Conversaciones entre cafés {Audrey}

-No me olvidare de comprar el postre Abby-Garret se detuvo frente a la única tienda que había entrado más veces de las que se podían contar dentro de la ciudad. Mas que mal los libros eran claramente su debilidad y aquella tiendecita de aspecto vintage y con un increíble olor a libro viejo que simplemente te golpeaba en la nariz en el primer instante en que entrabas, calificaba como uno de sus lugares favoritos en el mundo, aunque él no tenía por mucho que elegir, nunca había salido de los limites de Londres, si no contábamos Nueva York claro, en aquel instante se pregunto si aquella sensación de ahogo y de hastío que llevaba sintiendo hace un tiempo se debía justamente a eso, al hecho de haber pasado toda su vida encerrado en un solo lugar…siempre se había visualizado a el mismo viajando por el mundo, pero no…cuando apenas escucho la voz que estaba al otro lado del teléfono que le explicaba que necesitaba no se olvidara del postre para la cena de esa noche, supo que la razón era otra.

Se sentía ahogado en su propia casa, cuando abrazaba a su novia, cuando la besaba…cuando esta lo regañaba por llegar tarde o por no lavar los platos correctamente.-Vale, antes de las ocho…no lo olvidare-aunque realmente Fred estaba mucho más interesado en leer las últimas novelas llegadas a la tienda a través del escaparate que en escuchar a su novia que le hablaba por el teléfono.-No-de pronto dejo de mirar la vitrina y arrugo el espacio entre sus cejas para comenzar a observar la calle-Claro que no estoy fuera de la tienda de libros-dijo soltando un quejido mientras ingresaba a la tienda rápidamente para no sentirse observado. Ella siempre solía averiguar que estaba ahí, porque seguramente era en el único lugar en donde el pasaba más tiempo que en su casa o el instituto.

-Eh…voy a una reunión en la universidad y luego a casa…deja de preocuparte Abby-colgó rápidamente el teléfono antes de que esta tuviera otra oportunidad de pedirle algo o de decirle que lo amaba porque él no tenía el coraje suficiente para decírselo de vuelta cuando no lo sentía claramente. Y odiaba mentirle…pero ¿Qué otra cosa más podía decirle? ¿Qué iba a reunirse con una de sus alumnas que además era una de sus mejores amigas? Claro que no. Abby simplemente no entendería algo como aquello, simple a los ojos de Garret, pero complicado a los ojos de todos los demás. Estaba seguro.

El hombre salió de la tienda solo segundos después con un libro recién comprado bajo el brazo encaminándose rápidamente hacia el café en donde había quedado de acuerdo para reunirse con Audrey, cuando doblo la esquina y la vio sentada ahí, no pudo hacer otra cosa más que sonreír.-Te traje un regalo-fue su saludo mientras se sentaba frente a ella, dejándole el paquete mal envuelto sobre la mesa, era una edición de colección de Romeo y Julieta-Un Clásico, siempre será un clásico…-dijo por toda explicación observándola como si eso fuera lo mejor del mundo. Alzo una mano para llamar a la camarera mientras se quitaba la chaqueta de cuero que llevaba aquella tarde, dejándola en el respaldo de su silla.

- Seguro Sr. Ghalloun... ¿A las siete?... Oh veo, sí, sí, saludos a Annie... Trabajo es trabajo señor... Hasta luego - - Tomeito, su celular, estaba aprisionado entre su oreja y su hombro en una extraña contorsión mientras intentaba en vano leer lo que decía un empaque de galletas y hablar al tiempo. Era el señor Ghalloun, el dueño de Sachmo's le pedía el favor que tomara el turno mañana en la noche desde que una de las camareras se había enfermado, le pagaría los honorarios, en todo caso aquello último no era de mucho interés, su jefe era la nota y su hija también. La verdad es que amaba su trabajo muy por encima del hecho que fuerza forzada a usar vestidos fantasiosos y faldas para darle el ambiente al bar. Siempre había adorado el Jazz, y conseguir un trabajo bien pagado involucrando la música no era algo muy común últimamente y estaba agradecida de tenerlo.

