea que haya tropezado me quitara al perro de encima. Limpie un poco mi rostro con la manga de mi cortaviento cuando la voz de aquella persona hizo una broma, a lo cual solo reí sutilmente, esbozando una leve sonrisa.

Abrí mi ojo derecho ~ ya que el izquierdo fue victima de las lamidas de el pequeño animal y aun sentía pegoteadas las pestañas ~ , para ver de quien se trataba, pues la voz de la joven no se me hacia nada conocida.

-dame un reloj de bolsillo y apuesto que haré maravillas ajajjaja-

Bromee
Alce la vista, aun manteniendo mi ojo izquierdo cerrado… viendo a la muchacha, pero la escasa luz del sitio me lo impedía, solo pudiendo ver uno que otro rasgo al contraste con la luz que ensombrecían su rostro… lo que mas destacaba era su cabello, dorado y brillante y… gracias a las posición del farol, se lucia cada fibra de su ondeada cabellera.

-muchas gracias…-
Dije con amabilidad, tomando su mano, solo como apoyo y ejerciendo la mayor parte mí la fuerza en mis piernas, para poder levantarme.

-y… perdón por…-
Alce ambas cejas, bajando la mirada y alargando mi boca, apretando mis labios… concluyendo con ese gesto mi frase; dirigiendo ahora mi vista al animal, quien se encontraba sobre algo… un banco creo… ~ok, necesito limpiar mi cara o por lo menos abrir mi ojo izquierdo…~ meneando aun su trasero el muy juguetón y dando un ladrido para llamar nuestra atención.

-espero no haberla asustando. Soy… Elías-
Agregue con calma, relajando las facciones de mi rostro.

Observé con una leve cara de asco como se limpiaba con la manga de su chaqueta las babas que aquel bonito bulldog francés, el cual movía el trasero como si no hubiera mañana. Coloqué mi mano sobre él para que se calmara un poco, si seguía así se le podría descolocar la columna, ni Shakira sabía moverlo con tal rapidez. Me hacía gracia aquel chucho, ¿sería suyo? Era poco probable, no había escuchado muy bien lo que había dicho con anterioridad, pero juraría que aquel pequeñajo se había perdido. El chico se levantó del suelo después de hacer una pequeña broma con la cual sonreí y darme las gracias- No hay de que -le sonreí amistosamente, pues no tenía nada contra él, hoy me había pillado con buen humor. En otros casos quizá podría haberme puesto histérica y a gritarle groserías, pero estaba cansada y solo quería llegar a casa y dormir. Dormir hasta pasadas un par de semanas. Que lástima que no pudiera, pues tenía que empezar a trabajar. El chico volvió a alterar al animal y volví a reir con su movimiento de trasero sin control- En serio, no hay problema... Parece que le gustas -dije justo antes de que se presentara.

Cuando me dijo su nombre lo repetí varias veces en mi cabeza para memorizarlo, como mínimo hasta que nuestros caminos volvieran a separarse, pero era un nombre bonito, seguro que lo recordaría por bastante tiempo. Pude notar que me hablaba de usted, uf, eso me daba muchísima grima... No era tan mayor, me gustaba que me tutearan- Yo soy Weronika, pero para los muchachos encantadores, y también para los encantadores de perros -dije esa frase con doble sentido, sí, así era yo... Cualquier motivo era bueno para piropear a alguien con una pizca de... ¿Elegancia? Bueno, más que los típicos piropos bastos era- me llamo Wero -le sonreí y aparté la mirada de él mirando hacia el perro- No es tuyo, ¿verdad? -dejé la guitarra apoyada en el banco y me senté al lado de esta, tapándola con mi cuerpo por si acaso venía alguien que quería ganar dinero fácil vendiéndola, no sabía cuanto de peligroso era este lugar, pero en Rusia era mejor no llebar nada encima. Alargué ambos brazos hacia el canino y este se acercó solo hacia mí, me gustaban los animales, además siempre había sido una amante de los perros, siempre fieles... A veces, o casi siempre, eran mejores que las personas, más confiables y cariñosos. Dejé que se sentara junto a mí y le acaricié el gran ocico que tenía mientras mis dedos buscaban alguna placa por su cuello, no tenía ninguna, seguramente tendría chip.

Volví a mirar al chico después de unos segundos inspeccionando al perro, o perra, o que fuera- ¿Vives aquí? -pregunté, quizá él podría llebarme hasta mi andén, me lo debía por haberle salvado de tan feroz animal de cuatro patas y rostro adorable.

Ensanche mi sonrisa ante el ¿piropo?... no estaba del todo seguro si era eso, por lo que preferí hacer eso antes de que de mi boca saliera alguna estupidez; aunque claro, mis gesticulaciones faciales salían solas y eran algo que no podía detener.
Un hoyuelo en mi mejilla derecha se formo con nerviosismo y enarque una ceja…
~ Mas vale que digas algo antes de que el rostro me traicione ~… bien, bien, es que no estaba acostumbrado a esos tratos.

