Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 33 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 33 Invitados :: 1 Motor de búsquedaNinguno
El record de usuarios en línea fue de 64 durante el Jue Nov 21, 2024 10:37 am
Un pequeño regalo (Libre)
2 participantes
Página 1 de 1.
Un pequeño regalo (Libre)
- TJ ¿has visto mi pañuelo rojo?- Aparté algunos de mis largos mechones que se habían colocado en mi cara mientra gritaba a viva voz, para que mi hermano pudiera escucharme y contestarme. Estaba medio sentada, medio de rodillas, buscando en el cajón donde guardaba varias cosas, incluidos los pañuelos. Después de haber estado varios minutos inclinada, buscando aquel dichoso pañuelo me había cansado, cayendo en el suelo y siguiendo buscando de ese modo. Pero nada me sirvió, mis gritos no tuvieron respuesta alguna de mi hermano, ni si quiera un “y yo que se” tan típico de él. - ¿TJ?.- Me levanté de suelo de un pequeño salto, moviéndome por la casa como si estuviera bailando, hasta que me di cuenta de que mi hermano no estaba. Me había dicho que se iba cuando aun dormía, pero no recordaba que lugar había dicho, por lo que acabé suspirando, dando por perdido mi pañuelo.
Me había parado en el salón, por lo que me di la vuelta para ir hacia la calle cuando vi el famoso pañuelo que estaba buscando con tanto ahínco sobre el sofá. Solamente encogiéndome de hombros, lo cogí y me lo fui poniendo mientras salía de nuestra casa para ir a la calle. No tenía pensamiento alguno de que hacer. Hacía un buen día, sin nube alguna, la tarde estaba totalmente iluminada por el sol y me apetecía salir, por lo que no necesitaba mayor excusa que esa.
Paseé por la calles, parando en cualquier sitio, por cualquier minucia que encontrara. En un momento del paseó pare en un pequeño puesto de venta de libros usados. Había ido varias veces antes, ya que me gustaba la lectura y no pequeño sueldo cuidando niños no daba mucho de si. No pretendía comprar ninguno, ni si quería llevaba demandado dinero, pero aquel hombre mayor, lleno de arrugar y con la barba blanca, me tendió uno, diciéndome que era para mi, que lo cogiera y me fuera.
Y así lo hice. No tardé mucho en llegar a un pequeño parque, donde muchos niños jugaban y parejas paseaban tranquilamente. Me senté en la hierba, apoyando mi espalda en el tronco de un árbol y empezando a leer aquel libro. “ Anastasía Sherwood no era una chica normal… “
Me había parado en el salón, por lo que me di la vuelta para ir hacia la calle cuando vi el famoso pañuelo que estaba buscando con tanto ahínco sobre el sofá. Solamente encogiéndome de hombros, lo cogí y me lo fui poniendo mientras salía de nuestra casa para ir a la calle. No tenía pensamiento alguno de que hacer. Hacía un buen día, sin nube alguna, la tarde estaba totalmente iluminada por el sol y me apetecía salir, por lo que no necesitaba mayor excusa que esa.
Paseé por la calles, parando en cualquier sitio, por cualquier minucia que encontrara. En un momento del paseó pare en un pequeño puesto de venta de libros usados. Había ido varias veces antes, ya que me gustaba la lectura y no pequeño sueldo cuidando niños no daba mucho de si. No pretendía comprar ninguno, ni si quería llevaba demandado dinero, pero aquel hombre mayor, lleno de arrugar y con la barba blanca, me tendió uno, diciéndome que era para mi, que lo cogiera y me fuera.
Y así lo hice. No tardé mucho en llegar a un pequeño parque, donde muchos niños jugaban y parejas paseaban tranquilamente. Me senté en la hierba, apoyando mi espalda en el tronco de un árbol y empezando a leer aquel libro. “ Anastasía Sherwood no era una chica normal… “
Catherine J. Beckett- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 27/07/2011
Edad : 31
Re: Un pequeño regalo (Libre)
Hacía un día estupendo, al menos para alguien como Ginger. La pelirroja caminaba de forma muy poco enérgica por el camino. La verdad es que había salido de casa sin saber muy bien hacia dónde dirigirse solo con la idea de separarse un poco de sus amigos. A ver, que les quería con locura, pero en ocasiones se saturaba un poquillo. Además, quería tocar. La funda del violín se movía de forma acompasada a su espalda, como si fuera una mochila más aunque solo ella sabía lo que había dentro. El cabello pellirrojo lo llevaba recogido en dos trenzas que caían hacia delante, sobre la camiseta de manga larga azul que llevaba. Nadie hubiera imaginado viéndola que se trataba de uno de los miembros de ‘Lust and The Six Sins’ aunque con su manía de ponerse hacía atrás no tenía los problemas de reconocimiento que sufrían el resto de los miembros de la banda.