Frustrada con la vendita caja la arrojó dentro del carrito y continuó con la compra, había una excelente metodología en su pequeña casa. Ella llevaba la comida, Claudia la preparaba y Ziva hacia la limpieza, y aquello parecía funcionar con todos mientras Audrey no hiciera más desorden del usual. Ya casi terminaba, aún sostenía la pequeña lista arrugada escrita en lapicero por Claudia, pensó en ella y estaba orgullosa de lo mucho que había crecido, había sido aceptada en la universidad y no había dicha más grande el que fuera becada. Con el dinero que había ahorrado para pagarle los estudios ahora planeaba darle un viaje a su hermana, se lo merecía. Repasó la lista, y agregó unas cuantas cervezas que tanto ella como Ziva consumían ocasionalmente y se dirigió sin más a la caja, miró en Tomeito la hora y faltaban quince minutos para encontrarse con Garret, habían quedado de verse aquella noche. Una vez el chico le entregó su eco-bag con las compras se la echó al hombro subiendo la capucha de su chaqueta para protegerse del fuerte viento que hacía que ocasionalmente podría llevársela con facilidad. Caminó unos cuantos minutos, llegó al café un poco antes y sabía de una vez que Garret no estaba allí, siempre llegaba al instante exacto que decía, ni un minuto antes o después.

La chica tomó lugar en una mesa ligeramente apartada de las demás, lo último que sería en su vida era fanática de las multitudes. Dejó la eco-bag a un lado de su silla mientras se hundía dentro de su abrigo, sus prominentes pómulos se enrojecían a medida que la temperatura bajaba en el ambiente. Se colocó los audífonos un rato mientras escuchaba un poco de Jethro Tull en Poddy, al cabo de unos minutos y tal como lo había previsto el chico llegó justo a tiempo, le saludo con una sonrisa y ella imitó su acto quitándose los audífonos. Le dio una mirada interrogadora y miró con cierta desconfianza y curiosidad el empaque – Sé que un porro no es - dijo con seguridad antes de abrir el paquete y escuchar las palabras del chico, soltó una risa más para ella que para él. Habían acciones suyas que no tenían justificación alguna, entre ellas reírse en los momentos más inapropiados o inesperados. – [color=mediumpurple] Gracias- dijo con una sonrisa un tanto nostálgica - Siempre me gustó a pesar de ser extremadamente gomosa, la leí cuando estaba en bachillerato- hizo la seña de que esperara un momento y escarbó en las profundidades de su desordenado bolso y sacó un paquete en una bolsa que Claudia había sacado de algún lugar por que la estética no era su fuerte. - Tal como lo prometí, lo mejor de Joplin- dijo con convición.

Garret alzo una ceja al escuchar su primera frase mientras reía sarcásticamente, antes de ordenar un café y otro para Audrey, habían ido a tomar café tantas veces juntos que ya hasta se sabía su orden, por lo que la muchacha que atendía los dejo completamente solos un segundo después-No soy tan mala influencia…después de todo sigo siendo tu profesor peque-ocupo la última palabra como aquel apodo que sabía que la muchacha odiaba más que ninguna otra cosa, claramente el lo hacía simplemente para cabrearla y para el mismo divertirse con aquello. Lanzo una pequeña risa mientras negaba con la cabeza casi pidiendo disculpas por su atrevimiento. Sabía que ella no estaría molesta para siempre. Habían pocas cosas de las que Garret podía estar seguro, mucho más ahora que sentía que su vida estaba en el momento más incierto de todos, pero de algo estaba seguro, que quizás no había persona que lo conociera más que la muchacha que estaba frente al, y aquello era hasta algo enfermizo pensando que en casa tenía una novia que sabía muy poco de su vida.

