Siempre necesitaré algo para recordarte... apuntate en mi agenda o me olvidaré... (Samuel)

La joven Roxanne tiene una personalidad cambiante y bastante impredecible, aunque siempre trata de actuar con calma y sin dejarse dominar por los fuertes sensaciones que suelen invadirla en momentos inesperados. La mayoría de las veces intenta ser lógica y deja a un lado sus sentimientos, jamás le ha gustado dejarlos salir y dejarlos en manos de cualquier que podría, de algún modo, "mal utilizarlos" sería dejar ver parte de su interior, la parte más vulnerable de su alma y así conseguirían lastimarla. Ese podría ser sin duda un gran detonante para sus ataques de ansiedad y pánico.
Poseedora de un gran escepticismo, tiene problemas para confiar en la gente por más amistosa que se muestre, siempre estará atenta esperando una posible traición, por eso valora muchísimo las amistades que ella considera verdaderas.

No tiene idea del porqué, pero se siente incapaz de encajar en la sociedad, por lo que la mayoría de las veces se muestra a la defensiva, hasta que después de un gran esfuerzo por parte de la otra persona, su guardia cae de a poco y deja ver un lado divertido y espontaneo que la convierten en una chica verdaderamente carismática, pero que no cualquiera tiene el lujo de conocer.
La educación por sobre todo y aunque intente disfrazarlos no puede despegarse de los modales que su abuela le inculcó tan bien, de un momento a otro terminan saliendo. Es severa a la hora de sus estudios o trabajo, siempre intentará ser la mejor en todo lo que hace, aunque fuera de ese ambiente suele ser una chica relajada y tranquila, hasta algo desordenada tal vez y completamente torpe. Es muy común verla con rasguños o heridas.

Aunque su carácter la mayoría de las veces sea apacible no quiere decir que carezca en su totalidad de personalidad, aunque intente contradecir sus instintos no fue hecha para ser una seguidora, por lo que se opondrá cuando algo no le agrade, obviamente debe ser un tema por demás importante, ya que no gasta su tiempo en sinsentidos. Ella basa su vida en una estrategia puramente de supervivencia, nunca le ha gustado ser el centro de la atención o que las personas se fijen en ella, por lo que intenta parecer invisible.

Le gusta la diplomacia más que otra cosa, suele atacar y defenderse con ella, las cosas dichas de buen modo la mayoría de las veces no suenan tan mal. No le gustan los conflictos, y muchas veces pasa por cobarde para evitarlos, y así se siente, siempre, un ser cobarde e inútil, carente de personalidad.