Alzó el pecoso rostro hacia el cielo notando cómo los rayos de sol golpeaba sobre él y una sonrisa apareció radiante en sus labios. Fue ese el momento en el que el estómago la gruñó e hizo una especie de mueca que consistía en arrugar la nariz y fruncir los labios. Rebuscó en el bolsillo de la cazadora que llevaba sobre la camiseta azul y encontró una bolsa de gominolas con una sonrisa triunfal. Abriéndola se llevó una a la boca mientras la saboreaba. No entendía cómo las personas no reconocían el sabor perfecto que tenían. A ella que le gustaba el dulce, tanto como el salado o el agrio… Bueno, no era tan fácil, en el fondo era una sibarita y muchas veces terminaba gruñendo por lo bajo cuando terminaba en algún restaurante, pero la comida le gustaba y mucho. Jugueteó por un momento con el borde de su camiseta y decidió que seguiría andando solo unos minutos más.
Había gente a su alrededor, pero necesitaba evadirse un poco con la música. Necesitaba cerrar los ojos y dejar que todo desapareciera. Se puso un poco más allá de una chica que se encontraba tocando con un libro y se agachó dejando con cuidado la funda del violín a sus pies bajo uno de los árboles. El instrumento brilló por un momento, mostrando con claridad todo lo que le cuidaba y lo cogió mientras ponía la funda delante de ella. Que no necesitara el dinero no significaba que no pudiera sacar algo mientras hacía lo que más le gustaba. Así había sido en Londres y le gustaba la sensación de libertad de poder tocar lo que quisiera sin más preocupación que su estado de ánimo.
Se puso en pie, tomando la posición del violinista sujetando con firmeza el arco antes de que este comenzara a tañir las cuerdas. Pronto una melodía suave, nada estrambótica, vibró en el lugar y Ginger simplemente cerró los ojos pareciendo en ese momento que se fundía con la música de la misma manera que su cuerpo lo hacía con el violín. Sí, aquella era la sensción que necesitaba.
Off. ¡Hola! Espero que no te importe (: vi que estaba libre y me metí y eso :S
Alzó el pecoso rostro hacia el cielo notando cómo los rayos de sol golpeaba sobre él y una sonrisa apareció radiante en sus labios. Fue ese el momento en el que el estómago la gruñó e hizo una especie de mueca que consistía en arrugar la nariz y fruncir los labios. Rebuscó en el bolsillo de la cazadora que llevaba sobre la camiseta azul y encontró una bolsa de gominolas con una sonrisa triunfal. Abriéndola se llevó una a la boca mientras la saboreaba. No entendía cómo las personas no reconocían el sabor perfecto que tenían. A ella que le gustaba el dulce, tanto como el salado o el agrio… Bueno, no era tan fácil, en el fondo era una sibarita y muchas veces terminaba gruñendo por lo bajo cuando terminaba en algún restaurante, pero la comida le gustaba y mucho. Jugueteó por un momento con el borde de su camiseta y decidió que seguiría andando solo unos minutos más.
Había gente a su alrededor, pero necesitaba evadirse un poco con la música. Necesitaba cerrar los ojos y dejar que todo desapareciera. Se puso un poco más allá de una chica que se encontraba tocando con un libro y se agachó dejando con cuidado la funda del violín a sus pies bajo uno de los árboles. El instrumento brilló por un momento, mostrando con claridad todo lo que le cuidaba y lo cogió mientras ponía la funda delante de ella. Que no necesitara el dinero no significaba que no pudiera sacar algo mientras hacía lo que más le gustaba. Así había sido en Londres y le gustaba la sensación de libertad de poder tocar lo que quisiera sin más preocupación que su estado de ánimo.
Se puso en pie, tomando la posición del violinista sujetando con firmeza el arco antes de que este comenzara a tañir las cuerdas. Pronto una melodía suave, nada estrambótica, vibró en el lugar y Ginger simplemente cerró los ojos pareciendo en ese momento que se fundía con la música de la misma manera que su cuerpo lo hacía con el violín. Sí, aquella era la sensción que necesitaba.
Off. ¡Hola! Espero que no te importe (: vi que estaba libre y me metí y eso :S
Ginger Rowe- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 31/07/2011
Temas similares
» Un pequeño descanso.[Julianne]
» Mi pequeño gran mundo - Norah Stones
» Look at it! It's Nemo!! (Libre)
» Relax.. [ Libre ]
» Fallen (Libre)
» Mi pequeño gran mundo - Norah Stones
» Look at it! It's Nemo!! (Libre)
» Relax.. [ Libre ]
» Fallen (Libre)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Ene 25, 2012 11:38 am por Helena Petrova Lemacks
» { # Registro de Avatar }
Lun Ene 23, 2012 9:44 pm por Antonia Fyodorov
» ORGANIZACIÓN, CAMBIOS Y DEBATES CONCRETOS (?)
Mar Ene 10, 2012 1:57 pm por Mai O' Conner
» MAI HA VUELTO! (mas o menos)
Lun Ene 09, 2012 3:25 pm por Mai O' Conner
» And I will love you, baby - Always And I'll be there forever and a day <3
Miér Dic 28, 2011 11:12 pm por Mai O' Conner
» Aneliz Dunca Cronologia <3
Miér Dic 28, 2011 8:19 pm por Aneliz Duncan
» Aneliz Dunca Cronologia <3
Miér Dic 28, 2011 8:19 pm por Aneliz Duncan
» Aneliz Jane Duncan Collins
Miér Dic 28, 2011 4:45 pm por Mai O' Conner
» Kisha Lain
Lun Dic 26, 2011 1:47 am por Samantha L. Parker