Sabía que la relación que el sostenía con Audrey era mal vista en ocasiones, quizás muchos podían pensar cosas que claramente no tenían nada que ver, por el simple hecho de que pasaban mucho tiempo juntos, pero es que tenían más cosas en común de lo que cualquier pensaría…es mas Audrey era mucho más madura que cualquier mujer de su edad. Garret admiro el CD grabado con lo mejor de Joplin por un segundo y subió la mirada sonriente hasta ella-Está bien que cumplas tus promesas-dijo, lo que se traducía en un gracias que no quiso decir de la forma simple, divertido dejo el regalo de parte de la muchacha sobre la mesa-¿Y bien que te cuentas de interesante?-pregunto segundos después observándola directamente a esos atractivos ojos azules. Si, no tenía porque negarlo.

Quizas a una parte de él le gustaba pasar tiempo con Audrey porque dejaba de pensar en sus grandes problemas para enfocarse en ella: para hablar de música, de autores…de literaturas y de rumores divertidos…cosas que en casa no podía disfrutar porque no tenía con quien hacerlo. Un segundos más tarde la muchacha dejo los café encima de la mesa justo frente a cada uno de los muchachos. Garret agradeció con una sonrisa mientras comenzaba a echarle azúcar al suyo-Como se nota que estamos en Londres…-dijo casi nostálgicamente al sentir el frio que se colaba por el jersey gris que llevaba aquella tarde…

Así que la pequeñaja no estaba de buen humor, aunque para Garrett aquello no denotaba ninguna sorpresa, estaba más que acostumbrado a encontrarse a Audrey en sus malos días, o en sus cambios de humores que le parecían más que divertido en ocasiones. Como ahora mismo, porque no pudo evitar sonreír mientras ella se hacia la ofendida ante su comentario anterior que había producido lo que el había vaticinado. Un cabreo por parte de la muchacha. Alzo una ceja al escucharla decir aquello, aunque estaba bastante seguro a que se debía su pequeño comentario. No cabía duda alguna de que Audrey era una de las únicas personas que se daban cuenta de su relación con su novia estaba lejana a ser una relación perfecta como la calificaban la mayoría de las personas. El chico termino de tragar lo que tenía en la boca rápidamente después de la corrección de la muchacha-Londres…Oxford, da lo mismo, es el mismo clima de mierda-dijo sin mayores explicaciones. Solía confundirse con aquello mucho más de lo que cualquiera pensaría.

-Deberías dejar de ser una maldita de vez en cuando-dijo con determinación de pronto el hombre asintiendo con la cabeza como si estuviera dándole el diagnostico de alguna enfermedad o algo parecido. El lanzo una risa un segundo luego mientras se estiraba sobre la mesa para apretar la mejilla de la chica como si él fuera la abuela que venía de visita y estrujaba a sus nietos sin piedad alguna-Así todos podrían ver lo adorable que eres-brome luego soltándola, sabiendo que eso la molestaría aun mas. No le importaba, en ocasiones pensaba que el había nacido para soportar las miradas fulminantes y las frases sarcásticas de parte de Audrey.

-Mi vida es miserable Audrey…tu no me la hagas aun peor-susurro como si estuviera pidiéndole piedad a no que se pusiera increíblemente pesada con él, aunque el tonito de diversión y de broma se podía oler en cada palabra que salía de su boca, y la risita que soltó luego lo dejo aun más que claro. Garrett l observo a los ojos alzando una ceja mientras se llevaba nuevamente el café a la boca tomando un gran sorbo, sintiendo el liquido caliente bajar por su garganta y calentar su estomago. Justo lo que necesitaba.-Y no me llames guapo…terminare creyéndomelo-agrego divertido nuevamente…estaba acostumbrado a cosas así de parte de todas las alumnas que querían meterse en sus pantalones, aunque eso no significaba que no le pareciera extraño.

