Sumando contactos (Morten + Libre)

Una noche algo fresca había llegado por aquella zona inglesa. Los estudiantes, que abarrotaban entre-semana los lugares universitarios, se iban todos aglomerándose al llegar las últimas horas del viernes hacia los populares bares. Uno de ellos era el favorito por la mayoría, y por lo cual, Lukas Stateway, un guitarrista y estudiante de la corriente musical, no era la excepción.

Entrando por la ancha puerta de The Duke, se sorprendió gratamente al ver lo espacioso de aquel lugar. Más que nada, porque vio una gran actividad, que en principio le trajo más que sorpresa ante sus ojos de color gris. Una enorme mesa de billar podía verse al final de aquella habitación, muy cerca del patio trasero, sitio donde la mayoría de jóvenes utilizaba como un lugar más privado.

Pero el británico no tenía deseos por ir hacia el exterior, se quedaría cerca del juego de las bolas, para ver si encontraba algún contrincante aquella noche. Cuando visualizó la figura de un hombre corpulento de cabellos cortos y rubio, no dudó. Al parecer, aquel desconocido también quería jugar al pool.

—Oye, ¿te apetece una partida? —inquirió Stateway, mientras contemplaba la enorme figura del hombre, que a su lado, se veía muy grande, aunque el inglés no quedaba atrás, puesto que le quedaban pocos centímetros para alcanzar el metro noventa.

Esa noche donde había decidido pasar un rato agradable, como era de acostumbrarse cada viernes nocturno para empezar el fin de semana. El lugar era un Bar espacioso y a poca luz, se dividida en 2 partes, la barra donde se servían los tragos y a la vez se sentaban aquello estudiantes en busca de diversión, la otra donde estaban las mesas de Pool y habían unos sillones para aquello que preferían están un poco a solas; las miradas se perdían entre la belleza de las chicas, que por cierto en su mayoría no estaban acompañadas.

Me acerque hacia la mesa de Pool, para probar mis habilidades y divertirme un poco, cuando de repente se me acerca un hombre alto, de cabello castaño, un poco delgado, pensé en que me diría, porque se me quedo detenidamente mirando, pero en poco me hablo diciendo:

—Oye, ¿te apetece una partida? —

A la cual respondí:

— Claro que me apetece, precisamente estaba buscando un rival a cual enfrentarme, apropósito ¿Juegas bien?—