Busque en los bolsillos de mi cortavientos algún pañuelo, o algo y … encontre un par de servilletas con un numero de teléfono anotado, ¿de que eran?, ni idea… sentía que cuando ya usara las servilletas lo recordaría pero… ¡¡ah!!, corte rápidamente el fragmento donde estaba el dichoso numero, lo guarde en un bolsillo de mi pantalón y por fin limpie decentemente mi rostro… claro, decente hasta donde se podía.

-si, creo lo mismo… eso o mi rostro le sabia a comida para perros-
Me digne a hablar, con tono cordial en tanto restregaba la servilleta por mi rostro y finalmente, la hice bola en mi mano, para botarla a un basurero a solo una estirada de brazo, de mí.
-Weronika… Wero… un lindo nombre-
Dije sin pensar, fue inevitable, su nombre me recordó al “*Veri Ká” mientras con la familia se danzaba para celebrar el comienzo de *Haka pei, una hermosa tradición isleña.

-y… no, no es mío… de hecho, estaba algo preocupado porque lo oí quejarse, pero…-
Le di un leve vistazo al perro quien comenzaba a acomodarse con la muchacha, inevitablemente solté una risa, era un pequeño bribón en busca de atención… aunque… era inevitable dársela con esa gracia que poseía.
-… se ve bien, quizás esta perdido o algo-
Di un par de paso hacia la joven y me acuchille frente a ella, y apoye mi diestra sobre la cabeza del no tan cachorro, acariciándole la coronilla con suavidad.
Me distraje un poco en eso, bueno… en si me era fácil distraerme, pero la pregunta de la chica… Wero, me trajo rápidamente a tierra.

-ouu… emm… si, bueno a un par de calles mas allá, debo tomar un taxi, pero siempre he preferido caminar, y tu… ¿eres de por aquí?-
Respondí con total sinceridad, dedicándole una sonrisa, fijándome en que cargaba un estuche de guitarra ~ como no me di cuenta de eso antes!!~.
- tocas?...-
Pregunte ladeando mi cabeza hacia la derecha, apuntando con mi mano libre la guitarra.


_______________________________________________________________
Traducción
*Veri Ká = en Rapa Nui, Fuego ritual con el que se prepara el curanto a inicios del Haka pei.
*Haka pei = Fiesta tradicional de Rapa Nui.

Off; Lo siento si son cortitos, pero esque son vacaciones y tengo la mente dispersa xD

No recibí respuesta alguna hasta que no limpió con un pañuelo su rostro, yo seguía acariciando al perro mientras observaba de reojo a Elías. Parecía que las chicas le apuntaban los teléfonos en lugares donde él no se acordaba más tarde, sentí curiosidad por saber que tipo de chico era. Para empezar ya sabía que un poco torpe era, gracioso también, ahora quería saber con que más describirle. Comentó que mi nombre era bonito y me encogí de hombros- Bueno, en Rusia está un tanto visto, hace unos años era más original, ahora hay muchas niñas pequeñas con ese nombre -resoplé algo disgustada, odiaba ir por la calle y escuchar como las madres le gritaban a sus hijas con ese nombre, con mi nombre. Pero a decir verdad, amí también me gustaba mi nombre, mucho, le había pillado cariño. Observé como se acercaba a mí y acariciaba al perro, hoy le había tocado el gordo, pero teníamos que encontrar quien era su dueño. Pensé en que sería lo más adecuado llebarlo al de la taquilla o a algún guardia de la estación, si no debería buscar una comisaría y no tenía ni la más remota idea de donde podría encontrar alguna, pero Elías quizá sí. Pero él quizá tenía cosas que hacer, así que no le metería en ningún lío y dejaría que siguiera su camino.

Contestó mi pregunta y sonreí, perfecto, podría ayudarme- Sí, soy de... No tengo ni idea en realidad, todabía no me ubico bien en esta ciudad, hace poco que he llegado y sé que vivo a tres paradas en tren de aquí -mi rostro ahora reflejaba duda, pues no me gustaba no saber donde estaba- supongo que tendré que aprender a orientarme por este lugar -sonreí y miré hacia la guitarra, la cual estaba señalando con su mano libre- Sí, desde que era pequeña, ahora vivo principalmente de la música -dije recostándome sobre la pared, sin dejar de acariciar al perro, el cual ya se había tranquilizado bastante- trabajo en un café como camarera y cantante por las noches, y hace un tiempo participé en algún concierto en mi país. ¿Tu también? -No solía contarle mi vida a un completo desconocido, solo conocía su nombre, pero me inspiraba buena confianza. Se había quedado aquí a ver como se encontraba el perro y a hablar conmigo, cualquier otra persona podría haberse ido solo al levantarse del suelo. Además que parecía un buen chico, quizá no era tal y como yo lo veía, pero no quería pensar mal de él, no era de esas que tenía prejuicios sin conocer a nadie.