Suponía que los años que paso en Nueva York lo habían cambiado, cuando había regresado a Londres simplemente había encontrado que el clima que rodeaba la ciudad era lamentable, triste, patético…pero en gusto no había nada escrito. Adoraba su ciudad…Londres, Oxford…dos lugares que siempre iba a pensar estaban hechos para bohemios como él, aunque apenas tuviera tiempo para recorrer las calles de la ciudad en donde vivía regularmente. Soltó un risita al escuchar su segundo comentario, se encogió de hombros sin decir absolutamente nada, porque no iba a discutirle aquello…Audrey podía tener menos encanto que cualquier persona que hubiera conocido en cualquier momento de su vida, de eso no había duda alguna-De todas formas me encantaste a mi-dijo con naturalidad, porque era la verdad. Le sonrió mientras negaba con la cabeza, era cierto. A pesar de todo Garret había logrado traspasar las barreras y ver a la verdadera Audrey, esa muchacha interesante y que podía hablar de temas realmente importantes cuando menos te lo esperabas.

Como ahora mismo.-No tengo ganas de hablar de mi vida amorosa, Audrey-Garret bajo la mirada para revolver el café que tenía entre sus manos aunque claramente este no necesitaba ser revuelto, simplemente lo hizo de manera para que sus manos se encontraran ocupadas, tuviera algo que hacer. Dejo la cucharilla sobre el platillo segundos después arrugando el espacio entre sus cejas, subiendo su mirada azul hasta pegarla en la de la muchacha que tenía en frente-Así que perdóname si ignoro deliberadamente tu temita-ironizo con la última palabra, volviendo a sonreír de medio lado un segundo más tarde.

Aquella era su máscara. Si para Audrey funcionaba ser una maldita insoportable, para el funcionaba perfectamente sonreír de esa manera encantadora, de esa manera en que pocas personas podían quitar la vista de su rostro solo para fingir que todo estaba absolutamente bien aunque todo estaba realmente opuesto a “bien”. Soltó un suspiro al ver la mirada de Audrey, porque la conocía bien…porque seguramente era uno de los pocos que podían darse el lujo de llamarse el mejor amigo de aquella arisca muchacha y sabia que no se rendiría fácilmente y esa era una de las cosas que más le gustaban de ella. -¿Y bien que? ¿Qué es lo que quieres que te diga?-dijo haciéndose el loco por un solo segundo, mientras ponía las manos sobre la mesa y se pasaba una de ellas por su cabello rubio.

- Seguro, habla el hombre que se deja encantar por un zorrillo - dijo sarcásmo ante su comentario. Sacó de la eco-bag la caja de galletas y sacó una y le dió un gran mordisco y extendió la caja hacia su rubio amigo, mientras le observaba evitarla de la manera más diplomática posible y aquello hacía un contraste tan grande entre los dos que hacia bastante curioso su manera de tratarse el uno al otro. La chica se limitó a alzar una ceja de manera interrogativa ante el disminutivo - Ha - dijo como si le hiciera gran gracia. No dejó de observarle, por que aquello significaba rendirse, y si le dejaba pasar el tema una vez más dudaba que se le presentara la ocasión nuevamente de conversarlo por que Garret lo evitaría de la manera más educada posible y aquello le era jodidamente enfermizo en sus perturbados y retorcidos ideales. - Quiero que me digas por qué estas viviendo esa miseria de vida de martir si eres completamente libre de esa mujer - Dijo con sencillez y una franca severidad que determinando su notoria soberbia actitud, dió otro mordido a su galleta mientras la masticaba haciendo que sus pómulos se inflaran, sabía que era de mala educación pero ella era un capataz sin capitán así que no tenía que rendirle cuentas a nadie y Garret, a su manera ya se había acostumbrado a sus malas mañas y su falta de modales y etiqueta. Trajo sus rodillas a su pecho apoyándolas en su silla, mientras esperaba atentamente a la respuesta del rubio.